• Durante los 3 días que duró la Cumbre, los miembros de la OTAN debatieron sobre la potenciación de las fuerzas de disuasión y defensa de la Alianza a largo plazo, con la creación de nuevas fuerzas armadas en los cuatro países fronterizos con Rusia. El nuevo «concepto estratégico 2022» de la OTAN, que define los retos de seguridad a los que se enfrenta la Alianza y esboza las tareas políticas y militares para abordarlos, también fue adoptado al final de la Cumbre1.
  • Es el octavo documento estratégico de la Alianza desde su creación en 1949. Este «concepto estratégico 2022» actualiza el último adoptado en la Cumbre de Lisboa de 2012. Identifica a China como un «desafío» para los intereses de la OTAN, al tiempo que menciona las campañas de desinformación y las operaciones cibernéticas, en un esfuerzo por adaptarse a unas prácticas que se han extendido e intensificado especialmente en la última década.
  • En el flanco oriental de la Alianza, la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF) pasará de 40.000 a 300.000 efectivos «como parte de la respuesta a una era de competencia estratégica», la militarización más importante en Europa desde hace más de 30 años. Este aumento de las capacidades de la Alianza en Europa irá acompañado de la sustitución, el 1 de julio, del actual Comandante Supremo Aliado en Europa (o SACEUR), Tod D. Wolters, por el general estadounidense Christopher G. Cavoli, que habla ruso con fluidez.
  • Los Aliados también declararon que el reto que supone China es una de sus prioridades para los próximos años, y diciendo de Pekín que «socava la seguridad, los intereses y los valores de la OTAN». Mientras la amenaza china sobre Taiwán sigue creciendo con los recientes avances de la armada china, el nuevo concepto estratégico 2022 de la OTAN deja claro que existe un verdadero «desafío chino» para la Alianza Atlántica.
  • Mientras Turquía seguía acusando a Suecia y Finlandia de apoyar a los movimientos terroristas kurdos, el martes pasado los tres ministros de Asuntos Exteriores de Turquía, Finlandia y Suecia firmaron finalmente un memorando trilateral sobre las exigencias de seguridad de Turquía, que allana el camino para el levantamiento del veto turco a la adhesión de los dos países nórdicos a la Alianza, abandonando estos últimos su estatus histórico de países neutrales. Finlandia y Suecia han acordado levantar sus embargos de armas a Turquía, puestos en marcha en 2019, y reforzar sus leyes contra los militantes kurdos, a los que Turquía considera terroristas.
  • La firma abre el camino a un proceso de siete etapas antes de que se formalice la adhesión de los dos nuevos miembros. Los momentos clave serán las conversaciones entre la OTAN y los dos candidatos y la firma del protocolo de adhesión por parte de todos los Estados miembros actuales, que implica un proceso de ratificación en 30 parlamentos diferentes. El memorando trilateral compromete a cada uno de los tres países a defender y prestar el apoyo necesario a la seguridad nacional de todos, así como a reforzar su cooperación en la lucha común contra el terrorismo2.
  •  La OTAN ha incrementado su apoyo a Ucrania, especialmente reforzando su presencia en el Mar Negro. Desde el comienzo de la guerra, el pasado mes de febrero, la Alianza ha sido un socio clave para Ucrania, con más de 40.000 efectivos bajo el mando directo de la OTAN en el flanco oriental, apoyados por los despliegues nacionales aliados. La OTAN también ha creado cuatro grupos de combate multinacionales en Bulgaria, Hungría, Rumanía y Eslovaquia, que se suman a los que ya están presentes en Lituania, Letonia, Estonia y Polonia. Algunos serán reforzados a nivel de brigada, pasando de 3.000 a 5.000 efectivos.
  • Estados Unidos también declaró en la apertura de la cumbre que aumentaría significativamente su presencia militar en Europa enviando fuerzas armadas a Polonia y Rumanía, buques de guerra a España, aviones a Alemania, el Reino Unido y los países bálticos, y baterías antiaéreas a Italia. Estos anuncios reflejan el creciente compromiso militar de Estados Unidos con Europa, con tropas estacionadas en el continente que pasaron de 80.000 a 100.000 después del 24 de febrero, y también reflejan el deseo de Estados Unidos de tranquilizar a sus socios europeos respecto a su compromiso con la defensa de Europa, a pesar de la creciente atención estadounidense a China.