Según la Comunidad Europea, la bajada de los precios de la energía, la relajación de las restricciones de la oferta y la solidez del mercado laboral favorecieron un crecimiento moderado en el primer trimestre de 2023, disipando los temores de recesión.

  • Las perspectivas de crecimiento de la economía de la Unión han aumentado al 1,0% en 2023 (desde el 0,8% de las previsiones intermedias de invierno) y al 1,7% en 2024 (desde el 1,6% de febrero). Las revisiones para la zona euro son de una magnitud similar, esperándose ahora un crecimiento del PIB del 1,1% y el 1,6% en 2023 y 2024 respectivamente.

La inflación general siguió bajando en el primer trimestre de 2023, debido a una fuerte desaceleración de los precios de la energía. No obstante, persiste la inflación subyacente (inflación general excluidos la energía y los alimentos no elaborados).

  • En marzo, la inflación subyacente alcanzó un máximo histórico del 7,6%, pero se espera que disminuya gradualmente a lo largo de 2023 a medida que los márgenes de beneficio absorban las mayores presiones salariales y se endurezcan las condiciones de financiación.
  • Sobre una base anual, se espera que la inflación subyacente de la zona del euro en 2023 se sitúe en una media del 6,1%, antes de descender al 3,2% en 2024, manteniéndose al mismo tiempo por encima de la inflación general en ambos años de previsión (5,8% en 2023 y 2,8% en 2024).

Las últimas estimaciones también apuntan a un fortalecimiento del mercado laboral; la tasa de desempleo de la Unión Europea cayó al 6,0% en marzo de 2023, y las tasas de participación y empleo se sitúan en máximos históricos.

  • Se espera que el crecimiento del empleo sea del 0,5% este año, antes de descender al 0,4% en 2024. Se espera que el desempleo se mantenga ligeramente por encima del 6%, mientras que el crecimiento salarial se ha acelerado desde principios de 2022, pero hasta ahora se ha mantenido muy por debajo de la inflación.
  • Así pues, se esperan aumentos salariales más sostenidos debido a la persistencia de un mercado laboral estancado, a los fuertes aumentos del salario mínimo en varios países y, de forma más general, a la presión de los trabajadores en relación con el poder adquisitivo.

A pesar de la introducción de medidas de apoyo para mitigar el impacto de los elevados precios de la energía, el fuerte crecimiento nominal y la supresión de las medidas residuales relacionadas con la pandemia conducen a una nueva reducción del déficit público agregado de la Unión en 2022 hasta el 3,4% del PIB.

  • En 2023, y de forma más marcada en 2024, la bajada de los precios de la energía debería permitir a los gobiernos eliminar gradualmente las medidas de apoyo a la energía, lo que llevaría a nuevas reducciones del déficit, hasta el 3,1% y el 2,4% del PIB, respectivamente.
  • Se prevé que el ratio deuda/PIB agregado de la Unión Europea disminuya de forma constante hasta situarse por debajo del 83% en 2024 (90% en la zona del euro), lo que sigue estando por encima de los niveles anteriores a la pandemia, aunque las trayectorias fiscales son muy heterogéneas entre los Estados miembros.
  • Aunque la inflación podría respaldar la mejora de las finanzas públicas a corto plazo, es probable que este efecto se disipe con el tiempo a medida que aumenten los costes de amortización de la deuda y el gasto público se ajuste gradualmente al mayor nivel de precios.