Aunque muchos polacos han disfrutado de un largo fin de semana desde el 1 de noviembre, hoy, lunes 6 de noviembre, ha sido uno de los días más agitados en su país. En el espacio de unas horas, el nombre del Primer Ministro propuesto por el Presidente Andrzej Duda cambió del liberal Donald Tusk a Mateusz Morawiecki, actual Primer Ministro y miembro del partido nacional-conservador Ley y Justicia (PiS).

  • En las elecciones celebradas el 15 de octubre de 2023, la Derecha Unida, formada en torno al partido Ley y Justicia (PiS), fue la más votada, aunque quedó lejos de la mayoría fijada en 231 escaños. Inicialmente, el plan era que el PiS mantuviera conversaciones con su mejor enemigo de la extrema derecha, Confederación, y al mismo tiempo intentara recuperar a algunos tránsfugas para lograr la mayoría. Pero su puntuación relativamente baja, y la de Confederación, hicieron improbable este escenario.
  • Por otro lado, la suma de los votos y los representantes electos de los tres grupos de la oposición, la Coalición Cívica (KO) de Tusk, la Tercera Vía y La Izquierda, les daba la mayoría.
  • A finales de octubre, el Presidente Duda se reunió por separado con las cinco formaciones políticas representadas en el Sejm para preguntarles a quién querían como Primer Ministro y cuál era su programa. La mañana de las reuniones, los tres partidos de la oposición reiteraron que sus líderes pedirían que Tusk fuera nombrado jefe de Gobierno. Al término de las consultas, Duda anunció en rueda de prensa que sólo veía dos candidatos creíbles: el actual Primer Ministro Mateusz Morawiecki (PiS) o Donald Tusk (KO).

Lo que siguió fue un maratón de negociaciones e hipótesis de todo tipo.

  • La unidad mostrada por la oposición detrás de Tusk puso en ridículo todas las afirmaciones del PiS sobre su capacidad para formar gobierno, ya que sería incapaz de alcanzar el fatídico umbral de 231 diputados en el Sejm. En las primeras horas tras los resultados, varias voces del PiS empezaron a hablar en condicional, y aún más claramente a trazar planes para cuando estén en la oposición. Al mismo tiempo, varias escenas y rumores sobre la retirada de papeles y documentos oficiales de las oficinas gubernamentales causaron revuelo en las redes sociales1.
  • De esta situación surgió poco a poco la idea de que Duda propondría a Tusk. Sería una forma de evitar que el PiS, del que procede (ahora es independiente), tuviera que intentar formar gobierno sin conseguirlo. Históricamente, el presidente polaco siempre ha propuesto a un candidato del grupo político más votado, que sería el caso del PiS en esta ocasión. Pero esto es sólo una costumbre, no una disposición constitucional.
  • Esta mañana han circulado varias informaciones según las cuales Duda propondría efectivamente a Tusk. Fue sobre todo el diario liberal Gazeta Wyborcza el primero en lanzar la idea. El jefe de gabinete de Duda anunció entonces que la decisión de Duda era «definitiva» y que se anunciaría en una rueda de prensa a las 20:00 de esta tarde.
  • Aunque no había razón para esperar un anuncio hoy -técnicamente, Duda tenía hasta el próximo lunes, 13 de noviembre, para expresar su opinión-, Tusk tenía previsto pronunciar un discurso en Wrocław, y parecía relativamente triunfante.
  • Alrededor de las 18:30, Wyborcza informó de un giro dramático de los acontecimientos: varias fuentes afirmaron que Duda había cambiado de opinión después de todo y estaba considerando proponer volver a nombrar a Morawiecki. En medio de su discurso, Tusk anunció que había recibido la información de que sería Morawiecki. Sean cuales sean los acuerdos entre bastidores, Mateusz Morawiecki es ahora el Primer Ministro putativo. Duda añadió: «Por tanto, he decidido perpetuar la buena tradición parlamentaria según la cual el partido ganador es el primero en tener la oportunidad de formar gobierno».

Sin embargo, no hay garantías de que Morawiecki vaya a ser Primer Ministro. Actualmente sólo es propuesto por el Presidente. Tras la apertura de la Dieta el próximo lunes, Duda dispondrá de 14 días para nombrar oficial (y provisionalmente) al Gobierno de Morawiecki, que tendrá otros 14 días para presentar los detalles de su Gobierno y su programa y obtener la mayoría absoluta de votos, es decir, el voto favorable de 231 diputados. La aritmética no está a su favor.

  • Derecha Unida cuenta con 194 escaños. De momento, nada hace pensar que Confederación quiera aliarse con el PiS; de hecho, las recientes declaraciones de los dirigentes del partido parecen sugerir lo contrario. Justo después del anuncio de Duda, el diputado de Confederación Przemysław Wipler dijo que «ningún diputado de Confederación apoyará a Mateusz Morawiecki para obtener un voto de confianza.» Incluso si lo hicieran, esto daría 212 escaños, 19 menos que la mayoría.
  • Entonces, ¿dónde podría encontrar Morawiecki los diputados que le faltan? Una posibilidad es el Partido Popular Polaco (PSL), conocido desde hace tiempo, y aún extraoficialmente, como Partido Campesino Polaco. El PSL forma parte de la Tercera Vía, la coalición centrista que propuso a Tusk como Primer Ministro. Sin embargo, el PSL es el más conservador de esta hipotética coalición en torno a Tusk, y no está tan alejado del PiS en algunos aspectos. La semana pasada, Morawiecki dijo que incluso estaría dispuesto a unirse al PiS en un Gobierno liderado por Kosiniak-Kamysz, el líder del PSL. Esta tarde, Duda también ha nombrado a Marek Sawicki, diputado emblemático del PSL durante 30 años, Mariscal del Sejm (el equivalente al Presidente de la Asamblea Nacional).
  • Sin embargo, el PSL y la Tercera Vía han negado reiteradamente esta hipótesis y han reiterado su apoyo a Tusk. Kosiniak ha declarado que su partido desea gobernar con la actual oposición y que, a pesar de las diferencias programáticas de los partidos en algunos puntos, están de acuerdo en «obtener fondos [congelados] de la Unión Europea, restablecer el Estado de Derecho, las cuestiones de seguridad nacional, sanidad, energía y seguridad alimentaria».
  • Por tanto, Morawiecki sólo espera contar con algunos tránsfugas del partido, a los que podría ofrecer la perspectiva de puestos. Sin embargo, la inmensa mayoría de los analistas no ven en ello más que una quimera.

A estas alturas, la hipótesis de un gobierno de Tusk sigue siendo la más creíble. Hay que estar atentos y ver cómo evoluciona la escena política polaca en las próximas cinco semanas. Si Morawiecki fracasa, corresponderá al Sejm proponer un candidato, y esta será la oportunidad de Tusk de triunfar con el apoyo de los tres partidos de la oposición. En su discurso de esta tarde, el propio Duda aseguró que respetaría la elección del Sejm si fracasaba la primera propuesta de Morawiecki.

  • Incluso antes del anuncio de las 20:00, Tusk ya había declarado en mitad de su discurso: «Llevará un poco más de tiempo, pero no cambiará nada. […] No entiendo por qué el presidente Duda expone al señor Morawiecki, al señor Kaczyński y a todo el PiS a una humillación tan desagradable.» Szymon Hołownia, otro líder de la Tercera Vía, añadió: «No esperaba mucho, nunca me ha decepcionado.» Robert Biedroń, líder de la Izquierda, publicó en X: «El presidente aprende constantemente. Pero la aritmética no se le ocurre».
  • Ni Morawiecki ni Tusk han hecho aún comentarios. Por parte del PiS, por ejemplo, el diputado Rafał Bochenek ha declarado: «El PiS es el ganador de las elecciones parlamentarias de este año y, gracias a esta designación, podremos iniciar oficialmente las negociaciones sobre la cuestión del nombramiento de un gobierno para la próxima legislatura». En vista de los retos a los que se enfrenta Polonia, especialmente en el contexto de las nuevas tendencias en la Unión Europea y los peligrosos cambios en los tratados, es importante que el nuevo gobierno esté formado por personas que tengan en mente el interés polaco, la soberanía polaca y la independencia de Polonia».
  • Los primeros análisis sugieren que Duda tomó esta decisión para poder reafirmarse como garante no sólo de las instituciones, sino también de los valores conservadores para el resto de la legislatura. El posible fracaso de Morawiecki y del PiS conduciría a una victoria de Tusk, dejando a Duda encarnar la resistencia a los impulsos liberales de un gobierno que va del centro-derecha a la izquierda.
  • En cualquier caso, como explica Jarosław Kuisz, «la coalición podría encontrarse pronto con una importante oposición institucional: Andrzej Duda, el Presidente de la República, es un antiguo miembro del PiS, con el que sigue siendo un estrecho aliado; desde la reforma judicial de 2015, el Tribunal Constitucional está completamente en manos del PiS. En estas circunstancias, el Presidente podrá ejercer su veto siempre que lo desee, ya que la oposición no cuenta con la mayoría de dos tercios necesaria para anularlo. Por su parte, el Tribunal Constitucional, que examina la constitucionalidad de las leyes, podría contribuir a bloquear un gran número de iniciativas. En resumen, es un campo de minas.»