
Rusia ha «condenado firmemente» el ataque de Trump contra Irán.
Pero basta con leer atentamente las últimas declaraciones de Vladimir Putin —que traducimos y comentamos— para comprender que se está produciendo un ajuste estratégico.
Incapaz de sostener la apertura de un nuevo frente en el sur, Rusia podría, por realismo, ver nuevamente disminuida su estatura internacional al decidir abandonar el régimen iraní a Israel y Estados Unidos —lo que plantearía interrogantes sobre su solvencia geopolítica—.