Muy pronto se avecina un nuevo ciclo electoral y es imposible no comenzar preguntándote sobre el liderazgo emergente en el bloque progresista encabezado por Yolanda Díaz, cuya plataforma Sumar tiene algo de revulsivo ante el menguante deterioro de Podemos de los últimos años. Pareciera que Sumar extiende de manera pragmática aquella fórmula errejonista de la transversalidad. La pregunta es doble: ¿qué consideración puedes hacer de la plataforma de Díaz, y cómo ves la relación de Sumar con otros proyectos regionales, como Más Región y la coalición verde en Murcia?
ÓSCAR URRALBURU
Sumar ya ha presentado su propuesta. Asistí, como parte de la delegación de Más País, el domingo 2 de abril a la presentación y tengo que decir que hubo muchas cosas que me gustaron. Quizá lo más notable es que su “denominación” define con literalidad su objetivo: Sumar. Yolanda Díaz nos ha puesto sobre la mesa una propuesta política democrática, abierta a quien quiera participar, que tiene como objetivo colocar a la gente y sus problemas cotidianos en el centro de la actividad política. Eso es algo que algunos llevamos mucho tiempo diciendo: los partidos en democracia son instrumentos de mejora de la vida de todos, no fines en sí mismos. Precisamente por ello, y así lo interpreto, la propuesta de sumar a partidos de ámbito estatal y de ámbito territorial tiene como vocación no servir a sus intereses, sino ir más allá de los límites de los propios partidos y construir una herramienta electoral más potente que permita movilizar al conjunto de la sociedad española y hacerla avanzar en una década clave. Pero creo que esto no solo va de partidos políticos, además pretende como una metodología de trabajo social que permita sumar a cuantos más colectivos sociales, medioambientales, vecinales, sindicales, profesionales, de autónomos, mejor, para construir un proyecto progresista y autónomo capaz de hacer realidad el deseo de gobernar España.
Le va a sonar la expresión, pero todo proyecto que ambicione dirigirse a la mayoría e incluir “a los que faltan” (y no señalar “a los que sobran”) es un proyecto en el que me siento representado. Precisamente por ello, estoy convencido de que en la Región de Murcia es más importante, si cabe, que en ningún otro lugar crear un proyecto político que permita “incluir a los que faltan”, ampliar el campo progresista y darnos una oportunidad de poder ganar las elecciones a la derecha y la ultraderecha cuanto antes, algo que no ha pasado en 30 años. En este sentido, considero que la participación de Más Región y la Coalición Verde en Sumar, debe ser semejante a la participación de Más País y Verdes Equo en el conjunto del país: ser instrumentos para aportar de manera constructiva, apoyar un proyecto que incluya a más gente, dialogar, ofrecer ideas y propuestas y, si hace falta, cuadros políticos para llevarlas a cabo. Pero lo importante es lograr los objetivos. Por eso es una decepción no haberlo logrado de cara al 28M y que hayan primado intereses particulares sobre los intereses generales.
Poniendo el foco en la Región de cara al ciclo electoral, me gustaría preguntarte sobre cómo llevan los trabajos de organización territorial y capacitación de candidatos. ¿Cómo describirías las relaciones entre las comunidades y las comarcas de la Región con los nuevos liderazgos que van despuntando de Más Región?
Es la primera vez que nos presentamos a las elecciones regionales y municipales como fuerza política junto a los compañeros y compañeras de Verdes Equo. Y lo hacemos porque ha sido imposible alcanzar una confluencia más amplia que incluyera a IU-V y Podemos. Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre, se fijaron 2 mesas paralelas de negociación ya que Podemos no aceptaba una mesa común. Dicen querer “unidad” pero sólo con IU. Seguimos trabajando con la convicción de que la unidad era posible en la región, como paso previo a la unidad defendida por Sumar a nivel estatal. Pero tras la firma de un preacuerdo de 34 páginas con IU y Verdes Equo, finalmente la oferta de Podemos a IU mejoró y terminan cerrando en enero un acuerdo que nos excluye. Decepcionante, sin duda, pero por suerte llevábamos ya mucho trabajo avanzado. A finales de enero, concretamos el acuerdo a 2 con Verdes Equo y nos pusimos a trabajar en el Plan de Campaña, el programa electoral, la propuesta política para los principales municipios de la región, aquellos que engloban un 70% del censo regional (Murcia, Cartagena, Molina y Lorca) y, finalmente, a lo largo del mes de marzo hemos ido presentando las candidaturas. Ya solo nos queda presentar el acuerdo a tres, esta vez con IU, en Molina de Segura.
Aprovechando que la compañera de Verdes Equo, Helena Vidal, entró como diputada a la Asamblea Regional, convirtiéndose en la primera diputada verde de la región, hemos optado por ofrecer a la región su continuidad en la representación regional: una candidata joven, pero con mucha experiencia profesional como psicóloga y también como militante, completamente comprometida con el proyecto de coalición entre Verdes Equo y Más Región, así como con el proyecto de Sumar. En Murcia, hemos optado por otro liderazgo joven, un profesor y activista municipalista de 30 años que quiere contribuir desde el ayuntamiento de Murcia a construir una ciudad más sostenible y más vivible para el siglo XXI. En Lorca presentamos a Pepe Fernández Rufete, que es muy conocido en la ciudad del Sol por su compromiso con las luchas medioambientales desde finales de los años 80. Y en los próximos días anunciaremos los candidatos y candidatas en la ciudad de Cartagena, con su cabeza de lista, una joven curtida en la política regional. Por otro lado, también hemos presentado la coalición con IU en Molina de Segura, con el reto importantísimo de mantener el gobierno progresista y verde que tan bien ha ayudado a construir Mariano Vicente en la última legislatura.
Desde hace años la Región ha sido el sitio de intensas pugnas en torno al problema de las infraestructuras (pienso en el soterramiento de la vía ferroviaria en Murcia), que es también un tema candente en toda la geografía sureña en la geografía de la llamada España radial. ¿Se está discutiendo el tema de las infraestructuras por parte de Más Región? ¿Cuál es su orientación y visión de cara a las exigencias ecológicas y de la transición energética del país?
En el programa electoral, que está ya en su fase final de elaboración hemos abordado de modo especial el asunto de las infraestructuras y del desequilibrio territorial existente en esta materia en la Región de Murcia. El derecho a la movilidad es determinante en una fase de transición energética, por ello debemos esforzarnos en fomentar los accesos a los servicios públicos esenciales, las infraestructuras del transporte y el urbanismo, zonificando el territorio rural en comarcas, según sus particularidades sociales, carencias y potencialidades, pero hay que hacerlo siempre protegiendo los ecosistemas y los recursos naturales básicos -aguas, bosques y tierra fértil-.
No cabe duda que desde el último cuarto del siglo pasado, la población de la Región de Murcia ha crecido muy rápidamente, al igual que la actividad económica, pero este crecimiento no ha ido acompañado de una adecuación de las redes de logística y transporte. La comunicación entre los municipios de la Región se ha basado, casi en exclusiva, en la red de carreteras y autovías apostando por el transporte privado en coche y de mercancías en camión, precisamente por ello, ahora que es necesario abordar una transición energética y, por tanto, también una transición en el modelo de movilidad, la situación es tan precaria. Desde los sucesivos gobiernos del Partido Popular, se ha promovido en la Región una cultura del coche que ha provocado que nuestras ciudades tengan un alto índice de contaminación por óxidos de nitrógeno. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la ciudad de Murcia es la cuarta ciudad más contaminada de España por dióxido de nitrógeno. Con las nuevas directrices de la OMS sobre niveles de contaminación del aire, las ciudades de Murcia, Cartagena y Lorca, sobrepasan los máximos considerados como tolerables.
Por otro lado, si la finalización de las obras del soterramiento del AVE por Alicante, como parte del corredor Mediterráneo, y su continuación hacia Andalucía, ha supuesto el triunfo de las reivindicaciones de décadas de la Plataforma Pro-Soterramiento, pero al mismo tiempo ha supuesto la paralización, hasta la finalización de una línea muy costosa de los trenes de cercanías Murcia Lorca Águilas y la interrupción de la posibilidad de acceder en tren a Cieza, lo que contribuye a saturar más, si cabe, las autovías y carreteras de nuestra Región. Frente a un modelo basado en la inversión para aumentar de forma constante la capacidad de la red viaria y el espacio de aparcamiento, en el que los recursos se despilfarran sin sentido, caben fórmulas encaminadas a aumentar la eficiencia del patrimonio infraestructural construido y promover los modos de transporte más sostenibles y menos agresivos para la salud.
Somos conscientes de que tras la irrupción del Covid-19, los patrones de movilidad han cambiado cada vez es mayor la parte de la población que teletrabaja y ya no se desplaza cada día, gran parte de nuestras actividades las realizamos a distancias asumibles caminando o en bicicleta, queremos gozar de un mejor espacio público y de una mejor calidad del aire en nuestras ciudades y para ello es necesaria una mayor oferta y frecuencia del transporte público, también de ampliación de las líneas de tranvía en la ciudad de Murcia, tal y como hemos propuesto con un plan específico. Estas nuevas necesidades hacen imprescindible un cambio de modelo de movilidad. Estamos, por tanto, frente a una oportunidad única para alcanzar una movilidad más saludable, más sostenible, más eficiente, más segura y más equitativa que pivote en torno al transporte público colectivo, mucho más eficiente y ecológico que cualquier otra opción. Pero para ello, es necesario reforzar el transporte público como espina dorsal del sistema de movilidad: dotando al sistema de suficiente personal y medios económicos y materiales; generando un nuevo modelo de gobernanza; ampliando su cobertura creando nuevas líneas y construyendo nuevos intercambiadores de transporte; garantizando la accesibilidad universal de paradas, estaciones y vehículos.
En nuestro programa recogemos la voluntad de recuperar una Entidad Pública de Transporte de la Región de Murcia que integre y coordine el transporte interurbano, como organismo autónomo que actúe como autoridad de transporte planificando, implementando las estrategias de transporte y administrando los servicios de transporte de las áreas metropolitana y funcionales de la región. Así mismo, realizaremos estudios sobre el uso diferencial del transporte de la región según el género del usuario, prestando especial atención a los viajes vinculados a cuidados (acompañar a personas dependientes, ir a hacer la compra de comida y medicinas e ir al médico), así como un estudio específico para diagnosticar las carencias de movilidad de los municipios, los barrios y pueblos más vulnerables y despoblados de la Región, que sirva como hoja de ruta para el reequilibrio territorial en materia de movilidad. Sus resultados serán de obligado cumplimiento en el diseño de rutas y frecuencias. Proponemos un Abono Social para las personas con renta más baja e implantaremos un nuevo abono especial para familias.
Para nosotros y nosotras, el tren es la infraestructura más sostenible para el transporte por tierra, tanto de personas como de mercancías. El Corredor Mediterráneo debe servir para mejorar el abandonado transporte de mercancías y para ello, se deben adecuar y modernizar las instalaciones de carga y descarga existentes, establecer Zonas de Actividad Logística que aseguren la intermodalidad. El 85% de las exportaciones agrícolas de la Región se hacen por carretera con un altísimo coste ambiental y energético. Exigiremos la recuperación, modernización y electrificación de los trenes de cercanías, aumentando la frecuencia y destinos y potenciaremos la intermodalidad, conectando las estaciones de tren con las estaciones de autobuses y estableciendo bonos intermodales (tren-autobús) que permitan viajar entre las poblaciones de la Región, a toda la población, también a las personas con discapacidad o a quienes quieren emplear la bicicleta como medio personal de transporte en nuestras ciudades.
En este sentido, en el contexto actual de emergencia climática, sanitaria y económica, es obligatorio el impulso de la bicicleta como un proyecto estratégico en las políticas públicas de movilidad. Pocas cosas como la bicicleta aportan una respuesta a los retos actuales en diversos frentes como el proceso de recuperación económica, la emergencia climática y la necesaria transición eco-social y energética. Añadido a los comprobados beneficios de su uso para prevenir enfermedades mentales y físicas y al gran retorno económico que genera a la sociedad, esta es la oportunidad para destinar fondos a políticas de fomento del uso de la bicicleta.
La bicicleta es el medio de transporte más eficaz entre 1 y 8 km, lo que supone la mayoría de los desplazamientos que se realizan diariamente en la Región. Su uso abre oportunidades de desplazamientos mucho más diversos, seguros, económicos y respetuosos con el medio ambiente. Es imprescindible incentivar este medio de transporte y a las empresas que utilicen la bicicleta como elemento de activación económica como es el caso de la ciclologística o el cicloturismo. Nos comprometeremos políticamente con la bicicleta a través de la aprobación de un Plan Regional de la Bicicleta, en el que ésta cobrará un papel central en la movilidad regional y como pieza fundamental en el fomento de la intermodalidad y se hará en coordinación con las organizaciones representantes de personas usuarias y otros sectores involucrados. Se contemplará la financiación para la ejecución del plan, de la red ciclista planteada y campañas de comunicación institucional en favor de la promoción del uso de la bicicleta en los medios públicos de radio y televisión. Este Plan Especial incluirá varios ejes: el desarrollo de la red ciclista regional, supramunicipal y local; un Plan de red de Estacionamiento de Bicicletas en el que incluiremos medidas concretas para llevar las bicicletas a bordo de trenes y autobuses interurbanos; crearemos una línea de apoyo económico destinado a que los municipios dispongan de redes propias de bicicletas que protagonicen la movilidad dentro de las ciudades y pueblos; e impulsaremos la ciclologística como una pieza más en el transporte de mercancías en la última milla y el cicloturismo. Apoyaremos a los municipios para que dispongan de redes propias de bicicletas públicas. Todas ellas estarán integradas en el nuevo marco tarifario, garantizando intermodalidad bici-transporte público colectivo y la comunicación en bicicleta entre municipios en condiciones de seguridad, comodidad y eficacia.
Fomentaremos la construcción de pasarelas y carriles bicis que comuniquen nuestros municipios, con el objetivo de generar una red ciclista local, metropolitana y regional. Esta red coherente, intuitiva y homogénea, unirá y complementará las vías ciclistas existentes, creando nuevas, con el objetivo de unir localidades vecinas entre sí, intercambiadores de transporte y lugares de especial interés, como estaciones de tren, hospitales, campings, polígonos industriales, centros comerciales y de ocio, etc., que se encuentran fuera de los ámbitos locales. Promocionaremos el uso de la bicicleta en los Centros Educativos. Entrenamiento integrado como programas educativos sobre movilidad sostenible y circulación segura, apoyo en adecuación de aparcamientos en los centros educativos y entornos escolares pacificados, seguros y saludables impulsando caminos seguros, carriles bici y bici- buses, además de programas para acceder a la bicicleta. Queremos crear una Oficina Regional de la Bicicleta con equipo técnico propio que elabore un Manual de Infraestructuras Ciclistas.
Y todo ello lo haremos, sin olvidar que las carreteras son y seguirán siendo infraestructuras básicas de la Región de Murcia. Asumimos el reto de superar la política de la ampliación permanente de la capacidad, gestionando las carreteras de forma diferente: priorizando el transporte público sobre el coche, impulsando la intermodalidad, reforzando el mantenimiento del patrimonio infraestructural, corrigiendo las deficiencias de la red, incrementando la seguridad vial y reduciendo los impactos ambientales de la red: aparcamientos disuasorios, construcción de pantallas acústicas, inventario de tramos protegidos con sistemas para protección de motoristas en las carreteras de titularidad regional, priorización de las conexiones entre barrios y municipios especialmente aislados como las pedanías altas del Noroeste, creación de infraestructuras para una Red logística de producción y distribución de productos agroecológicos en la Región, etc. Crearemos un plan específico para la renovación de infraestructuras científico-técnicas, utilizadas tanto en ciencias experimentales como en computación, y la creación de otras nuevas en las universidades e instituciones públicas regionales.
La tensión territorial entre pueblos, territorios, y grandes centros metropolitanos es hoy una clave interpretativa de la comprensión política. Pareciera que la derecha ha logrado captarlo con cierta eficacia. El mes pasado en un mitin en Murcia, Abascal enfatizó la ira anti-metropolitana y aludió al problema del agua y de los regaderos de la Región. ¿Cómo leen desde Más Región el auge de la derecha nacionalista y su incepcion en los territorios?
El PP lleva 30 años instalado en San Esteban gracias a su hegemonía política en materia hídrica. Una variante del nacionalismo español convertido en una versión regional de “nacionalismo del agua” que hoy pretende heredar Vox. Pero es el mismo discurso y las mismas mentiras, un discurso y unas mentiras sostenidas sobre una necesidad hídrica real que se vive de manera dramática en las zonas rurales y agrícolas en las que el agua se ha convertido en el principal motor productivo. Pero esta dinámica está llegando a sus límites, quizá por ello también se extreman los discursos: el cambio climático, el aumento de la sequía, no solo en el sureste español, sino principalmente en la cabecera del Tajo, anuncian el fin del modelo de la agroindustria regional, un modelo que ha estado vigente por más de cuarenta años y que ha evidenciado su erróneo diseño en el colapso medioambiental provocado en el Mar Menor.
Todo está enlazado en esta cuestión. Por ello, desde Más Región – Verdes Equo queremos hacer del agua un asunto de Estado que evite el conflicto social en torno a las grandes infraestructuras del agua. Solamente desde la cooperación y el entendimiento mutuo se podrán alcanzar fórmulas de consenso ampliamente participativas en el seno de la planificación de todas las cuencas, con transparencia y con los procedimientos que establece la Directiva Marco Europea del Agua. Creemos que el objetivo debe ser avanzar hacia un horizonte menos dependiente de recursos hídricos externos y conseguir, a largo plazo, una mayor autosuficiencia hídrica en cada demarcación hidrográfica, sólo así lograremos despejar del horizonte político el discurso demagógico del agua que hacen PP y Vox.
Se trata de gestionar y contener la demanda agraria, urbana e industrial, complementada con la optimización de los recursos no convencionales (reutilización de aguas residuales y desalación marina) como piezas clave en esta hoja de ruta de transición hacia horizontes más sostenibles y adaptados al cambio climático. Por ello, desde Más Región-Verdes Equo sostenemos que es necesaria la gestión adaptativa de las infraestructuras ya existentes, como la del Acueducto Tajo-Segura, entre otras, que tenga en cuenta el cambio climático, cuyo impacto en las cuencas cedentes será cada vez más significativo. Debemos acabar con la corrupción y con la mercantilización del agua, promoviendo nuevos modelos de gestión, basados en la transparencia y la participación ciudadana en la gestión del agua como un bien público. Es verdad que existe un déficit hídrico, fruto de la escasez de recursos, pero también existe una mala y especulativa gestión del agua y hay que decirlo. Es una vergüenza que mientras se manifiestan porque no hay agua en la región ésta se venda en el mercado negro a comunidades de regantes de otras CCAA. Los agricultores preocupados por su cosecha y el campo regional se merecen que desde la política se reduzcan sus incertidumbres en torno a la disponibilidad de agua y sus impactos económicos. Solo al gobierno regional, al PP y a Vox, les interesa esta permanente inestabilidad en cuanto al reconocimiento de los recursos disponibles. Así mismo, debemos asegurar la equidad social en el acceso al agua, protegiendo los pequeños productores y los regadíos históricos (huertas tradicionales) y su valioso patrimonio ambiental y cultural, estamos comprometidos con el objetivo de recuperar y mantener el buen estado ecológico de nuestros ríos, manantiales, acuíferos y humedales.
Tenemos que recordar que las políticas del agua y su interrelación con la agricultura van a tener una gran trascendencia para el futuro del entramado socioeconómico en el medio rural de nuestro país. El cambio climático en marcha agravará los problemas de rentabilidad y viabilidad de muchas explotaciones agrarias y ganaderas, en especial las que representan al modelo social y familiar que defendemos. A pesar de ser un sector altamente vulnerable al cambio climático, el sector agrario puede contribuir eficazmente a frenar los impactos del cambio climático, si se le proporcionan los medios necesarios y el marco normativo adecuado. El sector agrario puede estar en condiciones de respuesta a los retos alimentarios, energéticos y ambientales vigentes pasando a ser parte importante de la solución.
Ante esta situación y durante muchos años, numerosos colectivos sociales y ambientales han venido reclamando un Acuerdo Social por el Agua que sea la base de una política de Estado, basada en la defensa de nuestros ríos, que vele por la gestión pública del agua, y que reconozca y garantice el acceso universal a los servicios de abastecimiento y saneamiento, en tanto que se trata de un derecho humano, reconocido como tal por Naciones Unidas. Ese Acuerdo Social por el Agua ha sido elaborado y firmado por cerca de un centenar de organizaciones, colectivos y sindicatos de las diversas Comunidades Autónomas de España. Por ello, desde Más Región – Verdes Equo asumimos sus demandas y nos comprometemos a trabajar en la defensa, tal y como establece la Directiva Marco de Aguas (DMA), de una gestión integrada y sostenible de ríos, lagos, humedales y acuíferos, a nivel de cuenca, desde enfoques ecosistémicos, promover de forma efectiva el objetivo de recuperar el buen estado ecológico de las masas de agua, respetando los regímenes de caudales ecológicos que permitan garantizar el buen estado de ríos y humedales frente al cambio climático y gestionar a nivel de cuenca los flujos sólidos y sedimentos de los que depende la sostenibilidad de deltas, playas y ecosistemas litorales. Y ante los efectos adversos del Cambio Climático, es obligatorio desarrollar planes de ordenación territorial y urbanística que eviten de forma efectiva la construcción de viviendas, instalaciones industriales y ganaderas en ramblas y territorios inundables, recuperando sotos de ribera, meandros y espacios de inundación fluvial en crecida, con retranqueo de motas, con el objeto de generar estrategias de ablandamiento y gestión de crecidas extraordinarias en coherencia con la Directiva de Inundaciones.
Es necesario acabar con la opacidad institucional y el autoritarismo tecnocrático en la gestión del agua. El buen gobierno del agua debe regirse por criterios más democráticos, transparentes y participativos, al servicio de todos los usuarios. Tenemos que promover la actualización concesional de las dotaciones en función de las disponibilidades actuales y futuras, a la luz del cambio climático en curso y combatir la sobreasignación de concesiones, por encima de los caudales realmente disponibles, especialmente en el futuro. Pero para ello es necesario revisar la relación de las Confederaciones Hidrográficas con los municipios y delimitar funciones y responsabilidades para mejorar la coordinación interinstitucional en materia de gestión de cauces, ramblas y barrancos, al tiempo que se refuerza el papel de las Comunidades de Regantes (tradicionales o no), dándoles apoyo, evitando la privatización de la gestión del riego en grandes sistemas.
Estamos despilfarrando cientos de millones de euros de fondos públicos en grandes obras hidráulicas conflictivas, de dudosa rentabilidad y con graves impactos socio-ambientales, realizando, en su caso, adecuadas obras de regulación en tránsito que permitan modernizar y consolidar la explotación familiar en los regadíos existentes, minimizando impactos ambientales. Vamos a impulsar la desalación de agua de mar y de caudales salobres, así ́ como la regeneración y la reutilización de retornos, en territorios costeros, usando energía solar y eólica que pueden alumbrar perspectivas de autosuficiencia sostenible en territorios vulnerables.
Una pregunta más de corte geopolítico y fiscal: pensando en el programa de Next Generation EU para el desarrollo postpandémico, ¿qué lectura han hecho de la colaboración entre el gobierno central y la Unión Europea? ¿Es posible pensar una mayor compenetración de los territorios lejanos del centro con los diseños de las políticas públicas de la Unión?
El Next Generation es el mayor paquete de estímulo jamás diseñado por la Unión en toda su historia. Una oportunidad para convertir el problema generado por la pandemia del Covid-19 en una oportunidad para transformar nuestra economía y crear nuevas oportunidades adaptadas a las necesidades del siglo XXI, para crear una Europa más ecológica, más digital y más resiliente de cara al futuro. Y eso es algo que ha logrado el gobierno de coalición en España y que confronta de modo radical con el modo de abordar la crisis que tuvo el gobierno de España y la Unión Europea en 2010. Como bien sabes, se trata de un paquete de inversión focalizado en la investigación y la innovación, a través de Horizonte Europa, en las transiciones climática y digital, a través del Fondo de Transición Justa y el programa Europa Digital, y en la preparación, la recuperación y la resiliencia, a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, rescEU y un nuevo programa de salud, UEproSalud.
Junto a estos tres ejes más innovadores, también se han articulado medidas en materia de la modernización de políticas tradicionales, como la de cohesión y la política agrícola común, para que contribuyan al máximo a las prioridades de la Unión, en la lucha contra el cambio climático, con el 30 % de los fondos de la Unión Europea, el mayor porcentaje en la historia del presupuesto europeo y en protección de la biodiversidad y la igualdad de género, seis dimensiones de inversión especialmente sensibles en nuestra Región que el gobierno regional no debería desaprovechar y, en gran medida, está desaprovechando. Estos paquetes han permitido que este 2023 tengamos el mayor presupuesto en materia de ingresos de nuestra historia, pero aún podría haber sido mayor si el gobierno regional no estuviera todo el tiempo en guerra con el gobierno de España, viendo quien se pone la medalla y evitando que el discurso del cuidado medioambiental y el respeto a la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, por la igualdad o por la innovación, la tecnologización de nuestros modelos productivos y la transición energética se puedan convertir en dominantes culturalmente. Es esta forma de hacer política que tiene el PP y su socio ultra y es la base de sus propias ideas, alejadas del sentido común de época lo que nos hace perder oportunidades. ¿Cómo aprovechar estos fondos si son la antítesis de lo que defienden? En este sentido, desde la región deberíamos aprovechar estos fondos para acercarnos al corazón de Europa, pero me da la sensación de que con este Presidente y este gobierno regional cada vez estamos más lejos.