Guerra

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«Si el resto del continente no ha conocido la guerra hasta ahora es únicamente porque nosotros estamos luchando hoy».

Por un lado, enviar a multitudes de hombres a morir lejos de sus hogares; por otro, apostar por el valor individual de sus combatientes.

Nos sumergimos en la realidad de la resistencia ucraniana con el ministro delegado encargado de los veteranos, Oleg Shymanskyi.

El antiguo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, es actualmente ministro de Finanzas de Noruega.

Junto con su homólogo polaco, comparten un punto de vista que discrepa de las aspiraciones de gran parte de la opinión pública europea: para ellos, la Unión debe seguir comprando productos estadounidenses.

En Varsovia, les preguntamos por qué.

«Les doy la bienvenida al nuevo Departamento de Guerra —la era del Departamento de Defensa ha llegado a su fin—».

Ayer, el secretario de Defensa de Donald Trump ha pronunciado un discurso histórico ante los generales estadounidenses reunidos en Virginia para anunciarles un cambio radical.

Lo traducimos y comentamos línea por línea.

Mañana por la mañana se inaugura el Foro de Seguridad de Varsovia, en colaboración con la revista.

Para su presidenta, Katarzyna Pisarska, la Unión se enfrenta a una elección sencilla: si no ayuda a Ucrania a ganar ahora, estará aceptando entregar a sus ciudadanos a una guerra directa contra la Rusia de Putin, cuyos drones ya han comenzado a invadir el cielo europeo.

«Ucrania está abandonando un mundo peligroso: el mundo ruso. »

¿Cómo puede ayudar la larga duración a comprender la guerra?

Para el historiador e intelectual ucraniano Yaroslav Hrytsak, autor de Ukraine. The Forging of a Nation, la atrocidad de la agresión de Putin está provocando una profunda transformación: la experiencia de la violencia y la aspiración a la libertad están configurando un país que se construye a través de la resistencia.

«De hecho, somos rehenes entre dos imperios».

En un país devastado por la guerra y que lucha por su libertad, se alzan voces: Serhii en la radio, Oksana en una revista intelectual, Anastasia en un pequeño teatro o María y algunos otros en Facebook.

Tras pasar un verano en Ucrania para tomarle el pulso a una sociedad en guerra, Fabrice Deprez selecciona cosas que ha visto —y oído—.