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Desde el 11 de septiembre de 2001, un arsenal jurídico de un alcance sin precedentes comenzó a institucionalizar en las democracias liberales occidentales un edificio de vigilancia generalizada basado en las nuevas tecnologías digitales. Tales tecnologías proporcionan a los Estados debilitados los medios para entrar en una nueva era de bajo costo, la de la información total al servicio de una doctrina de contrainsurgencia, cuyos sistemas -ahora automatizados- son invisibles. 

¿Está la moneda digital china a punto de competir con el dólar? Aunque la China de Xi Jinping sólo podrá mostrar razonablemente esta ambición dentro de diez o treinta años, sí pretende, a largo plazo, hacer de su e-yuan la moneda de referencia para las transacciones digitales -y utilizarla como un nuevo medio para ejercer el control sobre su población-.

¿Es la crisis de los activos digitales desde el colapso de FTX una señal del fin de un efecto burbuja o simplemente señala una reconfiguración del mercado? Aunque hay que relativizar su importancia en términos cuantitativos, hay que aprender una lección importante: este colapso ha afectado principalmente a una nueva generación de inversores -los ahorradores del mañana-.

La IA está perturbando profundamente nuestras sociedades -a un ritmo sin precedentes-. Un frenesí de innovación que choca con las exigencias a largo plazo de la política y dificulta el desarrollo de estrategias digitales sostenibles. Para tomar la medida completa de las transformaciones en curso, es necesario armarse de herramientas adecuadas que aún están por inventar, mientras que la cuantificación del estado de avance de esta nueva tecnología es cada vez más compleja debido a su creciente geopolitización y a los incesantes cambios tecnológicos que induce.

Los semiconductores están en el centro de nuestra vida cotidiana, pero ¿qué sabemos realmente de ellos? En un momento en que las últimas sanciones de Estados Unidos contra China reavivan la importancia de este terreno de competencia estratégica, ofrecemos un estudio único de diez puntos compuesto por 12 gráficas y 2 mapas para adentrarnos en la matriz de la rivalidad tecnológica entre China y Estados Unidos que está dando forma al mundo.

«Recomiendo votar por un Congreso republicano», dijo el nuevo dueño de Twitter a sus 114 millones de seguidores. En la era Musk, ¿qué reflejarán realmente las elecciones de mitad de mandato de hoy en Estados Unidos? Probablemente una mezcla de aspiraciones y representaciones políticas, alimentadas por plataformas sobre las que hemos perdido colectivamente el control, y que nos exponen como individuos. En esta rica entrevista, Bernard Harcourt nos recuerda un hecho impensable del ADN estadounidense: toda expresión libre tiene un precio.

Antes del anuncio de las nuevas sanciones contra el sector de los semiconductores chinos, el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, definió en un discurso clave las principales líneas de la administración Biden en materia de soberanía y competencia tecnológica. Para que se vislumbre la forma de la rivalidad sino-estadounidense en los próximos años, lo traducimos por primera vez al español -comentado línea por línea-.

¿Qué cambia cuando todo cambia? Para entender lo nuevo que supone el auge de las tecnologías, debemos alejarnos de los debates sobre la regulación de la industria y despertar a la radicalidad de su potencial transformador del imaginario. Detrás de la dimensión elusiva de esta ruptura, esta perspectiva trata de encontrar puntos de apoyo para orientarnos en este gran cambio.