En Estados Unidos, la Cámara de Representantes republicana vota para evitar un shutdown, lo que pone a los demócratas del Senado ante un dilema

Una de las principales responsabilidades del Congreso de los Estados Unidos es enviar cada año al presidente 12 leyes de financiación que permitan el funcionamiento del gobierno federal. Este año, como ha sido el caso desde 1997, los dos partidos no han logrado ponerse de acuerdo a tiempo para llevar a cabo esta tarea.

• En lugar de seguir el «camino tradicional», los legisladores mantienen el funcionamiento de las agencias federales mediante acuerdos temporales que amplían por un período determinado los niveles de financiación del año fiscal anterior a través de continuing resolutions (CR), generalmente con algunos ajustes.
• La última de estas medidas, votada en diciembre, asegura la continuidad de la financiación hasta el viernes 14 de marzo a medianoche. Para evitar un cierre, que llevaría a la suspensión de gran parte de las actividades del gobierno federal, la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, votó ayer, martes 11 de marzo, un nuevo texto que mantendría la financiación del gobierno hasta el final del año fiscal, el 30 de septiembre de 2025.

La ley, cuyo texto es presentado por los líderes republicanos como «no controvertido» (lo que significa que no introduce cambios sustanciales en la financiación con respecto al año fiscal anterior), aumenta el gasto en defensa en 6.000 millones de dólares y reduce el gasto no militar en 13.000 millones con respecto al año fiscal anterior ¹. Sobre todo: no contiene ninguna mención que reitere el papel del Congreso en la asignación de fondos y su gasto por parte del ejecutivo, un principio contenido en la Ley de Control de Embargo de 1974 —probablemente violado por Trump en numerosas ocasiones desde el 20 de enero— y que constituye una demanda formulada por el bando demócrata, con la esperanza de limitar el margen de maniobra del presidente republicano y del DOGE.

• Casi todos los congresistas demócratas votaron en contra, con la excepción de Jared F. Golden, representante de Maine, mientras que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, logró el apoyo de casi todos los miembros de su partido. El congresista de Kentucky Thomas Massie fue el único que se opuso al texto, a pesar de la presión ejercida por Trump y J.D. Vance.
• El texto debe ser ahora estudiado por el Senado, que podría votar hoy, miércoles 12 de marzo, o mañana para evitar un cierre. Los republicanos necesitarán el voto de al menos 8 senadores demócratas para superar un filibuster, ya que el senador libertario de Kentucky Rand Paul ha señalado que votará en contra.

• A pesar de su oposición al texto, los demócratas están entre la espada y la pared. Si el líder de la minoría demócrata Chuck Schumer pide a sus representantes electos que no deserten y, por tanto, hagan fracasar la votación, es muy probable que la responsabilidad del cierre recaiga en el Partido Demócrata.
• Además de un claro beneficio político, Elon Musk y Donald Trump también podrían utilizar esta crisis para recortar aún más el gasto federal y despedir a miles de empleados federales más. El libertario al frente del DOGE había presionado en diciembre para que se produjera un cierre, organizando una campaña de torpedeo contra el acuerdo bipartidista negociado sólo unos días antes de la fecha límite.
• Varias fuentes cercanas a Musk han informado de que este último está a favor de un cierre ². Ayer, martes 11 de marzo, el Departamento de Educación anunció que reduciría su personal a la mitad: la «abolición» de este departamento figura entre las medidas enumeradas por la Fundación Heritage en su Proyecto 2025, así como en las promesas de campaña de Donald Trump ³.

El Partido Demócrata debería, pase lo que pase, salir perdiendo en el debate sobre la financiación del gobierno federal. En minoría en las dos cámaras del Congreso, el partido también sufre un déficit de liderazgo tras la derrota de noviembre de 2024. Los dos líderes en Washington, Hakeem Jeffries y Chuck Schumer, son relativamente poco conocidos a nivel nacional, y las principales figuras emergentes del partido (Gavin Newsom, J. B. Pritzker, Andy Beshear o Alexandria Ocasio-Cortez) están buscando un mensaje que pueda llegar a la base del partido y ofrecer un triunfo a los demócratas en 2026 y 2028.