Una paz entre Israel y Palestina: los 10 puntos de Borrell
Hoy se inaugura en Bruselas un Consejo de Asuntos Exteriores. Su tema principal: la situación en Medio Oriente. Al frente está el Alto Representante, Josep Borrell, que ha puesto sobre la mesa ministerial un plan de paz de 10 puntos. ¿Cómo fue elaborado? Explicamos los principales parámetros.
- Autor
- El Grand Continent •
- Portada
- © AP FOTO/VIRGINIA MAYO
En una conferencia pronunciada en el Grand Continent Summit 2023 y publicada en estas páginas, el alto representante de la Unión, Josep Borrell, definió claramente su enfoque de la paz en el año de las dos guerras: «Tenemos que cambiar de método. En Oslo no se definió el punto final de las negociaciones. Tenemos que invertir el proceso. En primer lugar, la comunidad internacional tiene que definir el punto de partida y luego, mediante negociaciones entre las partes, encontrar la manera de alcanzarlo. Hoy los Estados árabes están dejando claro, incluidos los que han reconocido a Israel y mantienen relaciones con él, que no es cuestión de que paguen una vez más para reconstruir Gaza si no hay garantías de que se aplique realmente la solución de los dos Estados. La paz nunca volverá si no es así.
A través del plan presentado a los ministros esta mañana y que se debatirá hoy, la ARVP espera poner en práctica este programa intentando que converjan los puntos de vista de los distintos Estados miembros.
En 10 puntos que establecen los grandes principios y objetivos para el próximo año, prevé una «conferencia de paz preparatoria» que reúna a la Unión, Estados Unidos, Naciones Unidas, Egipto, Jordania, Arabia Saudita y la Liga Árabe, así como al gobierno israelí y, por parte palestina, a la Autoridad Palestina y a la Organización para la Liberación de Palestina, sin Hamás.
Ofrecemos un breve comentario sobre los principales elementos de este programa y cómo surgieron.
1 – El objetivo: una solución de dos Estados como condición para la normalización
El proceso de paz debe conducir a un Estado palestino independiente que «viva al lado» de Israel y a la «plena normalización» de las relaciones entre Israel y el mundo árabe.
Al situar la normalización de las relaciones entre Israel y el mundo árabe al mismo nivel que la solución de los dos Estados, Josep Borrell retoma una cuestión que Estados Unidos podía haber dado por sentada tras los Acuerdos de Abraham, pero que ahora se revitaliza en los países árabes y musulmanes a raíz de la guerra de Sucot. Como dijo en el Grand Continent Summit: «En cualquier caso, era imposible encontrar una solución a este conflicto, y con los Acuerdos de Abraham la situación evolucionaba positivamente entre los países árabes e Israel. Era cierto que los palestinos sufrían una violencia creciente en Cisjordania y que los asentamientos ilegales seguían mordisqueando el territorio de un posible Estado palestino, pero ya nadie prestaba realmente atención. Se daba por sentado que la cuestión palestina se resolvería por sí sola».
Esto también hace eco de la reciente declaración en Davos del ministro de Asuntos Exteriores saudí, que vinculó directamente la normalización de las relaciones entre Israel y el Reino a compromisos claros -«un camino creíble e irreversible»- sobre el reconocimiento de un Estado palestino.
2 – Construir una alternativa política para Palestina
Los actores internacionales deben ayudar a ambas partes a preparar el terreno para la paz y construir una «alternativa política revitalizada» a Hamás.
Como nos recuerda Josep Borrell en estas páginas: «Hamás es ante todo una idea, y no se puede matar una idea con bombas».
Por el contrario, en su opinión, el camino que hay que explorar es más bien el de una alternativa política, de ahí la necesidad de seguir trabajando con actores políticos palestinos distintos de Hamás: «la única manera de matar una mala idea es proponer otra que sea mejor, que dé esperanza, confianza en un futuro en el que la paz sea posible. Eso puede y debe ser la aplicación de la solución de los dos Estados».
3 – Organización de una conferencia internacional
Los actores internacionales deben organizar «lo antes posible» una conferencia de paz preparatoria para solucionar la guerra en curso y, en particular, el conflicto israelo-palestino.
Las claves de un mundo roto.
Desde el centro del globo hasta sus fronteras más lejanas, la guerra está aquí. La invasión de Ucrania por la Rusia de Putin nos ha golpeado duramente, pero no basta con comprender este enfrentamiento crucial.
Nuestra época está atravesada por un fenómeno oculto y estructurante que proponemos denominar: guerra ampliada.
4 – Reuniones bilaterales paralelas con todas las partes
La conferencia debería reunir a ministros de Asuntos Exteriores y responsables de organizaciones internacionales para debatir el proceso de paz, al tiempo que celebrarían reuniones separadas «casi simultáneas» con las partes en conflicto.
Se trata de un método importante, que se pone en práctica al mismo tiempo que la reunión del Consejo en la que se presentan estos diez puntos. Entre las conversaciones programadas para hoy, de hecho, está previsto que el vicepresidente y los ministros de los 27 mantengan conversaciones -por separado y en un espíritu de equilibrio- con los ministros de Asuntos Exteriores de Israel, la Autoridad Palestina, Arabia Saudita, Egipto y Jordania, así como con el secretario general de la Liga Árabe.
No obstante, el orden del día del Consejo, relativamente vago, pone de manifiesto las importantes diferencias de enfoque que siguen existiendo entre los Estados miembros: está previsto que se debata «la evolución de la situación sobre el terreno y en toda la región» y, tal vez, «el deterioro de la situación humanitaria en la Franja de Gaza, la necesidad de evitar repercusiones en la región y el camino a seguir».
5 – Un año para diseñar la paz
La conferencia deberá crear grupos de trabajo y diseñar el «marco inicial» de un plan de paz en el plazo de un año.
6 – Las condiciones para una paz global
Este plan debe abordar «de la forma más concreta posible» los elementos centrales de una paz global, basándose en anteriores resoluciones de la ONU y esfuerzos de mediación.
7 – Garantías de seguridad para Israel y el futuro Estado palestino
El plan debe proporcionar «sólidas garantías de seguridad» para Israel y el futuro Estado palestino, «sujetas al pleno reconocimiento diplomático mutuo y a la integración de Israel y los palestinos en la región».
8 – Consulta a las partes y continuidad de los trabajos
La conferencia deberá consultar a las partes en conflicto «en todas las etapas y en todo momento» durante la elaboración del plan de paz. Si una u otra de las partes decide retirarse, los trabajos deben, no obstante, continuar.
9 – Negociaciones entre israelíes y palestinos
Una vez que el plan esté listo, deberá presentarse a israelíes y palestinos: «les corresponderá a ellos negociar el texto final».
10 – Evitar la escalada, aliviar la crisis humanitaria, liberar a los rehenes
Paralelamente a este proceso, los participantes en la conferencia deben esforzarse por aliviar la actual crisis humanitaria.
La semana pasada, el Parlamento Europeo pidió por primera vez un «alto al fuego permanente» -en lugar de una «pausa humanitaria», como hizo en octubre– a condición de que se libere a todos los rehenes y se «desmantele» Hamás, una «organización terrorista», reafirmando al mismo tiempo el derecho de Israel a defenderse.
Deben esforzarse por conseguir la liberación de los rehenes israelíes, evitar la escalada regional, reforzar la legitimidad democrática de la Autoridad Palestina y apoyar la reconstrucción de Gaza, entre otros objetivos.