
La victoria del PiS no está en absoluto asegurada. Sin embargo, incluso en caso de derrota, Polonia quedará profundamente transformada por los ocho años que el partido de Kaczyński ha pasado en el poder. Según Jarosław Kuisz y Karolina Wigura, no es fácil recuperarse de una experiencia política tan radical: el creciente número de ataques a los fundamentos de la democracia ha agotado al país.