La transición energética no podrá llevarse a cabo sin una electrificación masiva de nuestro modo de vida y de producción: sustitución de los coches con motor de combustión por vehículos eléctricos, de las calderas de gas por bombas de calor, etc. En su escenario neto cero para 2050, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pretende alcanzar una cuota del 27,5% de electricidad en el consumo total de energía final, frente al 19,9% de 20221.

Sin embargo, esta electrificación no puede lograrse sin una inversión masiva en redes eléctricas.

  • Para limitar el calentamiento global a 1,5°C, la AIE considera que el consumo mundial de electricidad debe aumentar un 20% más rápido en la próxima década que en la anterior2.
  • Para alcanzar este objetivo, la inversión en redes eléctricas debe aumentar considerablemente en los próximos años.
  • Mientras que los países invierten cada vez más en la producción de energías renovables, las sumas asignadas a las redes se han mantenido estables en los últimos diez años (alrededor de 300.000 millones de dólares anuales).

Alrededor del 80% de la inversión en redes eléctricas se concentra en las economías avanzadas y en China (sobre todo en proyectos de transmisión de muy alta tensión). En las economías emergentes, Covid-19 y sus consecuencias han contribuido directamente a un descenso continuado de la inversión en redes eléctricas, que fue un 30 % inferior entre 2019 y 2022 que en 2015-20183.

  • La infrainversión en redes eléctricas ya está limitando la escala de la transición energética. Según la Agencia, ya hay al menos 3.000 GW de proyectos de energías renovables a la espera de conectarse a la red, cinco veces la capacidad solar fotovoltaica y eólica añadida en 2022.
  • Para cumplir los objetivos climáticos fijados por los gobiernos, la inversión tendrá que duplicarse de aquí a 2030 y más que triplicarse de aquí a 2050, hasta superar el billón de dólares anuales.
  • Parte de esta inversión compensará las pérdidas económicas derivadas de los cortes de electricidad, consecuencia directa de la falta de inversión y de factores humanos o naturales. En 2021, estos apagones provocaron unas pérdidas económicas de al menos 100.000 millones de dólares.

En conjunto, el tamaño de la red eléctrica mundial se duplicará hasta alcanzar los 166 millones de kilómetros en 2050, frente a los 77,1 millones de 2021. En las economías emergentes, se espera que la red crezca un 150% entre 2021 y 2050, tres veces más que en las economías avanzadas. Solo China tendrá que aportar el 25% de estas nuevas líneas, lo que supone un total de 22 millones de kilómetros.

Notas al pie
  1. Tracking Electrification, Agencia Internacional de la Energía. Para el escenario cero neto en 2050: Net Zero by 2050 A Roadmap for the Global Energy Sector, Agencia Internacional de la Energía, 11 de mayo de 2021.
  2. Electricity Grids and Secure Energy Transitions, Agencia Internacional de la Energía, 17 de octubre de 2023.
  3. World Energy Investment 2023, Agencia Internacional de la Energía, 25 de mayo de 2023.