Jeff Landry, de 54 años, es el gobernador republicano de Luisiana, antiguo fiscal general del estado, conocido por su alineamiento ideológico con Donald Trump.
- En sus declaraciones públicas, a menudo ha expresado su desconfianza hacia cualquier forma de alianza multilateral, compartiendo una visión de la seguridad nacional fundamentalmente imperial.
- Su nombramiento como enviado especial no le obliga a dejar su cargo de gobernador; no se trata de una función diplomática clásica, sino de una misión política ad hoc, directamente vinculada a la autoridad presidencial.
En su anuncio, Trump afirma que Landry «comprende lo esencial que es Groenlandia para nuestra seguridad nacional» 1.
- Landry ya ha declarado que su función es «convertir Groenlandia en parte de los Estados Unidos», una formulación que contradice el derecho internacional y que resulta extraordinariamente brutal para un territorio asociado a un aliado de la OTAN.
- Las cuentas MAGA destacan una inquietante analogía histórica: Groenlandia tiene casi exactamente el mismo tamaño que Luisiana, comprada en 1803 por Estados Unidos a la Francia entonces gobernada por el primer cónsul Napoleón Bonaparte.
Groenlandia es un territorio autónomo del Reino de Dinamarca, con un gobierno local en Nuuk, pero dependiente de Copenhague en materia de defensa y diplomacia.
- Desde su primer mandato, Trump repite que quiere tomar el control de la isla, llegando incluso a proponer su compra.
- Esta obsesión por hacer literalmente —y, por tanto, geográficamente— más grande a Estados Unidos (Make America Great Again) se inscribe en una doctrina defendida por varios allegados al presidente: la «seguridad hemisférica» —una doctrina que recuerda a la de Ratzel y el espacio vital (Lebensraum)— según la cual Estados Unidos debe controlar todo su entorno estratégico continental, desde Tierra del Fuego hasta el Ártico, para garantizar su seguridad frente a China y Rusia.
- En esta aggiornamento de la doctrina Monroe, Groenlandia se convierte en una pieza clave desde el punto de vista geopolítico, al igual que el canal de Panamá o, de forma más implícita, Canadá, territorios que desde diciembre de 2024 son objeto de la retórica del presidente estadounidense.
Más allá de simples declaraciones espectaculares, la primera fase de la estrategia estadounidense ha sido frontal y ha supuesto una ruptura con la doctrina estadounidense que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, siempre se ha negado a anexionar territorios.
- Según una revelación del Financial Times 2, en enero Trump mantuvo una conversación telefónica extremadamente tensa con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, durante la cual afirmó que «Groenlandia [era] suya». Ante la negativa categórica de Copenhague y Nuuk, Washington no habría cambiado sus objetivos estratégicos, pero podría estar cambiando de táctica.
- El nombramiento de Landry podría formar parte de una ofensiva de encanto dirigida a Groenlandia y a su población de menos de 60.000 habitantes para eludir a Dinamarca.
- Las autoridades groenlandesas, conscientes de su vulnerabilidad estratégica, tratan de mantener un delicado equilibrio. La ministra de Asuntos Exteriores de Groenlandia, Vivian Motzfeldt, reconoció que las declaraciones de Trump habían creado «incertidumbre», al tiempo que subrayó la importancia de una cooperación respetuosa con Washington.
- Las autoridades danesas revelaron en agosto la existencia de una operación de influencia llevada a cabo por ciudadanos estadounidenses vinculados a Trump en Groenlandia. Los servicios de inteligencia daneses han ampliado oficialmente su enfoque a los riesgos de desestabilización procedentes de Estados Unidos.
Dinamarca acaba de convocar al embajador estadounidense tras el nombramiento por parte de Trump de un enviado especial para Groenlandia.
- Para Dinamarca, la situación no tiene precedentes: hay pocos ejemplos en la historia de un aliado tan cercano que haya hecho de la apropiación de un territorio su política oficial.
- Esta presión, que forma parte de una estrategia de seguridad nacional que convierte el cambio de régimen en Europa en una prioridad, ha llevado paradójicamente a Nuuk y Copenhague a estrechar su cooperación, mientras que una gran parte de la opinión pública groenlandesa parece considerar más seguro permanecer unida a Dinamarca frente a la dimensión neoimperial estadounidense 3.
- Nuestra encuesta Eurobazuca ha registrado un cambio sin precedentes en la opinión pública danesa con respecto a Estados Unidos: una amplia mayoría de los encuestados (77%) comparte la opinión de que «la elección de Trump hace que el mundo sea menos seguro» y que es un «enemigo para Europa» (66%).
- La anexión de Groenlandia contaría con el apoyo de más del 55% del electorado republicano.
- Varios miembros republicanos de la Cámara de Representantes apoyan esta opción geopolítica extrema, como Andy Ogles, que declaró: «Somos, francamente, el depredador dominante».
Notas al pie
- Trump names Louisiana governor as Greenland special envoy, prompting Danish alarm, Reuters, 22 de diciembre de 2025.
- Donald Trump in fiery call with Denmark’s prime minister over Greenland, Financial Times, 24 de enero de 2025.
- Greenlanders Reject Trump With 85% Against Joining US, Bloomberg, 28 de enero de 2025.