• La inflación mundial de los precios de los alimentos ha alcanzado niveles récord este año, en gran parte debido a la actual situación geopolítica. Los países más ricos de Europa del Este, como Hungría y Estonia, registraron en julio una inflación de los precios de los alimentos superior al 30% y al 20%, respectivamente.
  • Sin embargo, las mayores escaladas se producen en los países del Sur y en desarrollo de Asia Oriental, América Latina y África Subsahariana. Casi todos los países de esta última región se han visto afectados por la inflación de los precios de los alimentos, y Zimbabue registró una inflación nominal récord del 353% en agosto. 
  • Los efectos de la inseguridad alimentaria son aún más devastadores en los países del Sur porque estos son los más afectados por las catástrofes climáticas. Un estudio de la CIF (Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria) ha clasificado la región sin litoral de Bay, en Somalia, como en riesgo de hambruna para el periodo octubre-diciembre de 2022, el nivel más alto de inseguridad alimentaria. Esto significa que al menos el 20% de los hogares de esta región se enfrentan a una escasez extrema de alimentos, que al menos el 30% de los niños están gravemente desnutridos y que dos adultos o cuatro niños de cada 10.000 mueren cada día de hambre.
  • Las sequías sin precedentes, los conflictos armados agravados por la situación geopolítica y los elevados precios de los alimentos han limitado la capacidad de los habitantes del país para criar ganado y cultivar la tierra, afectando profundamente a la capacidad de la población para obtener suficientes alimentos para sobrevivir.
  • Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, y más aún desde la guerra en Ucrania, 21 países han aplicado 30 políticas de prohibición de las exportaciones de alimentos y fertilizantes para satisfacer sus propias necesidades internas. Sin embargo, estas políticas comerciales restrictivas suponen un riesgo para la estabilidad de los precios de los alimentos a nivel mundial.
  • Para contrarrestar los efectos devastadores de la inflación de los precios de los alimentos, los países desarrollados celebraron el 23 de septiembre una cumbre internacional sobre seguridad alimentaria al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas. Estados Unidos prometió una ayuda de 44 millones de dólares para Níger1, y Francia anunció que contribuiría económicamente al transporte y distribución de 50.000 toneladas de trigo donadas por Ucrania a Somalia y Etiopía2.