Sobre la OTAN y Ucrania, las nuevas líneas rojas estadounidenses: el discurso completo de Pete Hegseth en Bruselas
Por primera vez desde el 24 de febrero de 2022, Estados Unidos define con precisión una doctrina sobre Ucrania, respaldando la posición del Kremlin en varios puntos clave y al mismo tiempo allanando el camino para nuevas sanciones destinadas a desestabilizar la economía rusa.
Según el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, Ucrania no podrá recuperar sus fronteras, no será miembro de la OTAN y Estados Unidos no participará en la defensa de su territorio.
Mientras Trump acaba de llamar a Putin, traducimos este texto clave.
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- El Grand Continent •
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Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos, ha inaugurado hoy, 12 de febrero de 2025, la reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania en Bruselas.
En un discurso especialmente duro, insistió en la necesidad de una «paz duradera» en Ucrania, repitiendo esta expresión tres veces, y afirmando que debía alcanzarse mediante la diplomacia, la fuerza y «una evaluación realista del campo de batalla».
Subrayó que Estados Unidos quiere una Ucrania próspera, sin guerra y, sobre todo, «no [un nuevo acuerdo de formato] Minsk», rechazando así cualquier acuerdo temporal que no garantice la estabilidad a largo plazo.
Su discurso se produce cuando las delegaciones estadounidense y ucraniana, así como los líderes europeos, se preparan para reunirse en Múnich para la Conferencia sobre Seguridad.
Hegseth ha marcado por primera vez desde el 24 de febrero de 2022 unas líneas rojas claras: «una vuelta a las fronteras de 2014 es irreal», el ingreso de Ucrania en la OTAN está descartado. Afirmó que las garantías de seguridad deben ser sólidas, pero precisó que esta responsabilidad recae principalmente en los europeos —una posición que Zelenski ha considerado insuficiente ayer en una entrevista con The Guardian—.
También aclaró que, si se desplegaba una fuerza de mantenimiento de la paz, sólo podría ser una misión fuera de la OTAN, sin aplicación del artículo 5, y descartó definitivamente la presencia de tropas estadounidenses en Ucrania.
Según el analista Nick Schifrin 1, al afirmar explícitamente que ya no da prioridad a la seguridad de Europa y al hablar de «división de tareas», Hegseth podría cuestionar, al menos retóricamente, el paraguas nuclear estadounidense sobre Europa.
Estimados amigos, buenas tardes,
Señor Secretario Healy, le agradezco su liderazgo, tanto por la organización de esta reunión como por su papel al frente del Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania (UDCG).
Esta es mi primera reunión en este marco y me siento honrado de unirme a ustedes hoy.
También le agradezco la oportunidad de compartir el enfoque del presidente Trump con respecto a la guerra en Ucrania.
Como usted ha dicho, señor secretario, nos encontramos en un momento crítico. Cuando el conflicto se acerca a su tercer aniversario, nuestro mensaje es claro: la matanza debe cesar. Este conflicto debe terminar.
El presidente Trump ha dejado claro al pueblo estadounidense —y a muchos de sus líderes— que poner fin a los combates y lograr una paz duradera es una prioridad absoluta.
Tiene la intención de poner fin a este conflicto por la vía diplomática, reuniendo a Rusia y Ucrania en torno a la mesa de negociaciones. El Departamento de Defensa de Estados Unidos contribuirá a alcanzar este objetivo.
Sólo lograremos poner fin a este devastador conflicto y establecer una paz duradera combinando la fuerza de los aliados con una evaluación realista de la situación en el campo de batalla.
Al igual que ustedes, queremos una Ucrania soberana y próspera. Pero debemos empezar por reconocer que una vuelta a las fronteras de Ucrania anteriores a 2014 es un objetivo irreal.
Perseguir este objetivo ilusorio sólo prolongaría la guerra y generaría más sufrimiento.
Una paz duradera para Ucrania debe incluir garantías de seguridad sólidas para evitar que se reanude el conflicto.
No debe ser un Minsk 3.0.
Dicho esto, Estados Unidos no considera que la adhesión de Ucrania a la OTAN sea una salida realista a un acuerdo negociado.
En su lugar, cualquier garantía de seguridad deberá estar respaldada por tropas europeas y no europeas con capacidad de acción.
Si estas tropas tuvieran que desplegarse como fuerzas de mantenimiento de la paz en Ucrania en algún momento, deberían hacerlo en el marco de una misión fuera del marco de la OTAN y no estar cubiertas por el artículo 5. También debe haber una sólida vigilancia internacional de la línea de contacto.
Para que quede claro, en el marco de cualquier garantía de seguridad, no se desplegarán tropas estadounidenses en Ucrania.
Para facilitar una diplomacia eficaz y reducir los precios de la energía que financian la maquinaria de guerra rusa, el presidente Trump libera la producción energética estadounidense y anima a otras naciones a hacer lo mismo. Unos precios de la energía más bajos, combinados con una aplicación más estricta de las sanciones energéticas, contribuirán a llevar a Rusia a la mesa de negociaciones.
La protección de la seguridad europea debe ser una prioridad para los miembros europeos de la OTAN. En este contexto, Europa debe proporcionar la mayor parte de la ayuda letal y no letal a Ucrania en el futuro.
Los miembros de este Grupo de Contacto deben estar a la altura de la situación.
Esto significa: proporcionar más munición y equipamiento.
Aprovechar las ventajas comparativas.
Ampliar su base industrial de defensa.
Y, sobre todo: ser honestos con sus ciudadanos sobre la amenaza que pesa sobre Europa.
Parte de esta transparencia consiste en decirles claramente que esta amenaza sólo puede afrontarse invirtiendo más en defensa.
El 2 % del PIB no es suficiente; el presidente Trump ha pedido el 5 %, y yo comparto su opinión.
Aumentar su compromiso con su propia seguridad es una inversión para el futuro. Una inversión, como usted ha dicho, señor secretario, para un paz basada en la fuerza.
También estamos aquí hoy para expresar clara e inequívocamente una realidad estratégica ineludible: Estados Unidos ya no puede centrarse principalmente en la seguridad de Europa.
Estados Unidos se enfrenta a amenazas directas contra nuestro propio territorio.
Debemos —y estamos— dando prioridad a la seguridad de nuestras propias fronteras.
También nos enfrentamos a un importante competidor estratégico: la China comunista, que tiene la capacidad y la intención de amenazar nuestro territorio y nuestros intereses fundamentales en el Indo-Pacífico. Estados Unidos da prioridad a la disuasión de un conflicto con China en el Pacífico, reconoce la escasez de recursos y realiza los arbitrajes necesarios para garantizar que la disuasión no falle.
La disuasión no debe fallar —por el bien de todos—.
Mientras Estados Unidos redefine sus prioridades frente a estas amenazas, los aliados europeos deben tomar la iniciativa.
Juntos, podemos establecer una división de las tareas que maximice nuestras respectivas ventajas comparativas en Europa y en el Pacífico.
En mis primeras semanas como secretario de Defensa, bajo el liderazgo del presidente Trump, hemos visto señales alentadoras de que Europa está tomando conciencia de la amenaza, comprende lo que hay que hacer y está empezando a actuar.
Por ejemplo, Suecia ha anunciado recientemente su mayor paquete de ayuda. Les felicitamos por su compromiso de 1.200 millones de dólares en municiones y material esencial.
Polonia ya gasta el 5 % de su PIB en defensa, lo que constituye un modelo para el continente.
Y 14 países codirigen «coaliciones de capacidades», que están haciendo un excelente trabajo coordinando la ayuda letal europea en ocho ámbitos clave.
Son los primeros pasos. Aún queda mucho por hacer.
Hacemos un llamamiento a todos y cada uno de sus países para que cumplan los compromisos que han asumido.
Y les desafiamos a ustedes y a sus ciudadanos a redoblar sus esfuerzos y renovar su compromiso, no sólo para las necesidades inmediatas de seguridad de Ucrania, sino también para los objetivos de defensa y disuasión a largo plazo de Europa.
Nuestra alianza transatlántica ha perdurado durante décadas. Y esperamos plenamente que se mantenga para las generaciones venideras. Pero eso ya no sucederá por sí sólo.
Será necesario que nuestros aliados europeos se impliquen plenamente y asuman la responsabilidad de su propia seguridad convencional en el continente.
Estados Unidos sigue comprometido con la OTAN y la asociación de defensa con Europa. Y punto.
Pero Estados Unidos no tolerará más una relación desequilibrada que fomente la dependencia. Al contrario: nuestra relación tendrá como objetivo fortalecer a Europa para que asuma plenamente la responsabilidad de su propia seguridad.
La honestidad será nuestra política en el futuro —pero siempre en un espíritu de solidaridad—.
El presidente Trump está impaciente por trabajar juntos, continuar esta franca discusión entre amigos y lograr la paz por la fuerza —juntos—.
Gracias.
Notas al pie
- Véase el post de Nick Schifrin en X, 12 de febrero de 2025.