Desde Francia, uno nota que en su carrera ha trabajado para dos empresas francesas, que habla francés y que ha obtenido montones de diplomas. ¿Qué disciplina o cultura le resulta más cercana, la economía o la ingeniería?
Yo soy más bien economista 1. Es cierto que tengo un título de ingeniero eléctrico. Pero suelo decir que mi lengua materna es la economía, y que la ingeniería es uno de los idiomas extranjeros que domino. Gracias a mi título, puedo hablarlo de forma inteligente, aunque nunca haya ejercido realmente como ingeniero.
También estudió y trabajó en el área de marketing, especialmente en Norteamérica, donde vivió entre 2004 y 2009. ¿Fue allí donde descubrió la política?
No, no exactamente. Fue en la Universidad Corvinus de Budapest, donde una de mis especializaciones era Ciencia Política. Mi interés nació en ese entonces. Después, seguí de cerca la política, especialmente en Estados Unidos, donde asistí a muchos mítines. Estuve a menos de cinco metros de Barack Obama, e incluso conocí personalmente a Hillary Clinton durante su campaña. También fui a los mítines de John McCain cuando estuvo en Ohio. Seguía de cerca la política en Estados Unidos, pero también en Hungría.
Sin embargo, cuando volvió a Hungría en 2009, no se lanzó a la política, a pesar de los acercamientos de algunos partidos políticos. ¿Por qué no?
Es cierto. Fue Jobbik 2 quien me propuso varias veces ser su candidato para las elecciones municipales. Me vinieron a ver en 2010, 2012, 2014 y 2017. La cuarta vez, volví a decir que no, pero dije que no excluiría participar en el futuro. Había expresado una serie de condiciones: ser independiente y contar con el apoyo de todos los partidos de la oposición, o que al menos ningún partido de la oposición presentara su propio candidato.
Finalmente, para las elecciones municipales anticipadas de 2018, dije que sí. Pero no creía que tuviera alguna posibilidad de ganar: Hódmezővásárhely siempre ha sido un bastión del Fidesz. No creía que pudiera ganar, pero quería al menos mostrar un ejemplo de cooperación entre todos los partidos de la oposición, para que cambiaran su estrategia de cara a las elecciones parlamentarias de 2018.
Dos días después de anunciar mi candidatura, fui despedido por Legrand. Un tiempo antes, había llamado a un amigo que está en el Fidesz. Le pregunté sobre lo que iba a decir János Lázár 3 y si mi familia corría peligro. Pensé que era confidencial, pero con el Fidesz nada es confidencial… Cuando se enteraron de que me iba a presentar, tomaron medidas para que me despidieran. Legrand trabaja en grandes proyectos con el Estado húngaro, así como con el distrito de Hódmezővásárhely. Estoy bastante seguro de que fue Lázár quien presionó a mi jefe para que me despidiera.
¿Por qué decidió presentarse como independiente? ¿Por qué abandonó el Fidesz, un partido al que apoyó durante mucho tiempo?
Sí, fui un entusiasta partidario del Fidesz, pero nunca fui miembro del partido. Durante mucho tiempo pensé, y sigo pensando, que en 2002 el Fidesz debería haber ganado las elecciones. El país habría estado mejor. El Partido Socialista Húngaro hizo una campaña muy populista y antimigrante. Así es como ganaron las elecciones. Sin embargo, el mejor gobierno húngaro de los últimos treinta años fue el primero de Orbán. Entre 1998 y 2002, hicieron un buen trabajo y el país iba mejor. La economía del país funcionaba bien… ¡fue una sorpresa para muchos su derrota!
Hay que decirlo: los socialistas dieron algunos golpes bajos. Prometieron aumentar los salarios de los profesores y los médicos en un 50 por ciento. Asustaron a la gente diciéndoles que un acuerdo entre el Fidesz y los húngaros de Transilvania les permitiría venir a Hungría a trabajar. Los comunistas… perdón, los socialistas llevaron a cabo una vergonzosa campaña, diciendo que millones de rumanos vendrían a Hungría para inundar el mercado y que todos perderían sus puestos de trabajo. Mi explicación para estas elecciones es que el Fidesz era un poco corrupto. Menos que los socialistas, pero en niveles que eran demasiado altos. Deberían haber tenido las manos totalmente limpias.
¿Por qué terminó alejándose del Fidesz?
Después de 2002, Orbán comenzó a ver las cosas de otra manera. Llegó a la conclusión de que no era lo suficientemente populista, que no era lo suficientemente implacable, que debería haber utilizado las mismas tácticas que los socialistas. Contrató entonces a un nuevo asesor, un judío estadounidense llamado Arthur Finkelstein. Finkelstein era judío homosexual. Hizo campañas electorales homófobas y antisemitas para dictadores corruptos. Para que se den una idea de lo despiadado que era.
Orbán comenzó a seguir los consejos de Finkelstein, y el Fidesz se puso a atacar a sus oponentes con mentiras y campañas de odio. Por supuesto, su campaña de odio más conocida es la que se realiza contra los inmigrantes. Orbán dijo que si la oposición ganara las elecciones, llegarían a Hungría miles, incluso millones de migrantes, y que violarían a todas las mujeres, nos robarían el trabajo, etc. Por desgracia, funcionó. Mucha gente vota al Fidesz porque tiene miedo de los migrantes.
En este último tiempo, otra campaña de desprestigio atacó a los gitanos. Había comenzado en 2020 hasta que fue interrumpida por la pandemia. Espero sinceramente que no se le dé continuidad. Hace apenas dos días, un secretario de Estado de origen romaní asistió por primera vez a una conferencia del Fidesz. Siempre he estado a favor de la comunidad gitana y de su integración. Creo que Orbán quiere redimirse, quiere ser su amigo. Creo que entiende que con un millón 4 de gitanos en este país, es demasiado arriesgado perder su apoyo. Así es Orbán, es un oportunista. Si puede ganar con una campaña de odio contra los gitanos, los odiará. Si puede ganar con una campaña pro-romaní, los amará.
¿Cree que es gracias a usted que Viktor Orbán ha cambiado su posición sobre los gitanos?
Siempre he sido el único político de este país que ha apoyado a la comunidad gitana. En Hódmezővásárhely, hemos puesto en marcha un bonito programa de integración, que financiamos nosotros mismos, sin ayuda de fondos europeos. En los últimos años siempre he sido muy abierto, y siempre he hablado del amor, la tolerancia y el deber de integración hacia los gitanos. Así que sí, este es un tema importante para mí y, de repente, también comienza a serlo para Orbán…
La otra campaña de odio de Viktor Orbán, contra las personas LGBTQ, ha sido también frustrada. Ya el año pasado habían comenzado con esta campaña, alegando que existía un « lobby gay » en Bruselas que presionaba a Hungría para que abriera las escuelas a la propaganda LGBT. Habían avanzado bastante con este discurso hasta que tuvo que ser interrumpido por el escándalo de József Szájer 5. Es uno de los autores de la Constitución húngara que tiene fragmentos abiertamente homófobos, que fue descubierto participando en una orgía gay en Bruselas. Fue detenido, y estoy bastante seguro de que fue un montaje de las autoridades europeas. Fue una venganza contra Orbán, que intentaba bloquear la votación del Plan de recuperación. Funcionó bastante bien, incluso pensé que sería el fin de la campaña homofóbica de Fidesz.
¿Venganza de quién exactamente? ¿Qué autoridades europeas?
Estoy seguro de que no fue una coincidencia que Szájer estuviera allí precisamente la noche en que la policía decidió ir a investigar una fiesta ilegal. No olvide que había un toque de queda. En teoría, nadie podía estar en la calle, ¿pero un peatón que pasaba por allí descubre a Szájer huyendo por la ventana del piso…? ¿Y llama a la policía? Había un toque de queda. ¿Quién llamaría a la policía en ese caso? Estoy seguro de que había un agente secreto que estaba allí para ayudar a las autoridades. Eso es lo primero. Lo segundo es que, según la policía, también había un ciudadano polaco en esa orgía. Nunca revelaron su nombre. Pero en Bruselas, como en cualquier Estado de Derecho, en este tipo de casos todo es confidencial. Nadie debería haber sabido que era Szájer. Sin embargo, muy rápidamente, la policía belga confirmó su identidad. Así que sí, fue una venganza, no hay duda. Nunca ocurre con ningún otro político, aunque muchos de ellos participen en el mismo tipo de orgías o fiestas. La policía nunca revela este tipo de cosas. ¿Por qué han hecho una excepción? Por supuesto que fue una venganza.
Pero, ¿quién podría haber orquestado algo así? Hace unos días, usted dijo en Bruselas que Angela Merkel había sido « demasiado dócil » con Orbán 6. ¿A quién tiene en mente?
No tengo un nombre en mente. Solo digo que es sospechoso. Orbán bloquea el Plan de recuperación para Europa, y muy rápidamente aparece este escándalo contra él.
De todos modos, esta polémica no ha impedido a Orbán atacar a las comunidades LGBTQ.
No, no lo hizo. El escándalo los silenció durante unos meses, antes de que la campaña homófoba volviera a tomar fuerza. Pero eso es porque no se les ocurrió nada mejor. Se prolongó durante muchos meses, y fue extremadamente duro. Acusaron a la oposición de querer permitir la reasignación de sexo en el jardín de infancia, ¡imagínase! Pero funcionó, porque desgraciadamente las campañas de odio funcionan. Solo se detuvo cuando mencioné la posibilidad de que el hijo de Orbán –Gáspár Orbán– fuera gay.
¿Así que el fin de esta campaña de odio también se debe a su intervención?
Es bastante curioso: escribió su tesis sobre el matrimonio gay. Esa tesis se ha vuelto de un día para el otro inaccesible. No se puede leer, pero se puede encontrar el título de su obra en las bases de datos. ¿Por qué ha desaparecido de repente? Además, hace tres años, el hijo de Orbán vio cómo su movimiento religioso se disolvía repentinamente. Un poco antes, su secta se había dado a conocer en la prensa con anuncios que buscaban « jóvenes musculosos para convertirse en la novia de Jesús ». Hubo un pequeño escándalo. Alguien puso fin a esta empresa religiosa y Gáspár Orbán tuvo que alistarse en el ejército. ¡Pobre chico!
En mi opinión, es probable que el hijo de Orbán sea homosexual. Pero, repito, solo dije que había expresado una sensibilidad homosexual en varias ocasiones. Y lo dije en medio de la campaña anti-LGBT del Fidesz. A mí me indigna el comportamiento de Viktor Orbán. Estaba atacando a Orbán, no a su hijo. Respetamos y protegemos a todos los homosexuales, incluido el hijo de Orbán, si es que lo es. De todos modos, lo dejaron todo a mediados de agosto.
A raíz de este escándalo, usted también hizo un comentario sobre la orientación de los miembros del Fidesz, al afirmar que « todo el mundo sabe que el Fidesz es el que más gays tiene ».
Sí, pero es cierto. Es totalmente cierto, ¡podría nombrar a varios! Y no es de extrañar, el Fidesz era un partido liberal en los años noventa, así que es normal que haya muchos gays. Incluso los jóvenes, varios de ellos son gays. Pero es lo mismo que con Soros. Orbán dirigió la campaña de odio contra Soros, pero él recibió dinero de Soros en los años ochenta y noventa. El Fidesz recibió ayuda de Soros.
Tienen un pasado muy colorido. Orbán empezó en el KISZ, en el movimiento juvenil comunista. Luego, fue liberal y severamente anticlerical. Cuando yo lo apoyaba, era fuertemente anti-Putin y pro-Europa. Después de 2010, se volvió antieuropeo y pro-Putin. Suelo decir dictador fascista, pero es más que nada retórico.
Es un estado unipartidista el que está construyendo. Ha eliminado los checks and balances, vivimos en una especie de régimen autoritario. Evidentemente, ha cambiado mucho a lo largo de su carrera, desde el comunismo hasta el fascismo, ha abarcado casi todo hasta su giro a la derecha. Lo único con lo que es coherente es con la corrupción. Solía decir que la única ideología que tiene es la corrupción.
¿Así que sigue con esta estrategia de declaraciones provocativas? Se le critica regularmente por lo que dice, especialmente desde sectores aliados en la oposición.
Sí, me critican, pero ha funcionado. Por cierto, mi responsable de comunicación también es gay, está casado. Mi campaña recibió el apoyo de famosos homosexuales de Hungría. Creo que he hecho mucho por la comunidad gay. Y los que me critican… Sepan que ir a la Marcha del Orgullo no impedirá que Orbán lleve a cabo campañas de odio contra los gays. En cambio, mencionar que hay gays entre las filas del Fidesz, que cada vez más miembros del Fidesz son homosexuales, eso sí frena las campañas anti-LGBT.
Lo mismo ocurre con los inmigrantes. Mañana lanzaré una campaña de información sobre los inmigrantes y el Fidesz. Vamos a colocar más de 400 vallas publicitarias en todo el país con un contador de migrantes que mostrará quién ha instalado cuántos migrantes en Hungría. George Soros: cero. Viktor Orbán: ¡55.000 al año! Es algo tan típico… Orbán es el que trae a los migrantes. Los que odian a los inmigrantes siguen votando a Fidesz. Pero no hace falta decir que nos oponemos a todas las campañas de odio contra las minorías, independientemente de su color de piel, religión u orientación sexual.
¿No son cristianos todos esos inmigrantes que Viktor Orbán permite que lleguen a Hungría?
No, en absoluto. Por ejemplo, tomemos el proyecto de la ciudad de Tiszaújváros. Hay un pequeño pueblo donde viven 3.000 trabajadores extranjeros. Todos son musulmanes. Vienen de Turquía. Muchos trabajadores proceden de Vietnam, Mongolia, pero también de Pakistán y Bangladesh. Es cierto que prefieren a los no musulmanes, pero sigue siendo una gran parte de los 55.000 migrantes en 2019. En 2020, solo llegaron 40.000, de los cuales un tercio eran musulmanes, lo que equivale a la población de Hódmezővásárhely.
Si es usted elegido, ¿detendrá esta inmigración?
No, eso sería ridículo. Las empresas de Hungría necesitan mano de obra. Orbán ya lo dijo en 2002… ¡Qué hipocresía! ¡No para de atacar y odiar a los inmigrantes cuando él es el que más inmigrantes trae de toda Europa! Afirma, erróneamente, que es Soros quien quiere traer a los inmigrantes. Fue en 2015, creo, cuando Soros publicó un ensayo en el que sugería que Europa debía limitar la cantidad de migrantes y controlar la inmigración. Orbán dice lo mismo. Estoy también de acuerdo con ello. Europa debería seguir el ejemplo de los estadounidenses, los canadienses o los australianos. Necesitamos a los inmigrantes, no cabe duda, porque hay que ayudarles y porque necesitamos mano de obra. Hungría necesita mano de obra y Orbán trae inmigrantes, lo cual entiendo.
Pero el mayor problema es que Hungría ha perdido 800.000 personas que se han ido a vivir al extranjero. Mi hermano y mi hermana, por ejemplo, viven en Austria y Alemania. Critico a Orbán por esto: en lugar de traer a los húngaros de vuelta a casa, trae a inmigrantes. Orbán acepta ahora acoger a los refugiados afganos, algo que apoyo. Es lo que hay que hacer. Pero por otro lado, sus campañas de odio, su trato a los refugiados no es nada cristiano. Aún hoy, a principios de octubre, Orbán insinuó que podría abrir un corredor para los inmigrantes. Esto es lo mismo que hace Lukashenko. Orbán y su amigo Lukashenko son socios en la dictadura y socios en el antiliberalismo.
Tiene palabras muy fuertes para Orbán y miembros del Fidesz. Sigue llamándoles criminales o « el gobierno más corrupto de la historia milenaria de Hungría ». Si es elegido, ¿cómo distinguirá entre los que deben ser llevados ante la justicia y los que deben ser « perdonados »?
No tengo que hacerlo. Es el juez del tribunal quien debe tomar la decisión. Si hubiera un Estado libre y de derecho, la policía se encargaría de todas las denuncias. Solo nos centramos en los mayores criminales de este país. Le daré un ejemplo: presentamos casi 20 denuncias ante la policía en Hódmezővásárhely después de ganar la ciudad al Fidesz. Tuvimos casos muy claros en los que nuestros predecesores habían vendido bienes de la ciudad o utilizado puestos de trabajo para pagos políticos, personas que ni siquiera estaban trabajando y que recibían un pago del ayuntamiento. Las mismas empresas que trabajaron para el Fidesz aquí están haciendo lo mismo con nosotros, pero con un precio 30%, a veces 80% más bajo. Simplemente porque hay una licitación abierta y una competencia real. Siempre son las mismas empresas las que ganan, pero con la competencia, los precios bajaron un 30%. Hubo corrupción, pero no vino directamente del contratista, que tuvo que echar una mano a los políticos.
Presentamos unas 20 denuncias, y solo una acabará en los tribunales. Todas las demás fueron interrumpidas por la policía o el fiscal. Por lo general, tras años de vacilaciones, cierran el caso y dicen « sigan adelante, no hay nada que ver aquí ». Uno de los casos se produjo cuando el antiguo director de informática del ayuntamiento del Fidesz entró en nuestro centro de información y utilizó 5 programas espía diferentes contra nuestro sistema. Todo esto está documentado, el tribunal no podía decir que no. El juez le dio una condena condicional, que es insignificante. Yo lo habría sentenciado muy severamente. Pero también lo habría dejado ir si aceptara cooperar y denunciar a los verdaderos culpables. Porque no fue su idea, ¡seamos claros! Si testificara contra el verdadero culpable, lo dejaría ir, y haría lo mismo con muchos otros peces pequeños. Pero tenemos que detener a los grandes, a los delincuentes que se enriquecieron, como el yerno de Orbán, o su amigo de la infancia, que se hizo inmensamente rico en muy poco tiempo.
¿Así que promete una operación de manos limpias? ¿Cómo va a hacerlo?
En primer lugar, vamos a adherirnos a la Fiscalía Europea, cosa que Orbán se niega a hacer. Queremos implementar todas las medidas posibles contra la corrupción. En segundo lugar, se sabe que ya hemos tenido una buena experiencia en Rumanía. Kövesi (Laura Codruța Kövesi, fue fiscal general de Rumanía de 2006 a 2012, nota del editor) encarceló a unos 120 políticos en Rumanía, de izquierda y de derecha, del gobierno y de la oposición, todos políticos corruptos. Esto es exactamente lo que tenemos que hacer aquí en Hungría.
¿No teme iniciar un círculo vicioso en el que, en cuanto un bando toma o recupera el poder, ataca a sus predecesores?
Al contrario, es lo mejor que le puede pasar a este país, porque significa que habrá consecuencias para los delitos. El problema de Hungría es que no hay consecuencias. Siempre prometieron que irían tras el gobierno anterior, y no se hizo nada. En 2002, cuando los socialistas atacaron al Fidesz, prometieron que rendirían cuentas, pero no lo hicieron. En 2010, Fidesz prometió que pediría cuentas a los socialistas, y no lo hizo. Esto tiene que acabar, porque es la razón por la que la corrupción queda impune en Hungría.
En cuanto a sus vínculos con Jobbik, rechazó su apoyo en varias ocasiones, antes de aceptarlo de cara a las elecciones municipales de 2018. ¿Qué ha pasado? ¿Ha cambiado mientras tanto?
Yo no he cambiado, es Jobbik quien ha cambiado. Siempre he aceptado el apoyo de Jobbik. Acepto el apoyo de todos. Pero no me identifico con Jobbik. Me identificaba con el Fidesz, cuando se declaraba de la ideología en la que hoy creo. Pero el Fidesz solo hace declaraciones. No es un partido político, es una organización criminal.
Si no es Jobbik o el Fidesz, como conservador, ¿a qué partido puede recurrir?
Necesitamos un partido conservador y estamos trabajando para crearlo. Esperemos que, tarde o temprano, nos unamos al PPE. Estamos trabajando en la construcción de una fuerza conservadora en Hungría que también formará parte de la alianza de la oposición. En la oposición ya tenemos socialdemócratas, verdes, liberales y radicales nacionales. Será una unificación completa, un frente nacional contra los delincuentes. Soy muy crítico con todos los partidos de la oposición. Cuando no estoy de acuerdo lo digo. Aunque los critique abiertamente, trabajamos juntos porque es la única manera de deshacerse del Fidesz.
¿Cómo va a hacer para que partidos tan diferentes entre sí puedan convivir?
Con un gobierno tecnocrático. Acordaremos un programa común, que confiaré a expertos. Aunque ya he aceptado la idea de que algunos expertos pertenezcan a los partidos, deben ser elegidos en función de sus cualidades y conocimientos.
Hay que construir un programa con todos ellos. ¿Qué programa?
Nuestro programa será liberal en lo económico, con una sensibilidad social. Seremos muy ecológicos, pero también tendremos aspectos muy conservadores, especialmente en materia fiscal. En cuestiones fiscales, soy muy conservador. En mi ayuntamiento heredamos una deuda de 10.000 millones de forints. Ya he devuelto 5.500 millones. Bajamos los impuestos locales, suprimimos el impuesto a la vivienda, que era el más alto del país.
¿Y el impuesto plano, está usted a favor de él?
No, no tiene que ser necesariamente un impuesto plano, aunque estoy a favor de una fiscalidad baja. Por supuesto que las rentas bajas deben pagar pocos impuestos, pero los ricos no deben tributar demasiado.
Algunos denuncian que Hungría es un paraíso fiscal.
Por supuesto que es un paraíso fiscal.
¿Seguirá siéndolo?
En este momento, a Hungría le conviene seguir siendo un paraíso fiscal, así que tenemos que ser muy cuidadosos. Sin embargo, si la comunidad internacional está de acuerdo con un impuesto mínimo global, lo introduciré con mucho gusto. Quiero formar parte de la comunidad internacional. Pero tenemos que tener cuidado con estas difíciles medidas, no queremos ahuyentar a los inversores del país. Para ser sinceros, Hungría no es un paraíso fiscal. Es un paraíso fiscal, pero para empresas productivas, no para las finanzas y la especulación. Eso es muy diferente.
Por cierto, Hungría es un paraíso no solo por su sistema fiscal, sino también por su legislación laboral y sus bajos salarios. Todo esto es muy malo para el trabajador húngaro, pero por eso BMW viene a Hungría, y Mercedes y Audi llevan mucho tiempo aquí. Y por eso Viktor Orbán es un buen amigo de los alemanes. Tenemos que tener cuidado, no queremos que estas empresas, que no son inversores financieros, sino industriales, se vayan.
¿Cuál es su futuro trabajo para las elecciones?
Por el momento hay que ponerse de acuerdo sobre la composición de la lista compensatoria. Lo dejo en manos de los seis partidos de la oposición, aunque quieren que nuestro movimiento participe como séptimo partido de la lista. Se pide la creación de una séptima fracción no partidista, que ojalá forme parte de nuestro partido conservador, que a su vez se unirá al PPE. Porque de momento no hay conservadores en el frente unido de la oposición, y yo quiero que surja un partido conservador en Hungría.
Notas al pie
- Entrevista realizada el 16 de noviembre de 2021.
- Jobbik, el movimiento para una Hungría mejor, era en 2009 un partido vigorosamente de extrema derecha, prácticamente neonazi. Construyeron su éxito original sobre una intensa retórica antigitana. A partir de 2015, el partido dio un drástico giro ideológico, y sus elementos más extremos se marcharon en 2018 para refundar un partido de extrema derecha. Actualmente, Jobbik se declara de centro-derecha y forma parte de la coalición de seis partidos de la oposición.
- János Lázár fue alcalde de Hódmezővásárhely de 2002 a 2012, antes de convertirse diputado de Fidesz por la circunscripción local. Durante mucho tiempo se le consideró el delfín de Viktor Orbán. Antes de su retiro en 2018, era considerado uno de los hombres más influyentes del país.
- Esta estimación es exagerada. Se estima la población gitana de Hungría en unos 800.000 habitantes.
- El 27 de noviembre de 2020, József Szájer, antiguo miembro del Fidesz y estrecho colaborador de Viktor Orbán, fue detenido por la policía belga cuando intentaba salir de un piso trepando por la fachada del edificio. Al parecer, participaba en una fiesta ilegal y en una « orgía » organizada en pleno confinamiento.
- Durante una visita a Bruselas a principios de noviembre, Péter Márki-Zay dijo que Angela Merkel no había sido lo suficientemente dura con Viktor Orbán, y que la razón era « Audi, Mercedes y BMW ».