
La segunda Guerra Fría no se parecerá en nada a la primera. Las rivalidades de poder se multiplican, a todas las escalas, y los mecanismos de desescalada se han agarrotado. Sobre todo, es infinita por naturaleza: ni China ni Estados Unidos pueden ganar. Si lo admiten, no caeremos en el abismo. Un estudio clave de Mariano Aguirre para entender cómo se extiende la guerra.