El llamado al boicot de la Copa del Mundo no es un fenómeno nuevo. En 1977 se creó el Comité de Boicot a la organización de la Copa del Mundo por Argentina, y Francia se convirtió rápidamente en el país donde el movimiento cobró mayor impulso. Sin embargo, la izquierda institucional se negó a sumarse. En esta investigación histórica, Christophe Batardy compara 1978 con 2022 -e identifica cuestiones muy similares-.
Como todo evento deportivo de esta envergadura, la organización de la Copa del Mundo por parte de Qatar es interesada. En el caso del emirato, este enfoque (criticado por su ataque a los derechos humanos y al medioambiente) forma parte de una estrategia agresiva para establecerse en el ecosistema político y económico del deporte. ¿Cuáles serán las consecuencias? 10 puntos para intentar aclarar las cosas.
Frente al discurso mantenido por la FIFA en particular, según la cual la adjudicación de la Copa del Mundo habría empujado a Qatar a «hacer esfuerzos», Dario Saltari muestra por qué no es así, y nos anima a continuar el debate sobre el boicot al próximo mundial de fútbol. En lugar de felicitarnos por la transformación de Qatar por el fútbol europeo, quizá deberíamos reflexionar sobre la transformación del fútbol europeo por Qatar.