Trump: el largo discurso y el punto de inflexión de una campaña
1 hora. 32 minutos. 20 segundos.
Se trata del discurso más largo jamás pronunciado por el hombre más conocido por sus tuits que por sus oraciones. En Milwaukee, pocos días después del intento de asesinato contra él y antes de la retirada de Biden, Trump no sólo detalló su programa. También se puso «al estilo Trump» en exceso —hasta convencer a algunos demócratas de que la campaña aún se podía ganar—.
Lo traducimos íntegramente y lo comentamos.
- Autor
- Marin Saillofest •
- Portada
- © AP FOTO/MORRY GASH
En la noche del jueves 18 de julio, en el último día de la Conferencia Nacional Republicana, el ex presidente y ahora candidato del Partido Republicano en las elecciones presidenciales de noviembre, Donald Trump, pronunció uno de los discursos más largos de su vida política —y también el discurso de aceptación más largo tras una nominación en la historia de Estados Unidos—. Más que un discurso de campaña, Trump se había comprometido a crear un momento de «unidad» dirigiéndose a todos los ciudadanos estadounidenses, republicanos y demócratas por igual, tras el intento de asesinato que sufrió apenas cinco días antes en Butler, en Pensilvania.
Repitiendo varias veces que creía haberse salvado por «intervención divina» y que «no debería estar aquí» para dirigirse a sus electores, Trump pronunció un discurso poco habitual en una persona más conocida por su agresividad, su desdén por cualquier forma de rigor intelectual y sus acerbas filípicas —durante 26 minutos—.
Al final, el mensaje reconciliador y su voluntad de dejar de lado la campaña durante un discurso duraron menos de un tercio de la duración total del discurso, que fue de 1 hora, 32 minutos y 20 segundos.
Unos días antes, confesó al Washington Examiner que había insistido en reescribir todo el discurso tras su intento de asesinato —cuya primera versión habría tenido el efecto de un «trueno» 1— para «estar a la altura de lo que exige la historia». Sin embargo, Donald Trump hizo una hora de declaraciones falaces, atacó a Biden en varias ocasiones, reiteró que las elecciones de 2020 habían sido «robadas» por los demócratas al «utilizar el Covid para hacer trampa» y afirmó que «los inmigrantes ilegales están robando puestos de trabajo» a los estadounidenses.
Donald Trump vive actualmente lo que podría calificarse de «luna de miel electoral», reforzada por el intento de asesinato contra él —aunque estuvo a punto de perder la vida—. Todas las sentencias judiciales en sus casos —y más allá 2— han ido a su favor, el Partido Demócrata estuvo a punto de implosionar antes de que Biden anunciara tardíamente que abandonaba su campaña, las encuestas le dan una cómoda ventaja en los estados indecisos, y Trump ha logrado la hazaña, consagrada en la convención y con el nombramiento de J.D. Vance como su compañero de fórmula, de moldear el Partido Republicano a su imagen y semejanza en sólo ocho años —transformándolo al mismo tiempo en un auténtico imperio familiar—.
Este discurso debe leerse menos como una declaración de fe en un clima político más tranquilo, o como un llamamiento a poner fin a la violencia en la política estadounidense, que como un testimonio de la naturaleza profunda de Trump. El episodio de violencia extrema del que fue víctima podría haber sido el catalizador de este momento de unidad reclamado por Trump y Biden. Al final, el candidato republicano lo utilizó para galvanizar a un electorado del que una parte le ve ahora como una criatura enviada por Dios a la Tierra para vencer a Joe Biden —y, hoy, a Kamala Harris—. De creador de mitos, Donald Trump se ha convertido finalmente en uno para los partidarios de MAGA reunidos en gran número en Milwaukee para la convención republicana.
Pocas horas después de Butler, el pastor evangélico Franklin Graham afirmaba en Fox News que fue la «mano protectora de Dios» la que salvó a Trump. La diputada trumpista y conspiranoica Marjorie Taylor Greene decía en Milwaukee que había visto a un ángel bajar a la Tierra en forma de bandera republicana para rescatar al expresidente. Por último, en la cuenta de Instagram de la nuera de Trump, Lara Trump, que ha sido nombrada jefa del Comité Nacional Republicano por el expresidente, se puede ver a Cristo poniendo sus manos sobre los hombros de Donald Trump con el mensaje: «No tengas miedo, estoy contigo».
NB: Al igual que el New York Times, hemos optado por proponer el discurso íntegro y no editar el discurso de Donald Trump, que se aleja del apuntador para hacer largas digresiones y cuyo discurso sigue a veces líneas contrarias o incluso contradictorias. Mantenemos el «estilo Trump», que es muy directo e incluye muchos apóstrofes al público y asideros a sí mismo. Sin embargo, hemos suprimido parte de la oralidad cuando hace el discurso demasiado difícil de leer o simplemente imposible de entender.
Señoras y señores, amigos, estimados delegados y estimados conciudadanos, me presento ante ustedes esta noche con un mensaje de confianza, fuerza y esperanza. Dentro de cuatro meses habremos obtenido una victoria excepcional y nos embarcaremos en los mejores cuatro años de la historia de nuestro país. Juntos, inauguraremos una nueva era de seguridad, prosperidad y libertad para los ciudadanos de todas las razas, religiones, colores y credos.
La discordia y la división que asolan nuestra sociedad deben curarse, y debemos curarlas rápidamente. Como estadounidenses, estamos unidos por valores compartidos, por un destino único y por un destino común. Nos levantaremos juntos, o nos desmoronaremos.
Me he comprometido a ser el Presidente de toda América. No de la mitad de América, porque no hay victoria para la mitad de América. Por eso, esta noche, con fe y devoción, acepto con orgullo su nombramiento a la Presidencia de los Estados Unidos. Se los agradezco. Muchas Gracias. Haremos lo correcto, y lo haremos bien.
Permítanme comenzar esta noche expresando mi gratitud al pueblo estadounidense por su cariño y apoyo tras el intento de asesinato que sufrí en mi mitin del sábado.
Como ya saben, la bala del asesino estuvo muy cerca de matarme. Muchas personas me han preguntado qué ocurrió: «Por favor, cuéntenos qué pasó». Les contaré exactamente lo que pasó, y no hablaré más de ello, porque es demasiado doloroso.
Era un hermoso y cálido día, a primera hora de la tarde, en el condado de Butler, en la gran Mancomunidad de Pensilvania. La música estaba alta. Subí al escenario y la multitud se reunió a mi alrededor. Todo el mundo estaba contento. Empecé a hablar con gran fuerza, poder y alegría, porque estaba hablando del excelente trabajo realizado por mi administración en materia de inmigración en la frontera sur. Estamos muy orgullosos de este trabajo. Detrás de mí, a la derecha, una gran pantalla mostraba una tabla de cruces fronterizos bajo mi presidencia. Las cifras eran excepcionales. Para mirar la tabla, empecé a girarme hacia la derecha, así, y estaba a punto de girarme un poco más, cosa que tuve la suerte de no hacer, cuando oí un fuerte silbido y sentí que algo me golpeaba muy fuerte en la oreja derecha. Me dije: «¿Qué ha sido eso? Sólo puede ser una bala». Me llevé la mano derecha a la oreja y la miré. Estaba cubierta de sangre. Había sangre por todas partes. Enseguida supe que aquello era muy grave, que nos estaban atacando. Así que me tiré al suelo.
Las balas seguían volando mientras los agentes del servicio secreto acudían valientemente a la escena. Y eso es exactamente lo que hicieron. Se apresuraron a la escena. Son grandes personas que corren grandes riesgos, se los aseguro. Se arrojaron sobre mí para protegerme. Había sangre por todas partes y, sin embargo, de alguna manera me sentí a salvo porque tenía a Dios de mi lado. Así es como me sentía. Lo increíble es que justo antes del disparo, si no hubiera movido la cabeza en el último momento, la bala habría dado perfectamente en el blanco y yo no estaría aquí esta noche. No estaríamos juntos.
Al afirmar que se ha salvado porque Dios estaba «a su lado», Donald Trump alimenta la imagen de mesías de la que goza entre un gran número de votantes del Partido Republicano.
Pero el acontecimiento más increíble de esta terrible tarde bajo el sol que se desvanece ocurrió más tarde. Como probablemente sepan, en casi todos los casos, cuando se dispara una sola bala, las multitudes se precipitan hacia las salidas o se empujan unas a otras. Esta vez, se dispararon muchas balas, pero no fue el caso. Es muy inusual. Esta enorme multitud de decenas de miles de personas no se movió ni un milímetro. Muchas personas se levantaron valientemente, pero de forma automática, intentando ver dónde estaba el tirador, porque enseguida se dieron cuenta de que era un tirador. Le apuntaron. Pueden comprobarlo mirando al grupo que tengo detrás, que es mucho más pequeño que el que tengo delante.
Nadie corrió. Gracias a que nadie corrió, se salvaron muchas vidas. Pero no fue por eso por lo que no se movieron. La razón era que sabían que yo estaba en serios problemas. Lo vieron. Me vieron caer. Vieron la sangre y la mayoría de la gente pensó que estaba muerto. Sabían que me habían disparado en la cabeza. Vieron la sangre.
Hay una estadística interesante: las orejas son la parte más sangrienta del cuerpo. Por alguna razón, si algo le pasa a las orejas, sangran más que cualquier otra parte del cuerpo. Esta información me la dieron los médicos.
Les pregunté: «¿Por qué hay tanta sangre?
Me contestaron: «Es por las orejas, sangran más».
Así que aprendimos algo.
Esta multitud excepcional no quería abandonarme. Sabían que estaba en peligro y no querían abandonarme. Pueden ver el amor en sus caras. Es verdad, son gente excepcional. Las balas volaban sobre nosotros y, sin embargo, me sentía sereno.
Pero los agentes del servicio secreto se estaban poniendo en peligro. Estaban en un territorio muy peligroso. Las balas pasaban por encima de ellos, fallándoles por centímetros. De repente, todo se detuvo. El francotirador del servicio secreto acabó con la vida del asesino, a gran distancia y con una sola bala. Lo eliminó. Se supone que no debería estar aquí esta noche. Se supone que no debo estar aquí.
En este punto, la multitud está coreando, «¡Pero lo estás!»
Gracias, gracias, gracias. Pero se supone que no debo estar aquí. Y les diré, estoy ante ustedes en esta arena sólo por la gracia de Dios Todopoderoso. Viendo la cobertura de los últimos días, mucha gente dice que este fue un momento providencial. Probablemente lo fue. Cuando me levanté, rodeado por el servicio secreto, la multitud estaba confusa porque pensaban que estaba muerto. Se notaba una gran tristeza. Lo vi en sus caras cuando miré hacia ellos. No sabían que estaba mirando, pensaban que se había acabado. Pude ver esa tristeza y quise hacer algo para que supieran que estaba bien. Levanté el brazo derecho, miré a los miles y miles de personas que esperaban sin aliento y empecé a gritar «Luchen, luchen, luchen».
Una vez que mi puño cerrado estuvo en alto, en el aire, todos lo vieron, la multitud supo que estaba bien y gritó con orgullo por nuestro país como nunca había oído gritar a una multitud. Nunca había oído nada igual.
Durante el resto de mi vida, estaré agradecido por el amor que me mostró la enorme multitud patriótica que permaneció valientemente en pie aquella fatídica noche en Pensilvania. Lamentablemente, el tirador se llevó la vida de uno de nuestros compatriotas: Corey Comperatore, una persona increíble, según me cuentan todos.
Esa noche también hirió gravemente a otros dos grandes guerreros, y hoy he hablado con ellos: David Dutch y James Copenhaver, dos personas maravillosas. También hablé con las tres familias de estas personas extraordinarias. Nuestros pensamientos y oraciones están con ellos y siempre estarán con ellos. Nunca les olvidaremos. Vinieron a un gran mitin. Eran trumpistas acérrimos y lo siguen siendo, quiero decirles. Excepto Corey, por desgracia, para quien ahora debemos usar el pasado.
Era un hombre excepcional, antiguo jefe de bomberos, respetado por todos. Le acompañaba su esposa, Helen, una mujer increíble. Hoy he hablado con ella; estaba destrozada. También le acompañaban sus dos queridas hijas. Perdió la vida heroicamente, utilizándose a sí mismo como escudo humano para protegerlas de las balas. Se lanzó sobre ellas y fue alcanzado. Era un hombre muy bueno.
Me gustaría dar las gracias a su servicio de bomberos y a su familia por enviarnos su casco y su uniforme. Hicimos algo que no puede compensar lo que pasó. Queda mucho camino por recorrer. Pero estoy muy orgulloso de decir que en los últimos días hemos recaudado 6,3 millones de dólares para las familias de David, James y Corey. Un amigo me acaba de llamar y me ha enviado un cheque, que acabo de recibir: un millón de dólares de Dan Newlin. Gracias, Dan.
Cuando hablé con la familia, les dije: «Voy a enviar mucho dinero, pero obviamente no puede compensar lo que ha pasado». Todos me dijeron lo mismo: «Tiene razón, señor; apreciamos mucho lo que hace, pero en el caso de Corey, nada puede ocupar su lugar». Los otros dos estaban muy, muy malheridos. Sin embargo, ahora están muy bien. Se pondrán bien. Son guerreros.
Así que les pido que guardemos un minuto de silencio en honor de nuestro amigo Corey. No hay mayor amor que dar la vida por los demás. Es el espíritu que forjó a América en su hora más oscura, y es el amor que devolverá a América al pináculo de los logros humanos y la grandeza. Eso es lo que necesitamos. A pesar de un ataque tan atroz, nos mantenemos unidos esta noche. Estoy más decidido que nunca, y ustedes también, y todos los presentes en esta sala.
La multitud canta a coro: «¡Amamos a Trump!»
Muchas gracias. Muchas gracias.
Nuestra determinación es inquebrantable y nuestro objetivo no ha cambiado: construir un gobierno que sirva al pueblo estadounidense mejor que nunca. Nada me detendrá en esta misión, porque nuestra visión es correcta y nuestra causa es pura. Sean cuales sean los obstáculos que se interpongan en nuestro camino, no cederemos. No nos doblegaremos. No retrocederemos, y nunca dejaré de luchar por ustedes, por sus familias y por nuestro gran país. Nunca dejaré de hacerlo. Todo lo que tengo para dar, con toda la energía y la lucha que hay en mí, en mi corazón y en mi alma, se lo prometo a nuestra nación esta noche.
Se lo prometo a nuestra nación. Vamos a poner a nuestro país en el camino correcto y lo vamos a hacer muy rápidamente.
Estas elecciones deberían centrarse en los problemas a los que se enfrenta nuestro país y en cómo hacer que Estados Unidos vuelva a ser próspero, seguro, libre y grande. En un momento en que nuestra política nos divide con demasiada frecuencia, es hora de recordar que todos somos conciudadanos —somos una nación, bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos—.
No debemos criminalizar la disidencia ni demonizar el desacuerdo político. Sin embargo, eso es lo que está ocurriendo últimamente en nuestro país, a un nivel nunca visto. Teniendo esto en cuenta, el Partido Demócrata debería dejar inmediatamente de utilizar el sistema judicial y de etiquetar a su oponente político como enemigo de la democracia. Sobre todo porque esto no es cierto. La verdad es que soy yo quien está salvando la democracia para los ciudadanos de nuestro país. Y he aquí una muy buena noticia, que estoy seguro de que acaban de leer: el lunes, una juez federal muy respetada de Florida, Aileen Cannon, dictó una decisión importante, declarando que el fiscal y el caso de falsificación de documentos contra mí eran totalmente inconstitucionales. Todo el caso fue desestimado por el tribunal, a pesar de toda la publicidad que le rodeaba.
Si los demócratas quieren unir a nuestro país, deben poner fin a estas cazas de brujas partidistas, de las que he sido objeto durante unos ocho años. Deben hacerlo sin demora y permitir que se celebren unas elecciones dignas de nuestro pueblo. Las ganaremos de todos modos, pero deben ser dignas de nuestro pueblo.
En este viaje, me siento profundamente honrado de estar acompañado por mi increíble esposa, Melania. Melania, muchas gracias. Hiciste algo hermoso; escribiste una carta a Estados Unidos llamando a la unidad nacional, que sorprendió al partido republicano, te lo prometo; fue hermoso. Algunas personas muy serias han sugerido que tomemos esa carta y la convirtamos en parte de la plataforma republicana. Sería un honor, ¿verdad? ¿Verdad, señor Diputado? Esta carta ha cautivado a tanta gente.
También quiero dar las gracias a toda mi familia: Don y Kimberly, Ivanka y Jared, Eric y Lara, Tiffany y Michael, Barron, queremos a nuestro querido Barron. Y, por supuesto, a mis diez maravillosos nietos. Antes han visto a algunos de ellos en mi regazo.
Y Dana, ¿no era excepcional? ¿No era increíble? Saben, probablemente se estaba tomando las únicas vacaciones que ha tenido desde… —quizás nunca—. Ha estado trabajando, probablemente durante los últimos diez años o así, con su esposa, lejos. No les diré dónde, pero muy lejos, en un lugar hermoso. Mis colegas le llamaron y me dijo: «No podré ir. Se lo prometí a mi mujer hace muchos años. No puedo ir». Volvieron a llamarme y me dijeron: «Dana no puede venir». Era mi primera, segunda y tercera opción. Dije «Es una pena», pero lo entiendo, se ha ido y bien por él. Unos 30 minutos después, mis colegas volvieron: «Señor, Dana acaba de llamar, va a hacerlo». Su mujer dijo: «No puedes rechazarle. No puedes hacerlo. Tienes que ir». Esa sí que es una buena esposa. Así que cogió un avión y llegó aquí hace poco. Ahora se subirá a un avión pronto y se irá a casa con su esposa. Son gente maravillosa. Quiero darle las gracias a ella, a él y a toda su familia, porque no es fácil».
Trump se refiere aquí a Dana White, presidente de la UFC, la organización estadounidense de artes marciales mixtas (MMA), que es uno de los otros «primeros partidos» de la Convención Republicana.
Es la misma historia para Kid Rock. Le llamé y me dijo: ‘Quiero participar, quiero participar’. Kid escribió una canción genial, una canción monstruosa. No tenía ni idea. Se ha convertido en un amigo mío en los últimos diez años, y es increíble. Todo el mundo le adora. Ni siquiera sabía lo famoso que era. Organiza mítines en los que hay entre 35.000 y 40.000 personas cada vez. Creo que gana tanto dinero que no sabe qué hacer con él.
Y luego está otro amigo, al que conozco desde hace mucho tiempo. Hicimos esta canción juntos, que fue un gran éxito, y lo hicimos nosotros mismos. Vi una tabla de grandes canciones americanas y fue número 1 en las listas hace poco. Hablo de Lee Greenwood, una persona muy especial y maravillosa. Es un hombre maravilloso.
Lee Greenwood es uno de los cantantes y artistas estadounidenses más reconocidos y queridos. Fue con la mejor canción de su repertorio, «God Bless the U.S.A.», con la que Donald Trump hizo su entrada en la Convención Nacional Republicana, puño en alto, con la oreja aún protegida por un vendaje tras su intento de asesinato.
Greenwood es especialmente popular entre los conservadores y los votantes republicanos, aunque en el pasado se ha opuesto a cualquier forma de politización de su música, y se negó a cantar en las Convenciones Nacionales Demócrata y Republicana de 1984. Sin embargo, aceptó actuar en la candidatura republicana de George H. W. Bush en 1988.
Su presencia en Milwaukee puede verse también como una victoria simbólica de Donald Trump. Personalidad apolítica, negándose a decir si votó o no a Trump en las elecciones de 2016, Greenwood dijo durante su actuación: «¡Las oraciones funcionan! … La bala acaba de fallarle salvándole la vida, para que se convierta en el próximo Presidente de los Estados Unidos […] Llevamos tanto tiempo creyendo que Dios va a cambiar las cosas en este país. Y está a punto de cambiar la actual administración y enviarlos a casa».
Todos querían estar aquí. ¿Y qué hay del Hulkster? ¿No estuvo increíble? ¿Vieron eso? ¿Dónde está el Hulkster? Pueden llamarlo entretenimiento. Yo sé lo que es entretenimiento, y sin embargo, cuando levanta a un hombre de 350 libras sobre sus hombros y lo sienta en el banquillo dos filas más allá en la audiencia, creo que eso puede ser entretenimiento, pero es sobre todo un gran cabrón. Lo he visto varias veces y no hay muchos artistas que puedan hacer eso, ¿verdad? Estuviste fantástico. Muchas gracias.
Trump se refiere aquí al luchador y showman Hulk Hogan (aquí abajo).
¿Fue seguido por Eric? ¿Qué diablos fue eso? Chico, eso estuvo bien. Realmente no quería venir aquí y él estuvo genial. Es realmente un joven increíble. Ha pasado por mucho. Don estuvo increíble anoche. Han pasado por mucho. Han sido citados más que nadie en la historia de los Estados Unidos. Cada semana reciben una nueva citación de los demócratas. De la loca Nancy Pelosi, y de todos los demás.
Tienen que parar esto porque están destruyendo nuestro país. Tenemos que centrarnos en hacer América grande de nuevo, no en golpear a la gente. Y ganamos. Les ganamos en todo. Les ganamos en el juicio político. Les ganamos. ¡Pero el tiempo que gastaron en eso! Si gastaran ese genio ayudando a nuestro país, tendríamos un país mucho más fuerte y mejor.
Y Jason. La estrella más grande de la música country. Jason, muchas gracias por estar aquí. Jason Aldean, ¡él es fuerte! Amo a su esposa aún más, por cierto, ella está aquí. Gracias, Jason.
Y estoy encantado de tener un nuevo amigo y compañero luchando a mi lado: el próximo Vicepresidente de los Estados Unidos, el actual Senador de Ohio: J. D. Vance, junto con su increíble esposa, Usha. Será un gran Vicepresidente. Estará al lado de este país y de este movimiento, el mayor movimiento de la historia de nuestro país: hacer que América vuelva a ser grande. Cuando la gente le critica, dicen: «Vamos a intentar parar MAGA». MAGA son las siglas de «Make America Great Again». ¿Qué van a detener? No hay nada que parar. Luego dicen: «Así es», porque es muy difícil de parar. Todos los que lo han intentado han fracasado. Vance va a estar con nosotros mucho tiempo, y fue un honor elegirlo. Fue un excelente estudiante en Yale. Su mujer también estudió en Yale; se conocieron allí. Ambos son personas inteligentes. J. D. Vance, vas a hacer esto durante mucho tiempo, disfrútalo.
Quiero dar las gracias especialmente a la gran gente de Milwaukee y al gran estado de —ahí están, son tan fáciles de reconocer— Green Bay, que va a tener un buen equipo este año, ¿no? A la mayoría de los espectadores no les gusta, pero es verdad, van a tener un equipo muy bueno este año.
Por cierto, habitantes de Wisconsin, estamos gastando más de 250 millones de dólares aquí, creando puestos de trabajo y otro tipo de desarrollo económico. Así que espero que lo recuerden en noviembre y nos den su voto. Estoy tratando de comprar su voto (sic). Seré honesto al respecto. Y les prometo que volveremos a hacer grande a Wisconsin.
Wisconsin es uno de los estados más disputados en las elecciones presidenciales de noviembre. En 2016, Donald Trump consiguió ganar los 10 votos del colegio electoral del estado, algo inédito para un candidato republicano desde Ronald Reagan en 1984. Sin embargo, Joe Biden ganó por solo un 0,63% en 2020, lo que lo convierte en el tercer estado más disputado —por detrás de Georgia y Arizona— en las últimas elecciones presidenciales.
Estoy aquí esta noche para presentar una visión para toda la nación. A todos los ciudadanos, jóvenes o mayores, hombres o mujeres, demócratas, republicanos o independientes, negros o blancos, asiáticos o hispanos, les tiendo una mano de lealtad y amistad. Juntos, llevaremos a Estados Unidos a cotas de grandeza que el mundo nunca ha visto.
Ya lo hemos hecho en el primer mandato. Nos golpeó el Covid e hicimos un gran trabajo. Nadie sabía lo que era. Pero nadie había visto una economía como la de antes del Covid, y dejamos la bolsa mucho más alta de lo que estaba justo antes del Covid. Hicimos un buen trabajo y nunca nos elogiaron por ello. Nos elogiaron por la guerra, la derrota de Daech y tantas otras cosas. Mientras que hemos creado una gran economía. Hemos hecho los mayores recortes fiscales de la historia, y los mayores recortes regulatorios de la historia. Hemos creado la Space Force y organizado la reconstrucción de nuestro ejército. Hemos hecho mucho y seguimos haciendo mucho.
Por ejemplo, conseguimos el derecho a probar (Right-To-Try), que fue un gran logro. Para algunos medicamentos, llevaban 52 años intentándolo. Espero que no sea el caso de nadie del público, pero a menudo, cuando alguien tiene una enfermedad terminal, no puede utilizar nuestros nuevos medicamentos de la era espacial u otras herramientas con las que estamos muy avanzados. Tenemos los mejores médicos del mundo. Los mejores laboratorios del mundo, y no se pueden aprovechar. Llevan 52 años intentando que se apruebe este medicamento, y no ha sido fácil, las compañías de seguros no querían correr el riesgo. Las compañías de seguros no querían correr ningún riesgo. Los laboratorios no querían hacerlo porque si no funcionaba, la gente ya estaría camino de la muerte. Los médicos tampoco lo querían en sus archivos.
Así que reuní a todos en un despacho —lo intentaron durante 52 años, recuérdenlo— y conseguí que aceptaran firmar un acuerdo. Alguien que lo necesite, en lugar de irse a Asia o a Europa o a donde sea, o si no tiene dinero, que se vaya a casa y se muera… que se muera. Han acordado no perseguir a nadie. Parece sencillo, pero no lo era. Ahora pueden conseguir todas estas cosas. Lo conseguirán muy rápidamente, y lo que ha ocurrido es que hemos salvado miles y miles de vidas. Es asombroso. El derecho a intentarlo. Es una gran sensación.
En estos dos párrafos poco claros, Trump se refiere al derecho a usar tratamientos experimentales —aún no aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos— que su administración extendió a nivel federal en 2018. Los datos muestran, sin embargo, que desde la aprobación de esta ley (la right-to-try act), el número de pacientes que la han utilizado es en realidad relativamente limitado.
Bajo nuestra presidencia, Estados Unidos volverá a ser respetado. Ninguna nación cuestionará nuestro poder. Ningún enemigo dudará de nuestro poder. Nuestras fronteras serán perfectamente seguras. Nuestra economía se disparará. Restableceremos la ley y el orden en nuestras calles, el patriotismo en nuestras escuelas y, sobre todo, la paz, la estabilidad y la armonía en el mundo.
Sin embargo, para lograr este futuro, primero debemos salvar a nuestra nación de un liderazgo fracasado e incompetente. Tenemos líderes completamente incompetentes. Por ello, estas elecciones serán las más importantes de la historia de nuestro país.
Bajo la actual administración, nos hemos convertido en una nación en decadencia. Nos enfrentamos a una crisis inflacionista que está haciendo la vida inasequible, asolando los ingresos de los trabajadores y la vida de las familias con bajos ingresos, y aplastando a nuestros ciudadanos como nunca antes. Nunca han visto nada igual. También nos enfrentamos a una crisis de inmigración ilegal, que se está desarrollando mientras estamos sentados en este magnífico escenario. Se trata de una invasión masiva en nuestra frontera sur que está extendiendo la miseria, la delincuencia, la pobreza, la enfermedad y la destrucción a todas las comunidades de nuestro país. Nunca se había visto nada igual. Luego están las crisis internacionales, como pocas veces ha visto el mundo. Nadie puede creer lo que está ocurriendo. La guerra hace estragos en Europa y Oriente Medio, el espectro de un conflicto creciente se cierne sobre Taiwán, Corea, Filipinas y toda Asia. Nuestro planeta está al borde de la Tercera Guerra Mundial, una guerra que no se parecerá a ninguna otra por el armamento implicado. Las armas ya no son tanques que van de un lado a otro y se disparan unos a otros. Las armas son las de la aniquilación.
Es hora de cambiar. La administración actual está lejos de poder resolver los problemas. Nos enfrentamos a gente muy dura y feroz, y no tenemos gente feroz para responderles. Tenemos gente mucho menos feroz, salvo cuando se trata de hacer trampas en las elecciones. Entonces se vuelven feroces.
Así que esta noche hago esta promesa al gran pueblo de América. Pondré fin de inmediato a la devastadora crisis inflacionaria. Bajaré los tipos de interés y el coste de la energía. Perforaremos —drill, baby, drill—. Dirán: «¿Puedes creer lo que están haciendo? Pero al hacerlo, estaremos bajando los precios a gran escala. Han subido el coste de la energía, han tomado nuestras políticas energéticas y las han destruido, luego han vuelto a ellas, pero mientras tanto se ha perdido mucho. Aprovecharemos la energía a niveles que nadie ha visto antes, y pondremos fin a muchas cosas. Empezaremos por pagar la deuda y volver a bajar los impuestos. Les hemos dado la mayor bajada de impuestos de la historia, y seguiremos haciéndolo. La gente no se da cuenta de que he bajado los impuestos considerablemente. Sin embargo, al año siguiente recaudamos más que cuando el tipo impositivo era mucho más alto. La mayoría de la gente me pregunta cómo he podido hacer eso. Porque era un incentivo. Todo el mundo venía al país y traía miles y miles de millones de dólares a nuestro país. Las empresas habían hecho imposible estar aquí, el tipo impositivo era demasiado alto y las complicaciones legales demasiado grandes. Cambié ambas cosas, y cientos de miles de millones de dólares de Apple y de tantas otras empresas volvieron a nuestro país. Como resultado, tuvimos una economía como ningún país había visto jamás. Hemos superado a China a niveles increíbles. Y ellos lo saben. Lo saben. Lo volveremos a hacer, pero lo haremos aún mejor.
Acabaré con la crisis de la inmigración ilegal cerrando nuestra frontera y completando el muro, la mayor parte del cual ya he construido. En cuanto al muro, nos enfrentamos a un Congreso muy difícil y yo dije: «No pasa nada. No iremos al Congreso». Yo lo llamo «invasión» y entonces le dimos a nuestros militares casi 800.000 millones de dólares. Dije, «Tomaré algo de ese dinero, porque es una “invasión”». Y construimos. La mayor parte del muro ya está construida. Tenemos que detener la invasión de nuestro país que está matando a cientos de miles de personas cada año. No permitiremos que eso ocurra.
Pondré fin a todas las crisis internacionales creadas por esta administración, incluida la horrible guerra con Rusia y Ucrania, que nunca habría ocurrido si yo hubiera sido presidente, y la guerra causada por el ataque a Israel, que tampoco habría ocurrido si yo hubiera sido presidente. Irán estaba arruinado. Irán no tenía dinero. Hoy, Irán tiene 250.000 millones de dólares. Han ganado una enorme cantidad de dinero en los últimos dos años y medio, a pesar de que estaban arruinados. El otro día vi un programa llamado Deface the Nation, ¿alguien lo ha visto? Un congresista demócrata dijo: «Les guste o no, Irán ya no tiene nada que ver con Trump». Les dije a China y a otros países: «Si compran a Irán, no les dejaremos hacer negocios allí, e impondremos aranceles del 100% o más a cualquier producto que envíen.» Y dijeron: «Creo que eso es todo». No iban a comprar petróleo. Y estaban dispuestos a llegar a un acuerdo. Irán iba a hacer un trato con nosotros. Y entonces tuvimos este horrible resultado, que nunca dejaremos que vuelva a ocurrir: el resultado de las elecciones. Usaron el Covid para hacer trampas, pero no dejaremos que vuelva a ocurrir. Levantaron todas las sanciones, ayudaron a Irán y ahora Irán está cerca de tener un arma nuclear, lo que nunca habría ocurrido conmigo. Es una vergüenza lo que ha hecho esta administración, el daño que ha causado. Lo digo a menudo. Si cogieras a los 10 peores presidentes de la historia de Estados Unidos y los sumaras, no habrían hecho tanto daño como el que ha hecho Biden. No volveré a usar ese nombre. Biden. El daño que ha hecho a este país es impensable. Juntos, restauraremos la visión, la fuerza, la competencia de los Estados Unidos. Nuestras decisiones se tomarán por algo llamado sentido común, que es algo que tenemos en común. Se trata de sentido común.
A diferencia de Trump, que esporádicamente nos recuerda que, de ser elegido, resolvería la guerra de Rusia contra Ucrania «en 24 horas», el compañero de fórmula del candidato republicano, J.D. Vance, es mucho más vehemente sobre la ayuda militar estadounidense a Ucrania. Desde su llegada al Senado en enero de 2023, Vance se ha opuesto sistemáticamente a todas las votaciones destinadas a liberar ayuda adicional a Kiev. El pasado mes de abril, cuando las dos cámaras del Congreso lograron por fin reunir una mayoría bipartidista para aprobar un texto que incluía 60.840 millones de dólares para Ucrania, el senador por Ohio declaró que el envío de armas estadounidenses contribuía a «debilitar» a Estados Unidos.
Si es elegido, Trump podría tratar de imponer condiciones a la firma de textos que aprueben financiación adicional para la ayuda a Ucrania. La más importante de estas condiciones podría ser la entrada de Kiev en negociaciones de alto el fuego con Rusia. Sin un aumento significativo de la ayuda europea para equilibrar el fin del compromiso estadounidense, Ucrania podría verse obligada a ceder ante las reivindicaciones territoriales rusas y las diversas exigencias de Moscú de garantías de seguridad.
El viernes 14 de junio de 2024, Vladimir Putin dijo que estaba dispuesto a detener los combates e «iniciar negociaciones» para poner fin a la guerra si Ucrania retiraba su ejército de las cuatro regiones parcialmente controladas por Moscú desde febrero de 2022 (excluida Crimea). Al exigir la retirada del ejército ucraniano de los cuatro óblasts orientales y meridionales parcialmente ocupados por Rusia, Moscú espera hacerse con más de 25.000 km² de territorio adicional.
Hace sólo unos años, bajo mi presidencia, teníamos las fronteras más seguras y la mejor economía de la historia de nuestro país, de la historia del mundo. Nunca habíamos hecho nada igual. Estábamos a pasos agigantados por delante de todos los países, incluida China. Nadie había visto nada igual. No teníamos inflación, los ingresos estaban aumentando. Nadie puede creerlo. No pueden creer que lo que ocurrió hace cuatro años esté ocurriendo ahora a la inversa. El mundo estaba en paz.
La inflación mató a nuestro país. No importa cuánto ganes, la inflación te come vivo. La gente que ahorraba su dinero ganaba sueldos enormes. Nunca habían ganado tanto y ahorraban mucho. Ahora simplemente están arruinados. Ya no ahorran. Apenas viven. El dinero de sus cuentas de ahorro lo sacan ahora para vivir, a causa de la inflación. La inflación, recuerden, significa la destrucción de los países. Puedes volver a Alemania hace 100 años, puedes ir a cualquier país que sufrió una alta inflación, y mira lo que les pasó a esos países. Nosotros hemos tenido la peor inflación de nuestra historia bajo esta persona.
En menos de cuatro años, nuestros adversarios han convertido un éxito increíble en una tragedia y un fracaso sin precedentes. Es un fracaso estrepitoso. Hoy, nuestras ciudades están inundadas de extranjeros ilegales. Los estadounidenses están siendo expulsados de la población activa y les están quitando sus puestos de trabajo. De hecho, ¿saben quién se queda con los puestos de trabajo que se crean? El 107% [sic] de esos puestos de trabajo los ocupan extranjeros ilegales. ¿Saben quién sufre más con la afluencia de millones de personas a nuestro país? La población negra y la población hispana, porque los inmigrantes les están quitando puestos de trabajo a ellos y a los sindicatos. Los sindicatos están sufriendo.
La inflación ha acabado con los ahorros de nuestros conciudadanos y ha sumido a la clase media en un estado de depresión y desesperación. Esto es lo que estamos viviendo: desesperación y depresión. No podemos ni queremos permitir que esta situación continúe. Hace menos de cuatro años éramos una gran nación, y pronto volveremos a serlo. Volveremos a ser una gran nación.
Con el liderazgo adecuado, todos los desastres que estamos soportando hoy se repararán muy, muy rápidamente. Así que esta noche, tanto si me han apoyado en el pasado como si no, espero que me apoyen en el futuro, porque voy a resucitar el sueño americano del que ya ni siquiera oímos hablar. Eso es lo que vamos a hacer. Con toda humildad, les pido que se entusiasmen con el futuro de nuestro país. Estén entusiasmados.
Miren las principales cadenas y sus noticiarios, están todos ahí, y todos y cada uno de ellos han dicho que esta podría ser la convención bipartidista mejor organizada, mejor dirigida y más entusiasta que hayan visto nunca. Todos y cada uno de ellos. Y lo ha sido. Y es verdad. Y hay amor en esta sala. Hay mucho amor en la sala.
Será mejor que termine bien o arruinaré la convención, y no puedo hacer eso. Fue una convención increíble. Todos los que hablaron fueron geniales, todos fueron excelentes. Quiero decir que no hubo una sola persona en la que yo pensara, «Oh, Dios, eso no fue genial». Quiero decir, todos. Me niego a ser el único en hacer algo mediocre. No me hagan eso. Les di una idea. No, tuvimos una gran convención y creo que nos iremos a casa y la extrañaremos. Miren estas multitudes. Nunca hemos visto eso en una convención. Miren estas multitudes llenas de amor. Es amor.
Esta semana, todo el Partido Republicano adoptó oficialmente una plataforma para la renovación de América. ¿Han visto este programa? Es muy corto comparado con los largos, aburridos y sin sentido programas del pasado, incluso de los demócratas. Escriben documentos de varios cientos de páginas y nunca los leen. En su caso, menos mal que no los leen porque son bastante malos. Nuestro programa incluye una serie de audaces promesas que pondremos en práctica rápidamente cuando nos den una Cámara republicana.
La «plataforma» del Partido Republicano de este año, un documento programático no vinculante adoptado por los delegados del GOP en la convención nacional, es de hecho mucho más corta que en años anteriores: solo 16 páginas, frente a las 66 de 2016.
Al igual que el GOP, se ha «trumpificado» considerablemente.
La plataforma fue editada en parte por el propio Trump —de ahí los títulos en mayúsculas— y refleja la agenda que estaría en el centro de su futuro mandato. Entre las 20 medidas enumeradas figura la «purga» de la democracia federal. Así lo pidió Vivek Ramaswamy el 9 de julio en el podio de la NatCon4 y también se encuentra en el Proyecto 2025 de la Fundación Heritage (del que Trump desea distanciarse, temiendo que sea percibido como demasiado radical).
La plataforma 2024 del GOP rompe con las ediciones anteriores en muchos aspectos, sobre todo en la cuestión del aborto. Por primera vez desde 1984, el Partido Republicano no pide una prohibición nacional, sino que deja la decisión en manos de los estados. Todos los temas controvertidos, incluidas las referencias a la terapia de conversión para homosexuales, se han eliminado este año para dar una imagen más respetable de Trump.
Y un Senado republicano. Aquí tenemos muchos senadores. Envíenme de vuelta a nuestra hermosa Casa Blanca dentro de unos meses. Solo estamos hablando de unos meses. Y eso sigue siendo demasiado tiempo. Debemos actuar.
En primer lugar, debemos proporcionar ayuda económica a nuestros conciudadanos. Desde el primer día, bajaremos los precios y haremos que América vuelva a ser asequible. Porque no lo es. La gente no puede vivir así. Bajo la administración actual, los precios de los alimentos han subido un 57%, los de la gasolina un 60-70%, los tipos de interés de las hipotecas se han cuadruplicado, y lo cierto es que esos tipos no importan porque de todos modos no se puede conseguir dinero. Los jóvenes no pueden conseguir financiación para comprar una casa. Los costes totales de los hogares han aumentado una media de 28.000 dólares por familia bajo esta administración. Los republicanos tienen un plan para bajar los precios, y muy rápidamente. Reduciremos el coste de la energía, el transporte, la fabricación y todos los bienes domésticos.
Todo empieza por la energía. No olvidemos que tenemos más oro líquido bajo nuestros pies que ningún otro país con diferencia. Somos una nación que tiene el potencial de hacer una enorme fortuna con la energía. Nosotros la tenemos y China no. Bajo la administración Trump, hace apenas tres años y medio, éramos energéticamente independientes. Pero pronto estaremos mejor que eso. Dominaremos el mercado energético y abasteceremos no solo a nosotros, sino también al resto del mundo.
Reduciremos nuestra deuda, que asciende a 36 billones de dólares. Empezaremos por reducirla, igual que sus impuestos. Por cierto, la administración actual quiere cuadruplicar sus impuestos.
Toda mi vida he crecido observando a los políticos. Siempre me ha gustado la política. Yo estaba al otro lado, observándoles, y siempre hablaban de bajadas de impuestos: «Voy a bajarle los impuestos», ¿no es así, señor diputado? Sólo hablaban de eso. La administración actual es la única administración que dijo que iba a multiplicar sus impuestos por cuatro, en comparación con la actualidad. ¿Y se supone que la gente tiene que votarles? Nunca he oído eso. Están pagando demasiado, así que vamos a reducir sus impuestos. Les hemos hecho la mayor rebaja, como he dicho, y eso va a generar un crecimiento tremendo y eso es lo que queremos. Eso es lo que nos permitirá pagar nuestra deuda.
Los recortes fiscales aplicados por el Gobierno de George W. Bush en 2001 y 2003 y la Ley de Recortes y Empleos Fiscales ratificada por Trump en diciembre de 2017 en realidad «han añadido 10 billones de dólares a la deuda desde que entraron en vigor y son responsables del 57% del aumento del ratio de deuda desde 2001, y de más del 90% del aumento del ratio de deuda si se excluyen los costes puntuales de los proyectos de ley que responden al Covid-19 y la Gran Recesión», según un estudio del Center for American Progress.
En segundo lugar, pondremos fin al enorme despilfarro de dinero de los contribuyentes que está alimentando la crisis inflacionista. Han gastado billones de dólares en cosas relacionadas con la nueva estafa ecológica. Es una estafa que ha provocado enormes presiones inflacionistas además del coste de la energía. Reorientaremos los miles de millones de dólares que aún no se han gastado a proyectos importantes como carreteras, puentes y presas. No permitiremos que este dinero se gaste en ideas sin sentido relacionadas con la nueva estafa verde.
También pondré fin a la compra obligatoria de vehículos eléctricos en mi primer día. Esto salvará a la industria automovilística estadounidense de ser completamente aniquilada, que es lo que está ocurriendo, y ahorrará a los consumidores estadounidenses miles y miles de dólares por coche. En este mismo momento, en México, China está construyendo enormes fábricas para fabricar coches y venderlos en nuestro país, libres de impuestos, a cambio de nada. Los sindicatos automovilísticos deberían avergonzarse de permitir que esto ocurra y su líder debería ser despedido inmediatamente. Todos los trabajadores del automóvil, sindicalizados o no, deberían votar a Donald Trump porque vamos a recuperar la fabricación de coches y lo vamos a hacer rápido. No nos importa fabricar nuestros coches, pero las plantas se construirán en Estados Unidos y nuestra gente trabajará allí. Y si no están de acuerdo con nosotros, aplicaremos aranceles de entre el 100 y el 200% a cada coche y no se podrán vender en Estados Unidos.
Otros países llevan mucho tiempo aprovechándose de nosotros. Estos otros países suelen considerarse supuestos aliados, aunque llevan años aprovechándose de nosotros. Perdemos puestos de trabajo. Perdemos ingresos y ellos lo ganan todo y acaban con nuestras empresas y nuestra gente. Puse fin a eso durante cuatro años. Me deshice del TLCAN, el peor acuerdo comercial de la historia, y lo sustituí por el U.S.M.C.A., del que se dice que es el mejor acuerdo comercial de la historia. El mejor acuerdo comercial es probablemente el que concluí con China, que antes no compraba nada y ahora compra productos nuestros por valor de 50.000 millones de dólares. Había que hacerlo, pero ni siquiera hablo de ello por el Covid. Ni siquiera hablo de ello por lo que pasó con el virus chino.
No dejaremos que los países vengan y tomen nuestros trabajos y saqueen nuestra nación. Eso es lo que están haciendo. Están saqueando nuestro país. Para vender nuestros productos en América, tenemos que construirlos en América y sólo en América, es muy sencillo. El Congreso debe seguir y seguirá nuestro ejemplo. Esta fórmula tan sencilla creará un gran número de puestos de trabajo. Nos haremos cargo de la industria del automóvil y crearemos cientos de miles de puestos de trabajo, porque hemos perdido muchos a lo largo de los años. Si nos remontamos 20 o 25 años atrás, China y México nos robaron alrededor del 68% de los puestos de trabajo de la industria automovilística y manufacturera. Vamos a recuperarlos todos, todos los puestos de trabajo.
En el centro de nuestro plan de ayuda económica hay recortes fiscales masivos para los trabajadores. Esto incluye otro elemento que ha demostrado ser muy popular, es muy popular aquí, en este edificio y en todos estos hoteles que son tan bonitos: ningún impuesto sobre las propinas. Se me ocurrió esta idea cenando hace poco en Nevada, donde ganamos por 14 puntos.
Cenamos en un precioso restaurante del edificio Trump, en el Strip. Es un edificio precioso y se acerca la camarera. Una persona muy agradable.
«¿Cómo está?»
«Oh señor, es muy duro. El gobierno me persigue todo el tiempo por las propinas, propinas, propinas».
Le dije: «Si te dan dinero, ¿podrían encontrarlo?».
Ella contestó: «De hecho -y yo no lo sabía- damos muy poco dinero en efectivo. Está todo escrito en la cuenta. Vienen y nos quitan tanto dinero que es ridículo. Y no se creen nada de lo que decimos». Acaban de contratar, como usted sabe, 88.000 agentes para ir tras ellos aún más. Sabes, la mayoría de la gente que empieza contrata consultores. Les pagan en dólares.
Pero yo dije: «Déjame hacerte una pregunta. ¿Estarías contenta si no se gravaran las propinas?».
Ella dijo: «¡Qué gran idea!»
Fue una camarera muy lista la que me avisó. Es mejor que gastar millones de dólares. Y a todo el mundo le encanta esta reforma. A las camareras, a los caddies, a los conductores, a todos. Es un grupo muy grande de personas que se ven gravemente perjudicadas. Ganan dinero, dejemos que conserven su dinero.
Voy a proteger la Seguridad Social y Medicare. Los demócratas van a destruir la Seguridad Social y Medicare porque los inmigrantes van a entrar por millones. Van a cobrar la Seguridad Social y Medicare y muchas otras cosas, y no lo van a poder permitir. Están destruyendo su Seguridad Social y Medicare. Con mi plan, los ingresos se van a disparar, la inflación va a desaparecer por completo, los empleos van a volver con fuerza y la clase media va a prosperar como nunca antes, y vamos a hacer todo eso muy rápidamente.
La postura de Trump sobre la Seguridad Social ha sido, cuando menos, inestable a lo largo de los años. En 2011, el expresidente pidió a los republicanos que se comprometieran con las personas mayores a no tocar la Seguridad Social de ninguna manera. Para cerrar el déficit del Gobierno federal, Trump propuso entonces elevar la edad de jubilación plena a los 70 años, frente a los 67 actuales para los nacidos después de 1960. Esta sería la edad de jubilación más alta del mundo.
Durante su campaña para 2020, Trump señaló en repetidas ocasiones que estaba abierto a diversas formas de recortes en los programas de financiación de la Seguridad Social, sin dar más detalles. Por cierto, los «millones de inmigrantes que están destruyendo la Seguridad Social y Medicare» no tienen derecho a prestaciones, pero contribuyen a los ingresos fiscales que financian los programas.
Pero ninguna esperanza o sueño que tengamos para América puede tener éxito a menos que detengamos la invasión de inmigrantes ilegales. La peor que el mundo ha visto jamás. Nunca ha habido una invasión en ninguna parte. Los países del Tercer Mundo lucharían con palos y piedras para impedir que esto ocurriera. La invasión en nuestra frontera sur, la detendremos; y rápido. Ayer escucharon a Tom Homan. Pónganlo a cargo de la policía y observen. Brandon Judd, un patrullero fronterizo, es increíble también. Estas dos personas, ya sabes, quieren hacer su trabajo. Son patriotas.
Brandon Judd de la Patrulla Fronteriza de ICE (Immigration and Customs Enforcement). Tienes que ver lo que el ICE está haciendo con la MS13. Estas son probablemente las peores pandillas y el ICE va allí. Y conozco a mucha gente en sus filas. Son gente muy dura, pero no quieren hacer este trabajo. Irán a un grupo de asesinos de la MS13. Son probablemente las peores bandas del mundo y tenemos miles de ellas. Deportamos a miles y miles de ellos en mis cuatro años de actividad. Los deportamos, fue un placer. El ICE iba directo a un grupo de estos asesinos, los veían volar y los cogían, los metían en un carro y los sacaban de nuestro país. Pero otros países no los aceptaban. Llamé y dije que ya no les íbamos a dar ayuda económica. Y al día siguiente, recibí llamadas de todos estos países que habían suspendido su ayuda, porque gastamos miles de millones de dólares en ayuda económica a países que francamente no hacen nada por nosotros. Al día siguiente, todos me llamaron, no podía responder a todas las llamadas.
«Señor, ¿cuál es el problema?».
Les dije: «No quieren recuperar a los asesinos que enviaron en caravanas a Estados Unidos. No los quiere de vuelta».
«Señor, si lo desea, consideraremos muy seriamente la posibilidad de hacerlo».
En 24 horas, se los llevaron de vuelta. Cuando llegué, me dijeron que el presidente Obama había intentado expulsarlos, pero que los países no querían aceptarlos. Pusieron aviones en la pista para que no pudiéramos aterrizar. Cerraron las carreteras para que no se pudiera coger el autobús; todos tuvieron que dar marcha atrás. En cuanto dijeron que no habría más ayuda económica de ningún tipo a ningún país que hiciera eso, volvieron a llamar y dijeron: «Señor, sería un gran honor para nosotros acoger a la MS13. Nos caen muy bien, señor. Los acogeremos». En el corazón de la plataforma republicana está nuestra promesa de acabar con esta pesadilla fronteriza y restaurar plenamente las fronteras sagradas y soberanas de los Estados Unidos de América. Y vamos a hacerlo desde el primer día.
Así que hay dos cosas que hacer desde el primer día, ¿no? Perforar, nene, perforar —y cerrar nuestras fronteras—.
Creo que todo el mundo, como republicano, como patriota, está preocupado por cerrar las fronteras. Hace menos de cuatro años, cerré la frontera más fuerte de la historia americana. Y pueden verlo en el gráfico que me salvó la vida. Dije: «Miren, estoy muy orgulloso de esto». Creo que es uno de los mejores —fue hecho por la Patrulla Fronteriza—. Es uno de los mejores gráficos que he visto, mostraba todo. Aquí está. La última vez que publiqué este gráfico, realmente no lo miré. Pero sin ese gráfico, yo no estaría aquí hoy. Le dije: «Tienes que ver este gráfico». Estaba muy orgulloso de él, pero cuando llegué, ese día no podía verlo. Pero ahora puedo verlo y estoy muy orgulloso. Si se fijan en la flecha inferior, la gran flecha roja, ese es el nivel más bajo de inmigrantes ilegales que han entrado en nuestro país en toda la historia. Esa fue la última semana de mi mandato. Y pueden ver lo que pasó después de que me fuera. Miren el resto. Y si van un poco más allá, esto se está haciendo un poco viejo, pero me encanta de todos modos, pero pueden ir mucho más allá con estas cifras. Miren lo que pasó inmediatamente después. Comenzó la invasión. Tuvimos lo contrario. Detuvimos la invasión. Pero la invasión que detuvimos no fue nada comparado con lo que pasó después de que me fui, se apoderaron de nuestro país. Hemos puesto fin a todas las excarcelaciones. Pusimos fin al fraude en el asilo. Pusimos fin al tráfico de seres humanos y forjamos acuerdos históricos para mantener a los extranjeros ilegales en suelo extranjero. Queremos que se queden en su propio suelo. Bajo la administración Trump, si entrabas ilegalmente, te detenían inmediatamente y te deportaban, volvías inmediatamente.
La administración actual ha acabado con cada una de esas grandes políticas de Trump que puse en marcha para sellar la frontera. Yo quería una frontera sellada. Entren, pero entren legalmente. ¿Saben lo injusto que es eso? Cientos de miles de personas han trabajado durante años para entrar en nuestro país. Y ahora están viendo a esta gente inundar nuestro país a niveles sin precedentes. Es realmente injusto. No vamos a tolerarlo. Han suspendido la construcción del muro, han acabado con la política de «Quédate en México». Teníamos una política de «Quédate en México». ¿Creen que fue fácil conseguirlo del gobierno mexicano? Pero yo dije: «Tienen que dárnosla. Si no, habrá repercusiones». Y nos lo dieron, pero no fácilmente. Cancelaron nuestros acuerdos de Safe Third, demolieron el Title 42, implementaron la remisión a nivel nacional. Se trata de un sistema de captura y liberación que implica atraparlos y soltarlos en nuestro país. Dije que los atrapamos y liberamos en México. Hay una pequeña diferencia. El gobierno anterior tomó 93 medidas ejecutivas para abrir nuestra frontera a todo el mundo. El mundo entero está entrando en nuestro país por culpa de esta estúpida administración.
La mayor invasión de la historia está ocurriendo aquí mismo, en nuestro país. Vienen de todos los rincones del mundo, no sólo de Sudamérica, sino de África, Asia, Oriente Medio. Vienen de todas partes. Están llegando a niveles que nunca hemos visto antes. Esto es una invasión, y esta administración no está haciendo absolutamente nada para detenerla. Vienen de las prisiones. Vienen de instituciones psiquiátricas y manicomios. Sé que la prensa está siempre alerta porque digo eso. ¿Alguien ha visto El silencio de los corderos? El difunto, gran Hannibal Lecter, les encantaría tenerlos para cenar. Son manicomios. Vacían sus manicomios. Y los terroristas son más numerosos que nunca. Van a pasar cosas malas. Mientras tanto, nuestra tasa de criminalidad está subiendo, mientras que las estadísticas de criminalidad en todo el mundo están bajando. Porque cogen a sus criminales y los meten en nuestro país. Cierto país, cuyo presidente me cae muy bien, ha dicho que su país va bien porque el índice de criminalidad ha bajado, que está formando a toda esa gente. Son duros y los está entrenando. Me dije a mí mismo: «Eso es maravilloso, echemos un vistazo». Luego me di cuenta de que no los estaba entrenando; estaba enviando a todos sus criminales, sus traficantes de drogas, sus prisioneros a Estados Unidos. Intenta convencer a todo el mundo de que está haciendo un gran trabajo dirigiendo el país, pero no lo está haciendo muy bien. Y además, si yo dirigiera uno de estos países, sería peor que cualquiera de ellos. Ya habría vaciado el lugar.
Nos hemos convertido en un vertedero para todo el mundo, que se ríe de nosotros. Creen que somos estúpidos. Y no pueden creer que se salgan con la suya, pero no lo harán por mucho tiempo. Eso es lo que puedo decirles. En Venezuela, en Caracas, el crimen es alto. Caracas, en Venezuela, es un lugar muy peligroso. Pero ahora es mucho menos peligroso, porque la delincuencia en Venezuela ha disminuido un 72%. De hecho, si quisieran participar en estas elecciones, odio incluso decir esto pero celebraríamos nuestra próxima convención republicana en Venezuela porque al menos sería seguro. Nuestras ciudades son tan inseguras que no podremos celebrarla en Estados Unidos.
El aumento de la tasa de criminalidad en Estados Unidos esgrimido por Donald Trump se contradice con las cifras para 2023 publicadas por el FBI. El año pasado, el número de asesinatos en todo el país cayó un 13% y los delitos violentos un 6% en comparación con el año anterior. El descenso continuó en el primer trimestre de este año, con una reducción de los delitos violentos del 15,2% en comparación con el mismo periodo de 2023. La delincuencia supuestamente desbocada bajo el mandato de Joe Biden y denunciada con dureza por Donald Trump está ahora en niveles inferiores a los de 2020, el último año del mandato de Trump.
La teoría de que la inmigración ilegal en Estados Unidos es una operación orquestada para deportar criminales de Sudamérica y Centroamérica es una de las favoritas del candidato republicano. Trump también ha dicho en repetidas ocasiones que este traslado sería «alentado» por los demócratas para conseguir sus votos en las elecciones de noviembre.
En El Salvador, los asesinatos han caído un 70%. ¿Por qué ha ocurrido esto? A él [Nayib Bukele] le gustaría convencernos de que es porque ha formado a asesinos para que sean personas maravillosas, pero no es así. Los asesinatos han disminuido porque el país envía a sus asesinos a Estados Unidos de América. Por eso, para mantener a salvo a nuestra familia, la plataforma republicana promete lanzar la mayor operación de deportación de la historia de nuestro país. Mayor incluso que la del presidente Dwight D. Eisenhower hace muchos años. Era un moderado, pero creía firmemente en las fronteras. Dirigió la mayor operación de deportación que jamás hayamos visto.
Hace poco hablé con la afligida madre de Jocelyn Nungaray, una mujer maravillosa. Esta niña de 12 años de Houston fue atada, agredida y estrangulada hasta la muerte el mes pasado cuando se dirigía al supermercado, a una manzana de su casa. Su cuerpo fue arrojado al borde de la carretera, en un arroyo poco profundo, descubierto por curiosos que no daban crédito a lo que veían sus ojos. Acusados del atroz asesinato de Jocelyn, dos extranjeros ilegales de Venezuela fueron puestos bajo custodia y luego liberados en el país por la horrible administración que tenemos hoy.
Hace poco también conocí a la desconsolada madre y hermana de Rachel Morin. Rachel era una mujer de 37 años, madre de cinco hermosos hijos, que fue brutalmente violada y asesinada mientras corría. Quería mantenerse en forma. Era muy importante para ella. El monstruo responsable de su asesinato mató primero a otra mujer en El Salvador antes de que la Casa Blanca le permitiera entrar en Estados Unidos. Después atacó a una niña de 9 años y a su madre durante un robo en Los Ángeles antes de asesinar a Rachel en Maryland. Viajó por todo el país sembrando el caos. La madre de Rachel nunca volverá a ser la misma. Pasé tiempo con ella y nunca volverá a ser la misma.
También conocí a la maravillosa familia de Laken Riley, la brillante estudiante de enfermería de 22 años. Estaba tan orgullosa de ser la mejor de su clase y estaba corriendo por el campus de la Universidad de Georgia cuando fue horriblemente asaltada, golpeada y asesinada. Otra vida estadounidense robada por un criminal extranjero liberado por esta administración. Estamos hablando de gente increíble. Estas son personas increíbles que murieron.
Esta noche, este es mi juramento. No permitiré que estos asesinos y criminales entren en nuestro país. Mantendré a nuestros hijos e hijas a salvo. Manteniendo nuestras calles seguras, ayudaremos a mantener el mundo estable. Fui el primer presidente en los tiempos modernos en no iniciar nuevas guerras. Fuimos los más duros. Fuimos los más respetados. Hungría es un país fuerte, dirigido por un líder muy poderoso y muy duro, por eso no gusta a la prensa. Viktor Orbán, el primer ministro húngaro, un hombre muy duro, dijo: «No quiero que la gente venga a mi país a volar nuestros centros comerciales y a matar gente». Pero le dijeron: «Dinos, ¿qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?» Él respondió: «Solo hay una forma de resolver el problema. Tienen que traer al presidente Trump de vuelta a Estados Unidos porque ha estado manteniendo a raya a todo el mundo». Y es verdad. Usó una palabra que yo no usaría porque no puedo usar esa palabra. Porque dirían que es fanfarronería. La prensa diría: «Es un fanfarrón» —y yo no soy un fanfarrón—. Pero Viktor Orbán lo dijo: «Rusia le tenía miedo. China le temía. Todo el mundo le temía». No podía pasar nada. El mundo entero estaba en paz, y ahora el mundo está explotando a nuestro alrededor. Todas esas cosas de las que han oído hablar no iban a suceder.
Con el Presidente Bush, Rusia invadió Georgia. Con el Presidente Obama, Rusia tomó Crimea. Bajo la administración actual, Rusia quiere conquistar toda Ucrania. Bajo el presidente Trump, Rusia no tomó nada. Derrotamos al 100% de Daech en Siria e Irak, lo que se suponía que iba a llevar «cinco años, señor, llevará cinco años, señor». Lo hicimos en unos pocos meses. Tenemos un ejército excelente. Nuestras fuerzas armadas no son wokes. Sólo algunos idiotas en la parte superior son wokes. Me llevé muy bien con Corea del Norte, con Kim Jong Un. Me llevé muy bien con él. La prensa odió lo que dije: «¿Cómo te llevaste con él?» Es bueno llevarse bien con alguien que tiene muchas armas nucleares. Antes decían que era algo maravilloso. Ahora la gente dice: «¿Cómo puedes hacer eso? Yo me llevé bien con él y evitamos que Corea del Norte disparara misiles». Hoy, Corea del Norte está de nuevo en auge. Pero cuando volvamos, volveré a verle. A él también le gustaría volver a verme. En realidad, creo que me echa de menos.
Nuestros adversarios han heredado un mundo en paz y lo han transformado en un planeta en guerra. Miren el ataque a Israel. Miren lo que está ocurriendo en Ucrania. Las ciudades están siendo bombardeadas. ¿Cómo puede la gente vivir así cuando se derrumban enormes edificios?
Todo esto empezó a desmoronarse con la desastrosa retirada de Afganistán, la peor humillación de la historia de nuestro país. Nunca habíamos experimentado una humillación semejante. Trece heroicos miembros de las fuerzas armadas estadounidenses murieron trágica e innecesariamente. Otros cuarenta y cinco resultaron terriblemente heridos. Nadie habla nunca de ello. Sin brazos, sin piernas, con explosiones en la cara. Heridas horribles. Por cierto, tenemos en esta sala a un hombre candidato al Senado de los Estados Unidos por un gran estado, Nevada, llamado Sam Brown, que pagó el precio definitivo. Gracias, Sam. Gracias, Sam. Ha pagado el precio más alto probablemente jamás pagado por alguien que se presenta a un cargo, y creo que va a tener éxito. Se presenta contra alguien que no es bueno, que no es respetado. Un peso ligero. Pero Sam, creo, ha dado sus frutos. Hemos hablado de ello con algunos de los senadores que están trabajando tan duro por Sam. Ha pagado el precio más alto de cualquier senador que se haya presentado al Senado. No creo que nadie haya hecho nunca lo que él ha hecho. Es un verdadero héroe, una gran persona. Se presenta y espero que todo el mundo vote a Sam Brown.
También dejamos atrás equipamiento militar por valor de 85.000 millones de dólares, y muchos ciudadanos estadounidenses. Muchos, muchos ciudadanos estadounidenses. Envalentonada por este desastre, Rusia invadió Ucrania. Vio a este grupo de incompetentes…
Hablé con el líder de los talibanes. Han oído esta historia. Abdul sigue ahí, sigue siendo el líder de los talibanes. La prensa me preguntó: «¿Por qué hablaste con él?» Yo respondí: «Porque ahí es donde están las muertes.» No tengo por qué hablar con alguien que no tiene nada que ver con esto. Y le dije: «No vuelvas a hacer eso. No vuelvas a hacer eso, vas a parar» porque, durante la administración Obama, mucha gente estupenda, muchos soldados, fueron asesinados lejos de casa. Le dije: «Si sigues haciendo esto, serás golpeado más fuerte de lo que ningún país ha sido golpeado antes». Me contestó: «Lo entiendo, Excelencia». Me llamó «Excelencia». Me pregunto si llama al otro «Excelencia». Lo dudo. El otro tipo le dio todo. Quiero decir, ¿qué clase de trato fue? Se fue, le dio todo. ¿Saben que Afganistán es uno de los mayores traficantes de armas del mundo ahora mismo? Están vendiendo armas nuevas y magníficas que les hemos dado.
Me dijo: «¿Pero por qué me enseñas una foto de mi casa?» Le respondí: «Tendrás que preguntar a tu gente o a una de tus esposas». Lo entendió. Y durante 18 meses, los talibanes no atacaron a un solo soldado estadounidense. Dieciocho meses. Y entonces llegó ese horrible día en que los soldados fueron asesinados. Yo no estaba allí debido a una elección ridícula. Pero tuvimos ese horrible ataque. El gobierno abandonó Bagram, una de las bases aéreas más grandes del mundo, con las pistas más largas, más potentes, más reforzadas, más gruesas. Me gustaba este lugar más por su vínculo con China que porque estuviera en Afganistán. Estaba a una hora en coche de donde China fabrica sus armas nucleares. ¿Y saben quién es el dueño de esa base hoy en día? China. Teníamos esta fortaleza, esta base, y ahora China está rodeando Taiwán, y buques de guerra rusos y submarinos nucleares están operando a 60 millas de la costa de Cuba. ¿Sabías de esto? La prensa se niega a hablar de ello. Si yo gobernara este país y tuviéramos submarinos nucleares en Cuba, puedo decirles que los titulares de todos los días serían «¿Qué le pasa a nuestro presidente?», cuando ni siquiera se oye hablar de ello. Rusia tiene submarinos nucleares y buques de guerra a 60 millas de distancia, Representante Miami, ¿verdad? En Cuba. Eso no se defendería si fuera cualquier otro. No quieren mencionarlo, pero ahora tal vez lo hagan.
Y al mundo le digo esto: queremos a nuestros rehenes de vuelta —y más vale que los encuentren antes de que yo tome posesión, o pagarán un precio muy alto—. Con nuestra victoria en noviembre, se acabarán los años de guerra, debilidad y caos.
No he tenido ninguna guerra, aparte de Daech, al que derroté, pero esa fue una guerra que se inició [antes que yo]. No hemos tenido ninguna guerra. Puedo detener guerras con una simple llamada telefónica. Vamos a reconstruir nuestro ejército y a construir un sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro para garantizar que ningún enemigo pueda atacar nuestra patria. Esta gran Cúpula de Hierro se construirá íntegramente en Estados Unidos, igual que le di a Wisconsin este enorme contrato de construcción naval, en el que están haciendo un gran trabajo. ¿No es así, Gobernador? Gracias, Gobernador; están haciendo un gran trabajo. Hice un pequeño cambio de diseño y les dimos un gran contrato para, básicamente, lo que solíamos llamar destructores. Ahora son los más hermosos. Parecen yates. Dije: «Tenemos que tomar la proa, y tenemos que hacerla un poco más hermosa, con un pequeño punto en la parte superior en lugar de una nariz plana». Y la gente de los astilleros dijo: «Este tío sabe lo que hace».
Teníamos los barcos más bonitos, ¿verdad, Gobernador? Era un gran contrato que todo el mundo quería. Se lo di a Wisconsin, pero vamos a construir muchos de ellos aquí mismo, en el estado de Wisconsin y en todos los demás estados.
Trump desea proyectar la imagen de un hombre de negocios con grandes responsabilidades que, sin embargo, se toma el tiempo de detenerse en detalles que otros empresarios habrían descuidado o delegado en sus subordinados. En The Art of the Deal, el magnate inmobiliario relata en numerosas ocasiones las conversaciones que habría mantenido con sus jefes de proyecto, arquitectos, electricistas y albañiles en sus obras, ofreciéndoles consejos a menudo «iluminados» y siempre seguidos.
Poco después de comprar un campo de golf en Rancho Palos Verdes, Los Ángeles, en 2002, Trump presumió de haberse ahorrado 5 millones de dólares en la construcción de un nuevo salón de baile que se consideraba demasiado pequeño para acoger eventos a gran escala. Tras echar un rápido «vistazo» al salón de baile, Trump llegó a la conclusión de que no era demasiado pequeño: eran las sillas las que eran demasiado grandes. En lugar de gastarse directamente 5 millones de dólares, Trump dice que obtuvo beneficios vendiendo las viejas sillas, que costaban menos que las nuevas.
El expresidente ha dicho varias veces en los últimos cuatro años que él estaba detrás del rediseño de los destructores estadounidenses. Aunque los consejos de Trump a los constructores navales son estrictamente estéticos y no prácticos, esta anécdota —que nunca ha sido corroborada por fuentes oficiales— contribuye a retratarle como un ser casi omnisciente con un «sentido común» que le haría mejor presidente que cualquier candidato.
Israel tiene una Cúpula de Hierro. Tienen un sistema de defensa antimisiles. Trescientos cuarenta y dos misiles han sido disparados contra Israel, y sólo uno consiguió atravesarlo. Ronald Reagan quería esto hace muchos años, pero en realidad no teníamos la tecnología en ese momento. Recuerden que lo llamaban nave, nave espacial, cualquier cosa para burlarse de él. Pero fue un presidente muy bueno, muy bueno. Hoy tenemos una tecnología excepcional. ¿Por qué deberían tenerla otros países y no nosotros? Vamos a construir una cúpula de hierro sobre nuestro país, y vamos a asegurarnos de que nada pueda dañar a nuestro pueblo. Y una vez más, desde el punto de vista del desarrollo económico, voy a hacerlo todo aquí. Nada de enviar dinero a otros países para ayudarles. Va a ser: América primero.
Desataremos el poder de la innovación estadounidense y, al hacerlo, pronto estaremos a punto de encontrar curas para el cáncer, el Alzheimer y muchas otras enfermedades. Llegaremos al fondo de las cosas. Recordarán al caballero que no quiero mencionar, salvo una vez para que no haya confusión, este hombre dijo que íbamos a encontrar una cura para el cáncer; no pasó nada. Vamos a encontrar una cura para el cáncer, el Alzheimer y tantas otras enfermedades. Estamos a punto de hacer algo grande. Pero necesitamos un líder que lo haga realidad.
Los hombres ya no practicarán deportes femeninos. Esto se acabará inmediatamente. Restauraremos y renovaremos las principales ciudades de nuestro país, haciéndolas seguras, limpias y bellas de nuevo. Eso incluye la capital de nuestra nación, que es un horrible campo de batalla. La gente viene de Wisconsin para ver el Monumento a Washington y puede ser apuñalada, asesinada o tiroteada en la capital. Muy pronto, volveremos a estar muy orgullosos de nuestra capital, Washington.
América está en la cúspide de una nueva edad de oro y tendremos el valor de aprovecharla. Llevaremos a América a una edad de oro como nunca se ha visto antes. Recuerden esto: China quiere hacerlo, Japón quiere hacerlo. Todos estos países quieren hacerlo. Necesitamos producir grandes cantidades de energía para algunas de las cosas que se han hecho, y algunas de las cosas que vamos a hacer. La IA necesita una enorme cantidad de energía, el doble de electricidad de la que hay actualmente en nuestro país, ¿se imaginan? Pero en lugar de eso, estamos invirtiendo en lugares para cargar coches eléctricos. Construyeron ocho estaciones de carga en un solo lugar, en el Medio Oeste. ¿Ocho estaciones de carga por 9 mil millones de dólares? Imaginen un depósito para repostar gasolina. Gastaron 9 mil millones de dólares en ocho estaciones, tres de las cuales no funcionaron. Y si van a hacer eso por todo el país, esta loca tirita eléctrica… Estoy totalmente a favor de los coches eléctricos, por cierto. Tienen su utilidad. Pero si alguien quiere comprar un coche de gasolina, o un híbrido, ¡debería poder hacerlo! Vamos a hacer ese cambio desde el primer día.
El reciente desarrollo de la inteligencia artificial ha provocado tal aumento del consumo de energía que los centros de datos consumen ya más energía que el 92% de los países del mundo. En menos de una década, el número de centros de datos en funcionamiento o en construcción en todo el mundo casi se ha duplicado, pasando de 3.600 en 2015 a más de 7.100 en 2024. Una de las principales razones de este enorme aumento es el desarrollo de la IA.
En Estados Unidos, Goldman Sachs estima que «impulsada por la IA, una demanda más amplia y una ralentización del ritmo de aumento de la eficiencia energética, se espera que la demanda mundial de electricidad para centros de datos se duplique con creces de aquí a 2030, tras estancarse entre 2015 y 2020». El año pasado, las emisiones de los gigantes tecnológicos estadounidenses —Alphabet, Microsoft y Amazon— aumentaron, principalmente debido a la energía consumida por los centros de datos relacionados con la IA.
Aunque sus posiciones en muchas cuestiones de política nacional e internacional distan, en muchos aspectos, de las mantenidas por anteriores presidentes republicanos y la retaguardia del GOP, Trump comparte con sus predecesores un marcado conservadurismo fiscal, que utiliza para denunciar el «despilfarro» del dinero de los contribuyentes estadounidenses por parte de las sucesivas administraciones demócratas.
Los programas y partidas de gasto más atacados por Trump se refieren al colectivo LGBT, la investigación científica y la transición hacia la energía y la electrificación. No obstante, el ex presidente se ha declarado recientemente más abierto que antes a los vehículos eléctricos, aunque afirma regularmente que los objetivos de la administración Biden para el despliegue de coches eléctricos son «inalcanzables».
Para terminar, hace sólo unos días mi viaje con ustedes estuvo a punto de llegar a su fin. Lo sabemos. Sin embargo, aquí estamos esta noche, todos reunidos para hablar del futuro, la promesa y la renovación total de algo que amamos mucho: se llama: América. Vivimos en un mundo de milagros. Ninguno de nosotros conoce el plan de Dios, ni a dónde nos llevará la aventura de la vida.
Quiero dar las gracias a Franklin Graham por estar aquí esta noche; es un hombre excepcional. Hace poco me escribió una nota; le tengo un gran respeto. Me dijo hace poco: «Señor, me gusta su forma de contar historias, es genial delante de estas grandes reuniones de gente, pero por favor, hágame un favor —no cambiará la sustancia—: por favor, no utilice un lenguaje soez». Me dio un poco de vergüenza. No es verdad, no se me da tan bien contar historias, ¡pero lo intento!
Tengo que charlar un poco con Franklin, estuvo genial. Es un gran caballero, su padre, Billy Graham, era increíble. A mi padre le encantaba llevarme a verle al Yankee Stadium. Organizaba los mítines más grandes que jamás hayas visto. También era un gran unificador. Se levantaba y era un hombre fantástico. Mi padre adoraba a Billy Graham y yo adoro a Franklin Graham. Creo que Franklin es fantástico. Y trato de estar a la altura de los consejos que me dio. Estoy trabajando duro en ello, Franklin.
Si los eventos del sábado pasado muestran una cosa, es que cada momento que pasamos en la Tierra es un regalo de Dios. Debemos aprovechar al máximo cada día por la gente y el país que amamos. El atacante de Pensilvania quería detener nuestro movimiento, pero la verdad es que el movimiento nunca ha sido sólo sobre mí. Siempre ha sido sobre ustedes. Este es su movimiento. Es, con diferencia, el mayor movimiento de la historia de nuestro país. No se puede detener. Es el movimiento de ciudadanos americanos trabajadores y patriotas.
Durante demasiado tiempo, nuestra nación se ha conformado con muy poco. Hemos dado todo a otras naciones, a otras personas. Se les ha dicho que rebajen sus expectativas y acepten menos para sus familias. Estoy aquí esta noche con el mensaje contrario: sus expectativas no son lo suficientemente altas. No son suficientemente altas. Es hora de empezar a esperar y exigir los mejores líderes del mundo, líderes audaces, dinámicos, incansables e intrépidos. Nosotros podemos hacerlo. Somos estadounidenses. La ambición es nuestra herencia. La grandeza es nuestro derecho de nacimiento. Pero mientras gastemos nuestra energía luchando entre nosotros, nuestro destino seguirá estando fuera de nuestro alcance. Y eso no es aceptable. En lugar de ello, debemos aprovechar esa energía para desarrollar el verdadero potencial de nuestro país y escribir nuestro propio y apasionante capítulo de la historia estadounidense. Podemos hacerlo juntos. Nos uniremos y el éxito nos unirá. Esta es una historia de amor, sacrificio y mucho más: de devoción. Es una historia de devoción sin parangón. Nuestros antepasados estadounidenses cruzaron el Delaware, sobrevivieron al gélido invierno de Valley Forge y derrotaron a un poderoso imperio para establecer nuestra amada república. Lucharon tan duramente que perdieron a muchos hombres. Recorrieron miles y miles de kilómetros a través de una frontera peligrosa, domando la naturaleza salvaje para construir una vida y un magnífico hogar para sus familias. Metieron a sus familias en carromatos cubiertos y recorrieron senderos peligrosos. Escalaron imponentes montañas y desafiaron ríos y rápidos para reclamar sus derechos sobre la nueva y hermosa frontera abierta. Cuando nuestro modo de vida se vio amenazado, los patriotas estadounidenses marcharon al campo de batalla, se abalanzaron sobre las fortalezas enemigas y se enfrentaron a sus enemigos para mantener viva la llama de la libertad. En Yorktown, Gettysburg y Midway, pasaron a engrosar la lista de héroes inmortales. Hay tantos héroes, tantas grandes personas. No podemos olvidarlos. Debemos apreciarlos y construir monumentos a estos grandes hombres. Salvaron a nuestro país. Ningún desafío era demasiado grande. Ningún enemigo era demasiado feroz. Juntos, estos patriotas se mantuvieron firmes, resistieron y vencieron. Porque tenían fe los unos en los otros, fe en su país y, sobre todo, fe en su Dios.
El recuerdo de Valley Forge en Pensilvania, escenario de la Guerra de la Independencia, donde George Washington decidió estacionar a sus tropas durante el invierno de 1777-1778, agotadas por la campaña y asoladas por el frío, el hambre y las enfermedades, también fue evocado por Joe Biden en su discurso del 6 de enero, tres años después del asalto al Capitolio.
Más allá de la importancia de Pensilvania para las elecciones, considerado uno de los estados más competitivos, es también el estado natal de Joe Biden. Dos días antes, el Presidente convocó a un pequeño grupo de historiadores —entre los que se encontraban Heather Cox Richardson, Eddie Glaude Jr. y Annette Gordon-Reed— a un almuerzo en la Casa Blanca, al que fueron invitados para asesorar al Presidente sobre cómo podría hacer del 6 de enero uno de los grandes acontecimientos de la historia estadounidense que subrayara la primacía de la lucha por la libertad.
Al igual que nuestros antepasados, hoy debemos unirnos y superar nuestras diferencias del pasado. Todos los desacuerdos deben dejarse a un lado y debemos seguir adelante, unidos como un solo pueblo, una sola nación, jurando lealtad a una gran y hermosa —es tan hermosa— bandera estadounidense.
Esta noche, les pido su apoyo y les pido humildemente su voto. Quiero su voto. Haremos que nuestro país vuelva a ser grande. Cada día, me esforzaré por honrar la confianza que han depositado en mí, y nunca les defraudaré. Se los prometo.
A todos los hombres y mujeres que han sido desatendidos, abandonados y dejados atrás, nunca más se les olvidará.
Seguiremos adelante y, juntos, ¡ganaremos!
¡Ganaremos! [repetido seis veces].
Nada nos detendrá. Nada nos frenará. Y nadie nos detendrá jamás.
Sean cuales sean los peligros que nos acechen, sean cuales sean los obstáculos que se interpongan en nuestro camino, seguiremos esforzándonos por alcanzar nuestro destino común y glorioso, y no fracasaremos. No fracasaremos. Juntos, salvaremos este país, restauraremos la república y daremos paso al rico y maravilloso mañana que nuestro pueblo tanto se merece. El futuro de Estados Unidos será más grande, mejor, más audaz, más brillante, más feliz, más fuerte, más libre, más grandioso y más unido que nunca. En pocas palabras: vamos a hacer que América vuelva a ser grande muy pronto.
Gracias por su atención. Que Dios los bendiga, Wisconsin, y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América, nuestro gran país. Muchas gracias a todos.
Notas al pie
- Salena Zito, « Trump rewrites Republican convention speech to focus on unity not Biden », The Washington Examiner, 14 de julio de 2024.
- Sam Baker, « How the Supreme Court rewrote the presidency », Axios, 17 de julio de 2024.