Si los ciclones Idai y Kenneth ya habían batido récords de intensidad y devastación, «Freddy» ha superado ahora otros. El 6 de febrero adquirió fuerza suficiente para recibir el nombre de ciclón y duró más de un mes, lo que lo convierte en el ciclón más largo del que se tiene constancia. Se formó frente a las costas de Australia y recorrió el océano Índico antes de cruzar Madagascar y entrar en el canal de Mozambique, cuyas aguas cálidas probablemente contribuyeron a su longevidad e incluso a su fortalecimiento1.

  • Freddy golpeó Mozambique dos veces, la primera el 24 de febrero en Vilankulos (a poco más de 300 kilómetros al sur de Beira). Según los informes, unas 180 hectáreas de cultivos quedaron destruidas y algo más de 2.500 familias sufrieron daños materiales, pero las infraestructuras turísticas sólo se vieron ligeramente afectadas (la provincia de Inhambane, donde se encuentra Vilankulos, es una de las más turísticas del país). Los daños fueron limitados en comparación con la temporada de ciclones de 2019, lo que podría explicarse por una mejor prevención por parte de la población2.
  • A continuación, el ciclón continuó hacia Zimbabue antes de regresar a Mozambique y al canal de Mozambique. Excepcionalmente, este regreso al mar fortaleció a Freddy, que volvió a golpear el país en la provincia de Zambezia, justo al norte de Beira. Este fenómeno de que un ciclón recupere fuerza en el mar para tocar tierra por segunda vez con más fuerza es raro, pero no excepcional: ya ocurrió con Idai, con consecuencias devastadoras para la ciudad de Beira. 

Freddy llegó a Zambezia por la capital de la provincia, Quelimane, el 11 de marzo, y continuó hacia Malaui, donde golpeó Blantyre, la capital económica del país. Finalmente se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical.

  • La ciudad de Quelimane se quedó sin electricidad, Internet ni agua corriente tras el paso de la tormenta; aunque el lunes los operadores telefónicos habían restablecido las conexiones3, muchas personas siguen sin agua ni electricidad. En las zonas rurales la situación es sin duda mucho más precaria, pero difícil de cuantificar. Según el alcalde de Quelimane, Manuel de Araújo, más de 100.000 personas necesitan ayuda humanitaria, ya que los tejados de muchas instituciones (hospitales, escuelas, etc.) han sido arrancados4

La intensidad del ciclón Freddy, sólo cuatro años después de los ciclones Idai y Kenneth, es indicativa de los efectos del cambio climático en la región, donde los fenómenos meteorológicos extremos están destinados a aumentar. El aumento del número de ciclones que azotan Mozambique y su intensificación no harán sino debilitar a este país menos desarrollado.

Aún no se ha anunciado la respuesta del gobierno central de Mozambique. Aunque los daños en la región de Vilankulos son limitados, la situación parece más grave en Zambezia, una de las provincias más pobres del país y bastión de la oposición. Culturalmente, la administración mozambiqueña sigue desconfiando de cualquier injerencia extranjera, lo que ya había retrasado su solicitud de ayuda humanitaria en 2019. Queda por ver cuándo se hará realidad esta petición y en qué condiciones podrá entregarse.

Notas al pie
  1. Joseph Hanlon, Mozambique 619 – Cyclone Freddy to hit again & harder, IDP return to «Totaland’, Mozambique News Reports and Clippings, 09/03/2023
  2. Carta de Moçambique, Ciclone Freddy deixa perto de 60 famílias sem casas em Vilanculos, 27/02/2023
  3. Zitamara News, Cyclone Freddy brings destruction and flooding to Mozambique again, 13/03/2023
  4. Publicación del Consejo Municipal de Quelimane, 12/03/2023, https://www.facebook.com/conselhomunicipalquelimane/posts/pfbid0dZYE8mskHAXaRigKk1gQgu2k3UzZBHfq79x3eBmDHxkSx7m3g1bnUB52YXn43q39l?_rdc=1&_rdr