El Inflation Reduction Act -la legislación aprobada en el Congreso el 12 de agosto, que refleja en líneas generales el paquete original de Build Back Better– es la medida más importante jamás adoptada en Estados Unidos para combatir el cambio climático.

  • Según un documento enviado el lunes al Internal Revenue Service por la delegación de la Unión Europea en Estados Unidos, las bonificaciones fiscales para la compra de coches eléctricos contenidas en el texto violan las normas de la OMC1.
  • Al dar un trato preferente a los equipos producidos en Estados Unidos (una bonificación del 10% si al menos el 40% del valor del equipo es de origen estadounidense), los créditos fiscales discriminan a los productos importados, especialmente a los europeos.

Aunque la Unión Europea ha reconocido las ambiciones medioambientales del texto, los 27 temen que perjudique a las empresas europeas.

  • Según un funcionario europeo citado por la CNBC, «existe un consenso político (entre los 27 ministros) de que este plan amenaza a la industria europea»2.
  • Por ello, Bruselas no descarta la posibilidad de que la Unión Europea y otros socios estadounidenses tomen represalias si Washington no revierte estas disposiciones3.

El lunes, la Directora General de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, dijo que los países deben ser «muy cuidadosos de que las políticas que adopten no sean discriminatorias y no favorezcan a los productos nacionales», haciéndose así eco con cautela de las preocupaciones expresadas por los europeos4.

En una entrevista, Bruno Le Maire denunció el importe de las subvenciones, que corresponde a «entre cuatro y diez veces lo autorizado por la Comisión Europea», y pidió firmeza, que es la única manera de «obtener resultados»5.

Aunque los resultados provisionales de las elecciones de mitad de mandato sugieren que los demócratas podrían conservar la mayoría en el Senado a través de Kamala Harris -pero podrían perder la Cámara-, el gobierno de Biden podría dar un paso hacia la UE ajustando el tratamiento preferencial de los créditos fiscales.

  • No está claro en este momento si el Tesoro estadounidense podría cambiar las secciones pertinentes sin pasar por el Congreso, que probablemente sería reacio a hacerlo dada la dificultad de aprobar la legislación.
  • La semana pasada se reunió un grupo de trabajo Unión-Estados Unidos con este fin, lo que demuestra «un claro compromiso al más alto nivel por parte de Estados Unidos para abordar las graves preocupaciones expresadas por la Unión Europea sobre la ley», según el comunicado.