• Protestas. El lunes por la noche se produjeron enfrentamientos singulares entre los residentes de Guangzhou y la policía, lo que refleja la frustración de la población ante las restrictivas medidas sanitarias implantadas por el régimen chino. Con más de 5.000 casos diarios, Guangzhou es una de las ciudades más afectadas por el Covid-19.
  • Crédito social. Esta semana, China anunció su plan para establecer un marco único en torno a su sistema de control de los ciudadanos chinos: el crédito social, un conjunto de datos que evalúa la «fiabilidad» de los ciudadanos y las empresas chinas. Hasta ahora, el sistema tenía una base jurídica relativamente vaga. Por primera vez, la ley establece que es «responsabilidad de los gobiernos populares locales establecer un sistema de crédito social en sus regiones administrativas»1.
  • Ventas al por menor. Los nuevos datos publicados el martes muestran que la economía china sigue en desacerleración. Las ventas al por menor se redujeron en 0,5 puntos porcentuales en octubre, el primer descenso desde el pasado mes de mayo. El peso de las medidas sanitarias y la recesión mundial que provoca una menor demanda son los principales factores que frenan el crecimiento chino.
  • Propiedad inmobiliaria. Esta semana, las autoridades chinas han desvelado amplias medidas para aliviar el sector inmobiliario del país. El banco central emitió unas directrices internas de 16 puntos destinadas a promover el «desarrollo estable y saludable» («万科长期稳定健康发展) de Vanke, un importante promotor inmobiliario2. Las medidas incluyen el apoyo crediticio a los promotores inmobiliarios endeudados, así como la ampliación de los préstamos inmobiliarios. Desde hace más de un año, China se enfrenta a un descenso constante de los precios de las viviendas nuevas, mientras que la demanda tiene dificultades para recuperarse.
  • ¿Hacia una normalización? El miércoles, al margen del G20 en Bali, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, se reunió durante más de dos horas con el gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang. Hablaron de la volatilidad de los mercados energéticos y de las perspectivas económicas de ambos países, en una reunión que forma parte de una serie de iniciativas para restablecer los canales de comunicación entre ambos países, cortados en parte tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán en agosto.
  • Llamada a la calma. En respuesta a la muerte de dos ciudadanos polacos en la explosión de un misil en Przewodów a principios de esta semana, los Estados europeos fueron unánimes en su apoyo a Polonia, aunque con algunos matices. En una rueda de prensa celebrada el miércoles, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, pidió que se mantuviera cierta distancia con los acontecimientos y aconsejó «a todas las partes implicadas que mantuvieran la calma y evitaran la escalada»3.
  • Civilización. El lunes, durante una reunión bilateral con Joe Biden en el G20 de Bali, Xi Jinping expresó su deseo de evitar una escalada diplomática con Estados Unidos. El líder chino destacó las trayectorias de desarrollo que pueden coexistir entre ambos países: «Estados Unidos tiene una democracia con características americanas, y China tiene una democracia con características chinas. Este argumento también lo esgrime Zhu Feng, un intelectual cercano al Partido: «[Nuestro] problema es que no somos conscientes de que nuestro ascenso como gran potencia conlleva no sólo la perspectiva de la gloria, sino aún más el espectro del riesgo.»4
  • Confrontación. A pesar del tono cordial de Xi en el G20 de Bali, la diplomacia del líder chino es en realidad cada vez más combativa (斗争). Wang Yiwei, uno de los principales intelectuales del Pensamiento Xi, profundiza en esta lucha diplomática para romper la dependencia de Occidente mediante la creación de una coalición de países insatisfechos con el actual orden internacional para cambiarlo de acuerdo con la «tendencia de los tiempos», y los intereses de China.
  • El lobo guerrero. Las imágenes de una conversación informal con el primer ministro canadiense al margen del G20 en Bali captaron un momento poco habitual del presidente Xi Jinping, cuya imagen suele ser cuidadosamente vigilada por los medios de comunicación estatales chinos. Xi se quejó a Justin Trudeau de su falta de «sinceridad», acusándole de filtrar detalles de una reunión entre ambos. Antes de marcharse, el líder chino cortó a su homólogo, pidiéndole que «creara las condiciones» para el diálogo en primer lugar.
  • Apretones de manos. Las fotos consecutivas de Xi Jinping dando la mano a los líderes revelan una sorprendente coherencia. Al situarse de cara a la cámara y extender la mano hacia su derecha, Xi restringe la libertad de colocación de sus homólogos, obligándoles simbólicamente a adoptar una posición sumisa.