• Hoy comienza en Bali, Indonesia, una Cumbre de dos días en la que participarán los ministros de Asuntos Exteriores del G20. Mientras continúa la guerra de Rusia contra Ucrania, salpicada por la exposición de los crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso, la presencia de Sergei Lavrov en una cumbre internacional plantea algunos interrogantes.
  • La semana pasada, el asesor de Putin, Yuri Ushakov, confirmó a la agencia de noticias Tass que el presidente ruso también asistiría a la cumbre de líderes del G20 en noviembre1. Sin embargo, dijo que solo podría asistir por videoconferencia en función de la «situación general, teniendo en cuenta la situación sanitaria y epidemiológica del sudeste asiático», según informó la agencia de propaganda china Xinhua2.
  • Lavrov y Putin apenas han viajado al extranjero desde que comenzó la guerra, principalmente por la presión internacional sobre el Kremlin en respuesta a la guerra ilegal de Rusia. La semana pasada, por primera vez desde el 24 de febrero, Putin viajó a Tayikistán para reunirse con su homólogo, Emomali Rahmon, antes de asistir a la Cumbre de las Naciones del Caspio en Turkmenistán. El viaje de Putin tenía dos objetivos: tranquilizar a los líderes de las repúblicas centroasiáticas sobre los objetivos del Kremlin y asegurarse su apoyo mientras la presión occidental sigue aumentando en torno a Rusia.
  • El pasado mes de abril, el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá abandonaron una reunión del G20 para protestar por las consecuencias económicas mundiales de la guerra en Ucrania. En un informe publicado hoy, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte que «el aumento de las tasas de inflación ha provocado un incremento de 71 millones de personas en situación de pobreza en los países en desarrollo en los tres meses transcurridos desde marzo de 2022»3.
  • Para la mayoría de los ministros de Asuntos Exteriores occidentales que asisten a la Cumbre de dos días, la reunión pretende poner de relieve las repercusiones de la guerra. Antes de la reunión, Annalena Baerbock declaró en Berlín que el respeto del derecho internacional era el «denominador común» de los países que se enfrentan a Rusia, antes de pedir que «no se ceda el escenario de esta reunión a Rusia».
  • Por lo tanto, esta reunión de Asuntos Exteriores del G20 debería celebrarse a dos velocidades, entre los ministros de los países que aceptan reunirse con Sergei Lavrov, como el ministro de Asuntos Exteriores chino Wang Yi, y los que ya han anunciado que se negarán a reunirse con Lavrov por separado, como Anthony Blinken o Annalena Baerbock. El primer día, el ministro turco Mevlut Cavusoglu -que recientemente amenazó con que el Parlamento turco no ratificará los protocolos de adhesión de Finlandia y Suecia si no cumplen sus «compromisos»– también compareció junto a Lavrov en un intercambio bilateral al margen de la Cumbre.