• El pasado 14 de marzo, la clase política española se vio sacudida por la inesperada publicación de una carta confidencial del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (PSOE), enviada al rey de Marruecos, Mohamed VI, en la que reconoce la soberanía de Marruecos en el conflicto histórico del Sáhara Occidental1. Aunque la carta no otorga el control automático y directo de los territorios del Sáhara Occidental a Marruecos, sí afirma, por primera vez en la historia del partido socialista, que la propuesta de autonomía elaborada por el país norteafricano en 2007 es ahora aceptada por el Estado español como el documento más «serio y creíble» para resolver un contencioso territorial que se remonta a la muerte del dictador español Francisco Franco. 
  • La maniobra diplomática, llevada a cabo unilateralmente por Sánchez y su círculo íntimo en la Moncloa, ha sido recibida como una bofetada por los representantes del Frente Polisario, legítimos representantes del pueblo saharaui, que la semana pasada rompieron las relaciones diplomáticas con el Estado español afirmando que la actuación del presidente del Gobierno suponía un acto de traición a los compromisos de un referéndum por un Sahara Occidental independiente2. La decisión diplomática también ha sido recibida con duras críticas dentro de la coalición gubernamental española, que se enteró de este movimiento diplomático cuando se publicó la noticia. 
  • No cabe duda de que el cambio en las relaciones hispano-marroquíes se produce en un momento de gran incertidumbre geopolítica en Europa a raíz de la crisis pandémica; y, más recientemente, por la actual invasión rusa de Ucrania, que ya está reorientando los suministros de energía en el norte de África, como ha argumentado el economista Adam Tooze en los últimos meses3. A priori, la decisión de las nuevas relaciones de España con Marruecos parece contradictoria, dado que España depende en gran medida del suministro de gas de Argelia, aliado histórico del Frente Polisario en su reivindicación sobre la autonomía del Sáhara Occidental.
  • De hecho, desde que estalló la crisis, Argelia ha expresado su preocupación por el movimiento diplomático poco riguroso. Cabe preguntarse entonces, ¿cuáles son los factores que han contribuido al realineamiento de Sánchez con Marruecos sobre el Sáhara Occidental hasta el punto de alejar a un recurso gasístico tan importante como Argelia en un contexto como el dominado por las sanciones económicas del comercio de gas ruso? Aunque mientras todos los detalles diplomáticos sobre dicha deriva diplomática están clasificados, podemos enumerar al menos cuatro grandes causas que han llevado a la afirmación diplomática española.
  • En primer lugar, al menos desde mayo de 2021, España está preocupada por una potencial crisis migratoria procedente del paso de Marruecos, de ahí que la preocupación por la «integridad territorial» y la seguridad fronteriza con Marruecos parezca ahora una prioridad acuciante para España, y que Marruecos podría resolver como contrapartida a la autonomía sobre el Sahara Occidental. En segundo lugar, hay una alineación geopolítica por la que España parece seguir los pasos de Estados Unidos, Francia y las recientes conversaciones diplomáticas de Olaf Scholz con Marruecos. Como sugirió recientemente el analista norteafricano López Belloso, Sánchez parece seguir un nuevo eje de «formación atlántica» encabezado por Joe Biden y Emmanuel Macron en relación con el norte de África4. No hay que olvidar que el precedente de la política exterior sobre el Sahara Occidental de la actual administración Biden se inició con el reconocimiento por parte de Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, aunque pocos contemplaban que España pudiera aplazar su apoyo al pueblo saharaui5
  • En tercer lugar, podría suceder que los nuevos lazos de España con Marruecos supongan un primer movimiento en un amplio realineamiento geopolítico que desplace la alianza mediterránea hacia un eje atlántico-africano (que incluya a Marruecos, Mauritania y Nigeria), tal y como favorece la estrategia estadounidense a largo plazo para el Mediterráneo6. Como afirmó Jakub Grygiel hace un tiempo en el Grand Continent, la cuenca mediterránea sólo puede gestionarse si se consigue asegurar la región del norte de África, que durante mucho tiempo ha sido ignorada por las potencias del sur de Europa.
  • Sin embargo, cabe preguntarse si el drástico cambio diplomático de España es legítimo en el marco del derecho internacional. Nos gustaría sugerir que no lo es. En palabras del catedrático de Derecho Internacional Público Juan Soroeta: «España está cediendo al chantaje marroquí y apoya ahora, sin disimulo, la ocupación militar del Sáhara Occidental»7. En este sentido, al saltarse el reglamento de esta manera, España ha actuado como una especie de Estado canalla, desechando el derecho internacional, y optando por la narrativa propagandística de Marruecos, Estados Unidos y Francia sobre el Sáhara Occidental. Además, la actitud de las Naciones Unidas ha sido muy equidistante en este tema tan acuciante. 
  • Ahora, España posee el poder administrativo sobre el Sáhara Occidental y, como tal, debe garantizar que se respete el derecho a la autodeterminación de los pueblos del Sáhara Occidental, reconocido por las Naciones Unidas. La decisión del Estado español de apoyar unilateralmente el plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 constituye una negación expresa del ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y, en consecuencia, supone una grave violación del derecho internacional. También es un reconocimiento implícito de la soberanía marroquí sobre la parte del Sáhara Occidental que ocupa ilegalmente. Los intereses económicos o geopolíticos de ningún país pueden estar por encima de la legalidad internacional. De acuerdo con lo dicho, es incomprensible que el presidente español defienda la legalidad internacional en Ucrania y la ilegalidad internacional en el Sahara Occidental. Estas contradicciones no están a la altura de los compromisos europeos con el derecho público. España debe promover el estricto cumplimiento de la legalidad internacional, lo que implica necesariamente que el pueblo saharaui elija su destino. Es difícil considerar otros argumentos. La integridad territorial de Ceuta y Melilla no debería ser siquiera una preocupación en este asunto, dado que ya forman parte de la nación española. Del mismo modo, la inmigración no debe ser tratada como una moneda de cambio, sino cumpliendo el principio de no devolución.
  • Sabemos que todo caso de crisis geopolítica tiende a abrir posibilidades de alianzas estratégicas. Sin embargo, hay buenas razones para pensar que los compromisos de España con el pueblo del Sáhara Occidental y sus representantes, el Frente Polisario, deberían seguir los principios del derecho internacional. El abandono de la legalidad internacional -que es lo que España respalda actualmente- es un juego político contra los derechos humanos y el derecho a la autodeterminación de los pueblos del Sáhara Occidental. Desde la perspectiva del marco regional mediterráneo, las decisiones unilaterales y secretas sobre un Norte de África volátil también pueden debilitar las relaciones así como intensificar las tensiones entre los países del sur hacia una rivalidad de suma cero que sólo podrá intensificarse tras el próximo cese de hostilidades entre Rusia y Ucrania. Por estas razones, pensamos que el giro diplomático de España hacia Marruecos merece ser revisado para consolidar mejor una estrategia duradera que permita honrar la demanda histórica del pueblo del Sahara Occidental en consonancia con los principios del derecho internacional. Las Naciones Unidas y el gobierno español lo saben, y deben contribuir a este fin a través de los medios legítimos del derecho internacional.
Notas al pie
  1. “La carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI: “Debemos construir una nueva relación que evite futuras crisis”, El País, Marzo 23, 2022:https://elpais.com/espana/2022-03-23/la-carta-de-pedro-sanchez-a-mohamed-vi-debemos-construir-una-nueva-relacion-que-evite-futuras-crisis.html
  2. Vicente Coll. “El Frente Polisario suspende los contactos con el Gobierno de Pedro Sánchez tras su giro sobre el Sáhara”, El Mundo, April 10, 2022: https://amp.elmundo.es/espana/2022/04/10/625281eafdddff116b8b45c6.html
  3. Adam Tooze. “So like us: Africa and the Russo-Ukrainian war”, Chartbook #92, March 5, 2022: https://adamtooze.substack.com/p/chartbook-92-so-like-us-africa-and?s=r 
  4. María López Belloso. “Claves para entender la decisión de España sobre el Sáhara: ¿qué y quién está detrás?, The Conversation, March 21, 2022: https://theconversation.com/claves-para-entender-la-decision-de-espana-sobre-el-sahara-que-y-quien-esta-detras-179672
  5. John Bolton. «Biden Must Reverse Course on Western Sahara», Foreign Policy, December 15, 2020:: https://foreignpolicy.com/2020/12/15/biden-reverse-course-western-sahara/
  6. Enric Juliana. “España y Mauritania, el vecino invisible”, Abril 16, 2022: https://www.youtube.com/watch?v=zjxh2BbaW-A
  7. Juan Soroeta. “España cede al chantaje de Marruecos y apoya, ya sin disimulo, la ocupación military del Sáhara Occidental”, Público, 19 March 2022: https://blogs.publico.es/dominiopublico/44153/espana-cede-al-chantaje-de-marruecos-y-apoya-ya-sin-disimulo-la-ocupacion-militar-del-sahara-occidental/