En 2022, Pekín ha aprobado el equivalente a dos nuevas centrales eléctricas de carbón por semana

Durante 2022, China concedió permisos para la construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón con una capacidad de generación de 106 GW, la cifra más alta desde 2015¹.

• De los proyectos permitidos, 60 GW aún no estaban en construcción en enero de 2023, pero es probable que las obras comiencen pronto.
• La capacidad de las centrales eléctricas de carbón que empezaron a construirse el año pasado fue seis veces superior a la de todos los países juntos.
• La mayoría de estos proyectos, que implican tanto nuevas unidades como nuevas centrales, se concentran en las provincias de Guangdong, Jiangsu, Anhui, Zhejiang y Hubei.

En 2022 sólo se añadieron a la red china 0,6 GW de nueva capacidad de generación eléctrica a partir de carbón, la cifra más baja desde 2003. Esto refleja el bajo número de proyectos puestos en marcha entre 2017 y 2020.

Estas nuevas cifras van en contra de la dinámica observada en los últimos años.

• La cuota del carbón en el mix eléctrico chino no ha dejado de caer desde 2011 (del 78,67% del total de electricidad generada al 62,93% en 2021).
• Pekín pretende alcanzar la neutralidad del carbono en 2060 y el pico de emisiones de CO2 en 2030, mientras que el Presidente Xi Jinping se ha comprometido a reducir el consumo de carbón de China entre 2026 y 2030.
• Sin embargo, si China quiere cumplir estos objetivos (cuyos esfuerzos actuales son considerados «muy insuficientes» por el Climate Action Tracker²), estas nuevas unidades y centrales de carbón se infrautilizarán y su vida útil se reducirá considerablemente.

La adición de nueva capacidad de generación de electricidad a partir del carbón -así como la aceleración de los procedimientos de concesión de permisos- parece ser una respuesta a la escasez provocada el verano pasado por la ola de calor sin precedentes que contribuyó a la drástica reducción de la producción hidroeléctrica. Aunque el desarrollo de las energías renovables avanza rápidamente, el carbón sigue siendo de momento la solución preferida de Pekín para los picos de demanda.