El Consejo de Comercio y Tecnología (TTC), lanzado en junio de 2021 por Joe Biden y Ursula von der Leyen, ha concluido hoy su sexta reunión. En particular, Estados Unidos y la Unión reafirmaron su voluntad de reforzar su coordinación en el ámbito de la regulación de la IA.

  • En el marco de la iniciativa «IA para el bien público», cuyo documento de orientación se ha publicado hoy1, los ámbitos de la gestión del abastecimiento energético, la respuesta a las catástrofes y la previsión meteorológica han sido objeto de una colaboración «en los próximos meses» entre científicos estadounidenses y europeos.
  • La búsqueda de alternativas al uso de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) —también conocidas como «contaminantes eternos»— en la industria de los semiconductores también figura en el orden del día de la colaboración transatlántica.
  • Sin embargo, cuando se trata de inteligencia artificial, la asociación transatlántica sigue adoleciendo de una desigualdad fundamental debido al dominio de las empresas y universidades estadounidenses en el sector: el 42% de los investigadores de IA de alto nivel trabajan en Estados Unidos, frente al 12% en Europa.
  • En una reunión bilateral celebrada el 2 de abril, Washington también llegó a un acuerdo con Londres para trabajar conjuntamente en el desarrollo de pruebas de modelos avanzados de IA. Los dos países también acordaron desarrollar un programa de intercambio de investigadores entre sus institutos dedicados a la «seguridad» de la IA para trabajar en el desarrollo de un enfoque común2.

A pesar de las expectativas, los resultados del TTC han sido desiguales desde su lanzamiento en 2021, especialmente en el ámbito comercial. De hecho, la Unión y Estados Unidos aún no han logrado alcanzar un acuerdo duradero —más allá de exenciones ampliadas— sobre los aranceles al acero y al aluminio impuestos bajo la administración Trump.

  • En caso de victoria en noviembre, el expresidente ya ha anunciado que impondrá aranceles del 10% a todos los bienes importados —y del 60% para los productos procedentes de China—.

No obstante, el TTC debería contribuir a aproximar las estrategias de China a las de Estados Unidos y Europa. El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se congratuló el viernes de los progresos realizados en este ámbito: «Lo que hemos visto en los últimos tres años es una creciente alineación de nuestros enfoques en estas cuestiones [tecnologías verdes, semiconductores]»3.

  • Estados Unidos y la Unión Europea siguen negociando un acuerdo sobre materias primas críticas, anunciado en marzo de 2023 por Ursula von der Leyen y Joe Biden.
  • El objetivo es contrarrestar la casi hegemonía de China en la producción de estas materias primas. Pekín controla el 30% de la producción mundial de 8 minerales críticos y el 70% de la de otros 5.

La reunión se produce después de que la Comisión anunciara el 3 de abril la apertura de una investigación sobre las subvenciones concedidas por Pekín a dos grupos chinos del sector fotovoltaico, Shanghai Electric y Longi, implicados en una licitación para la construcción de un parque solar de 110 MW en Rumanía, cofinanciado por la Unión Europea4.

  • Los resultados de la investigación se entregarán en un plazo de cuatro meses. De aquí a junio, la Comisión también podría anunciar tarifas provisionales para los coches eléctricos, antes de una decisión definitiva en noviembre.