En un contexto de fuerte polarización interna y frente a las injerencias rusas, Maia Sandu ganó finalmente la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Moldavia por un amplio margen, gracias sobre todo a los votos de la diáspora. Un dato clave ayuda a comprender esta situación política sin precedentes: mientras que su oponente movilizó 300 mil votantes más en el interior del país entre las dos vueltas, ella sólo amplió su base en territorio moldavo 4 mil votos.
Análisis y perspectivas del especialista Florent Parmentier.