Este texto es una traducción de un artículo publicado el 20 de febrero de 2023 en el blog de Alexei Navalny1.

  1. El presidente Putin ha desatado una injusta guerra de agresión contra Ucrania utilizando pretextos ridículos. Intenta desesperadamente convertirla en una «guerra popular», tratando de hacer cómplices a todos los ciudadanos rusos, pero sus intentos están fracasando. Casi no hay voluntarios para esta guerra, por lo que el ejército de Putin tiene que recurrir a convictos y a personas movilizadas a la fuerza.
  1. Las verdaderas razones de esta guerra están relacionadas con los problemas políticos y económicos de Rusia, el deseo de Putin de mantenerse en el poder a toda costa y su obsesión por su propio legado histórico. Quiere pasar a la historia como «el zar conquistador» y «el coleccionista de tierras».
  1. Decenas de miles de ucranianos inocentes han sido asesinados, y millones más han experimentado dolor y sufrimiento. Se cometieron crímenes de guerra. Se han destruido ciudades e infraestructuras ucranianas.
  1. Rusia sufre una derrota militar. La constatación de esta realidad ha hecho que la retórica oficial pase de afirmar que «Kiev caerá en tres días» a amenazar histéricamente con utilizar armas nucleares en caso de derrota rusa. Se han arruinado innecesariamente las vidas de decenas de miles de soldados rusos. La derrota militar final puede retrasarse a costa de las vidas de cientos de miles de soldados movilizados adicionales, pero es inevitable. La combinación de una guerra de agresión, corrupción, generales ineptos, una economía débil, heroísmo y motivación de las fuerzas ucranianas sólo puede conducir a la derrota. Los engañosos e hipócritas llamamientos del Kremlin a las negociaciones y al alto el fuego no son más que una evaluación realista de las perspectivas de nuevas acciones militares.
  1. ¿Cuáles son las fronteras de Ucrania? Son similares a las de Rusia: están reconocidas internacionalmente y se definieron en 1991. Rusia también reconoció estas fronteras entonces, y debe reconocerlas ahora. No hay nada que discutir. Casi todas las fronteras del mundo son más o menos accidentales y provocan el descontento de alguien. Pero en el siglo XXI no podemos empezar guerras para redibujarlas. De lo contrario, el mundo se sumirá en el caos.
  1. Rusia debe dejar en paz a Ucrania y permitir que se desarrolle como quiere su pueblo. Detener la agresión, detener la guerra y retirar todas sus tropas de Ucrania. La continuación de esta guerra no es más que una rabieta provocada por la impotencia, y ponerle fin sería un gesto enérgico.
  1. Junto con Ucrania, Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido, debemos buscar formas aceptables de compensar a Ucrania por el daño causado. Una forma de hacerlo sería levantar las restricciones a nuestro petróleo y gas, pero utilizando parte de los ingresos que Rusia recibe de las exportaciones de hidrocarburos para reparaciones. Por supuesto, esto sólo debería hacerse tras el cambio de poder en Rusia y el fin de la guerra.
  1. Los crímenes de guerra cometidos durante la guerra deben ser investigados en cooperación con las instituciones internacionales.
  1. ¿Son todos los rusos intrínsecamente imperialistas? Esta pregunta es absurda. Por ejemplo, Bielorrusia también participa en la guerra contra Ucrania. ¿Significa esto que los bielorrusos también tienen una mentalidad imperial? No, simplemente ellos también tienen un dictador en el poder. Siempre habrá gente con mentalidad imperial en Rusia, como en cualquier otro país cuyas condiciones históricas lo permitan, pero están lejos de ser la mayoría. No hay razón para llorar y lamentarse por ello. Hay que derrotar a esta gente en las elecciones, igual que se derrota a los radicales de derecha e izquierda en los países desarrollados.
  1. ¿Necesita Rusia nuevos territorios? Rusia es un país inmenso con una población cada vez menor y unas zonas rurales moribundas. El imperialismo y el deseo de apoderarse de territorios es el camino más dañino y destructivo. Una vez más, el Gobierno ruso está destruyendo nuestro futuro con sus propias manos con el único propósito de que nuestro país parezca más grande en el mapa. Pero Rusia ya es lo suficientemente grande. Nuestro objetivo debe ser preservar a nuestro pueblo y desarrollar lo que tenemos en abundancia.
  1. Para Rusia, el legado de esta guerra será una maraña de problemas complejos y, a primera vista, casi insolubles. Es importante que nos demos cuenta de que realmente queremos resolverlos, y que empecemos a hacerlo honesta y abiertamente. La clave del éxito es comprender que poner fin a la guerra lo antes posible no sólo será bueno para Rusia y su pueblo, sino también muy rentable. Sólo así se podrá empezar a avanzar hacia el levantamiento de las sanciones, el regreso de los que se han marchado, el restablecimiento de la confianza empresarial y el crecimiento económico.
  1. Permítanme subrayar una vez más que después de la guerra tendremos que devolver a Ucrania todo el daño causado por la agresión de Putin. Sin embargo, el restablecimiento de relaciones económicas normales con el mundo civilizado y la vuelta del crecimiento económico nos permitirán hacerlo sin interferir en el desarrollo de nuestro país. Hemos tocado fondo y, para resurgir, debemos recuperarnos. Esto sería éticamente justo, racional y rentable.
  1. Tenemos que desmantelar el régimen de Putin y su dictadura. Lo ideal sería celebrar elecciones generales libres y convocar la Asamblea Constituyente.
  1. Debemos establecer una república parlamentaria basada en la alternancia en el poder mediante elecciones justas, tribunales independientes, federalismo, autonomía local, plena libertad económica y justicia social.
  1. Reconociendo nuestra historia y nuestras tradiciones, debemos formar parte de Europa y seguir la senda europea de desarrollo. No tenemos otra opción.