Este Consejo puede calificarse de especial en el sentido de que debería centrarse esencialmente en una sola cuestión, la competitividad europea, que se ha visto seriamente dañada —más allá de los trastornos demográficos y el desarrollo tecnológico— por la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética.

Enrico Letta, antiguo presidente del Consejo italiano, presenta también hoy su esperado informe sobre el mercado único, encargado por los dirigentes europeos en septiembre de 2023.

  • Tres coordenadas guían sus reflexiones: la apuesta por una transición ecológica y digital, la decisión de proseguir la ampliación y la necesidad de reforzar la seguridad de la Unión.
  • Varias filtraciones han revelado que propone un sistema de exenciones fiscales para fomentar la inversión —basado en el modelo estadounidense— y una simplificación de las normas. En su opinión, tres sectores —cuya fragmentación es en parte culpable de la pérdida de competitividad de Europa— deberían ser objeto de una unificación prioritaria a escala europea: la energía, las telecomunicaciones y los mercados de capitales.
  • Otras propuestas incluyen la aparición de una «quinta libertad» para la investigación, la innovación y la educación, la creación de un «mercado común para la seguridad y la defensa» y «una Unión del Ahorro y la Inversión» para financiar las ingentes necesidades en defensa, transición ecológica, tecnología digital y ampliación.
  • No se dan cifras en el informe, que señala que «el próximo marco financiero plurianual [2028-2035] representa un momento crítico para estas ambiciosas propuestas». Sin embargo, por el momento hay pocos indicios de que los Estados miembros estén dispuestos a contribuir más al presupuesto común o a ampliar de alguna forma el plan de recuperación NextGenerationEU más allá de 2026.

Las conclusiones y propuestas de Letta deberían reflejarse en gran medida en las conclusiones del Consejo. Se espera que los 27 defiendan una estrategia para reforzar el mercado único en etapas concretas antes de junio de 2025, para profundizar en los mercados de capitales, para una unión energética y para canalizar el «ahorro privado».

  • Aunque el informe Letta insista en que el éxito de la Unión se basa en el libre comercio y la apertura, la seguridad económica seguirá influyendo en los objetivos del próximo mandato.
  • En las conclusiones del Consejo, se espera que los Estados miembros pidan la reducción de las «dependencias estratégicas en determinados sectores sensibles, como la energía, las materias primas críticas, los semiconductores, la salud, lo digital, la alimentación y las tecnologías críticas».

En febrero, la Comisión publicó su informe anual sobre competitividad.1 En particular, fijó objetivos de aumento de la parte del comercio en el PIB (actualmente del 26% para los bienes y del 8% para los servicios a escala europea), así como de la parte del gasto en I+D en el PIB, que actualmente se sitúa en el 2.2%, frente a un objetivo de al menos el 3%.