The New York Times ha tenido acceso a una versión actualizada del acuerdo que se está negociando entre Ucrania y Estados Unidos desde el 12 de febrero.

  • Según esta nueva versión, fechada el 21 de febrero, «aún más dura que la anterior» 1, Ucrania debería ceder la mitad de sus ingresos procedentes de sus recursos naturales (minerales, gas, petróleo, puertos e infraestructuras).
  • El acuerdo propone contabilizar los ingresos procedentes de los territorios actualmente ocupados por Rusia, especificando que el 66% se destinaría al fondo en caso de liberación.
  • Sin embargo, parece que se ha eliminado la cláusula que sometía el acuerdo a la jurisdicción de un tribunal de Nueva York.

Esta capitulación priva al país de la mayoría de los fondos invertidos actualmente en su sector militar y de defensa, impidiendo de facto su rearme, y no especifica qué cantidad podría movilizarse para su reconstrucción.

  • Los ingresos se destinarían a un fondo controlado al 100% por Estados Unidos, al que Ucrania debería contribuir hasta alcanzar los 500.000 millones de dólares, una suma equivalente a más del doble de su PIB anterior a la guerra que supera las reparaciones impuestas a Alemania después de la Primera Guerra Mundial.
  • La lógica general de este acuerdo se basa en un reembolso, es decir, un pago en función de lo que Estados Unidos ya ha aportado, y no en un compromiso para el futuro.
  • Cabe señalar, sin embargo, que la cantidad de 500.000 millones es 4,5 veces superior a la ayuda ya proporcionada por Washington, que asciende a 114.000 millones de euros (unos 119.000 millones de dólares). Además, esta ayuda consistía principalmente en préstamos.
  • Con este acuerdo, Estados Unidos incumpliría, después de Rusia, sus compromisos en virtud del Memorando de Budapest, en el que Ucrania renunció a sus armas nucleares a cambio de garantías de seguridad. El acuerdo firmado en 1994 prohíbe explícitamente en su artículo 3 «recurrir a la coerción económica para subordinar a su propio interés el ejercicio por parte de Ucrania de los derechos inherentes a su soberanía y obtener de ello algún tipo de ventaja» 2.
  • Además, el valor real de los recursos y minerales críticos que contiene el suelo ucraniano podría estar sobrevalorado, ya que las últimas evaluaciones geológicas a gran escala se realizaron bajo la Unión Soviética, lo que podría poner en peligro la viabilidad de un posible acuerdo firmado entre Ucrania y Estados Unidos.

El presidente ucraniano esperaba que el acceso a los recursos implicaría a cambio de garantías de seguridad por parte de Estados Unidos.

  • Sin embargo, a diferencia de lo que reclamaba el presidente Zelenski, esta nueva versión del documento seguiría sin ofrecer más garantías de seguridad.
  • La línea de negociación de la administración Trump se limita a afirmar que la presencia de intereses económicos estadounidenses en Ucrania sería en sí misma una garantía para Kiev.
  • En su intervención en la conferencia CPAC este viernes 21 de febrero, el asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz se mostró seguro de que el presidente Zelenski «firmará rápidamente un importante acuerdo sobre minerales con Estados Unidos… ¿Qué podría ser mejor para Ucrania que una asociación económica con Estados Unidos?».

Para obligar a Kiev a firmar este tratado desigual, la administración Trump está llevando sus esfuerzos de coacción hasta el punto de amenazar con interrumpir el acceso a los satélites de Elon Musk en Ucrania, lo que podría cambiar definitivamente el equilibrio de poder en el frente, mientras el ejército ruso sigue avanzando.

Según varias fuentes consultadas por la revista, los equipos del presidente Zelenski se han mostrado escandalizados por los términos del acuerdo y se enfrentan a un problema interno: el artículo 92 de la Constitución impide al presidente Zelenski comprometer los recursos de Ucrania, ya que sólo el Parlamento está autorizado para hacerlo 3.

  • Este proyecto se produce tras una semana de intenso presión por parte de Trump, que ha calificado a Zelenski de «dictador no elegido» y que, alineándose con el Kremlin, se niega ahora a calificar a la Rusia de Putin de «agresor». Según una fuente con conocimiento directo del asunto, Washington estaría presionando para que la resolución de la ONU sobre los tres años de invasión de Ucrania no condene a Rusia por la guerra que ha desatado.
  • Ante las críticas de la administración estadounidense y el cambio de postura del Despacho Oval, la oposición parece haberse unido en torno al presidente Zelenski.
  • Según una encuesta realizada ayer 4, una abrumadora mayoría de ucranianos (83%) cree que Ucrania sólo podría aceptar un armisticio si se le garantizan unas condiciones de seguridad sólidas, y el 91 % de los ucranianos se opone a que Estados Unidos y Rusia negocien sobre Ucrania sin la presencia de este último, mientras que el 64% se muestra a favor de conversaciones directas con Rusia.
  • Por otra parte, el 81% de los encuestados considera que el mejor camino hacia la paz pasa por lograr un compromiso a través de negociaciones en las que participen terceros países. Por otro lado, sólo el 1% de los encuestados cree que Ucrania debe aceptar todas las condiciones rusas, y el 11% considera que debería rechazar cualquier negociación y luchar por restablecer las fronteras de 1991.

Según una hipótesis que circula en los círculos de defensa: la administración Trump estaría imponiendo condiciones imposibles de aceptar para obligar al presidente a dimitir, con el fin de organizar nuevas elecciones e imponer un cambio de régimen.

Notas al pie
  1. U.S. Pressing Tough Demands in Revised Deal for Ukraine’s Minerals, New York Times, 22 de febrero de 2025.
  2. Memorando sobre las garantías de seguridad en el marco de la adhesión de Ucrania al Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares.
  3. Como se establece en el artículo 92, que enumera las atribuciones de la Rada Suprema: «Solo la ley determina: (…) 5) los principios de la utilización de los recursos naturales (…)»
  4. Ставлення до окремих європейських лідерів, 21 de febrero de 2025.