Desde las protestas de Tiananmen, que fueron brutalmente reprimidas por el EPL, la sociedad civil china ha sido considerada -especialmente desde Occidente- como pasiva. Sin embargo, los ciudadanos chinos se reúnen periódicamente en todo el país para protestar colectivamente y dar a conocer sus reivindicaciones, como se ha visto recientemente en la fábrica de Foxconn o en todo el país tras el incendio de Ürümqi

Tras el trauma de Tiananmen, Falun Gong -un movimiento cultural y religioso que cobró impulso en China en la década de 1990- es un ejemplo de las décadas de tensiones entre el Partido y los movimientos rivales.

  • Debido a su tamaño (más de 70 millones de practicantes) y a su independencia filosófica, el gobierno chino ha considerado cada vez más a Falun Gong como una amenaza potencial para su hegemonía.

A pesar de que los movimientos prodemocráticos han sido poco frecuentes desde el fracaso de 1989, las protestas de los trabajadores siguen siendo habituales.

  • Desde el mes de mayo se han producido casi 700 huelgas, protestas y manifestaciones de trabajadores chinos en todo el país.
  • Las movilizaciones se concentran principalmente en las provincias del interior, Hebei y Henan, en cuya capital, Zhengzhou, se produjo uno de los primeros grandes movimientos obreros contra la política de cero-Covid
  • Las grandes ciudades del centro del país fueron las que más huelgas registraron, como Xi’an (31), Pekín (15), Shanghai (14) y Qingdao (12).

Aunque los resultados suelen ser dispares, las protestas se están dando en numerosos sectores en todo el país. El sector de la construcción, especialmente debilitado por la contracción del sector inmobiliario, es el que más movimientos sociales y laborales concentra: el 43% de los registrados desde mayo.

Las manifestaciones actuales son un recordatorio del frágil equilibrio que existe en la relación entre el pueblo chino y el Partido.

  • Los discursos escuchados reflejan las angustias relacionadas con la situación económica en la que se encuentra el país debido a las restricciones sanitarias1.
  • La población china, que en su mayoría ha sufrido meses de confinamiento, expresa ahora reivindicaciones cada vez más amplias, atacando directamente al régimen mediante consignas coreadas en la calle, a veces a cara descubierta: «¡El PCC debe dimitir! Xi Jinping debe dimitir» ( 共产党下台! 习近平下台!)

El movimiento iniciado tras el incendio de Ürümqi es probablemente el mayor en el país desde Tiananmen. En las calles, cientos de vídeos destacan los discursos contra la política sanitaria del gobierno, contra Xi Jinping y el Partido, pero también contra el estado de seguridad, que se ha desarrollado ampliamente desde que Xi llegó al poder en 2012.

Notas al pie
  1. Tweet de Vivian Wu, 26 novembre 2022