Mientras Donald Tusk sigue normalizando las relaciones con la Comisión Europea -que esta semana debe proponer la liberación de hasta 137.000 millones de euros en fondos de cohesión y un plan de recuperación para Polonia-, su regreso tras la derrota del PiS supone la pérdida de un estrecho aliado para Viktor Orbán.

  • Sin embargo, el primer ministro húngaro puede haber encontrado un nuevo socio en Robert Fico, que se ha distinguido por su retórica pro-Putin, anti-inmigración y anti-LGBT.
  • Orbán declaró en enero en una reunión con Fico en Budapest que los intereses de ambos países estaban «alineados al 99%».

En cuanto a la inmigración, es poco probable que Donald Tusk cambie la postura del grupo, cuya línea no supone una ruptura clara con la del PiS.

  • Aunque Tusk ha anunciado que desea poner fin a las devoluciones ilegales en la frontera (el Ministerio del Interior polaco contabilizó al menos 6.070 entre julio de 2023 y 2024), durante su campaña adoptó repetidamente una retórica que abogaba por «recuperar el control de las fronteras», y en febrero declaró que la «supervivencia de la civilización occidental» dependía de ello.

El grupo está especialmente dividido sobre la guerra en Ucrania y el apoyo a Kiev.

  • El primer ministro checo, Petr Fiala, ya dio muestras de esta división en enero, cuando expresó sus reservas sobre la capacidad del grupo para llegar a un acuerdo en el marco de las negociaciones sobre la ayuda de 50.000 millones de euros a Ucrania, bloqueada entonces por Hungría.
  • Desde el regreso de Fico al poder, Eslovaquia y Hungría han adoptado regularmente una posición hostil al apoyo a Ucrania, y el primer ministro eslovaco ha hecho en varias ocasiones comentarios próximos a la línea del Kremlin.
  • Este fin de semana, por ejemplo, Fico dijo que la guerra había sido iniciada en 2014 por «neonazis ucranianos», o que la expansión de la OTAN hacia el este había ido en contra de los intereses de Rusia y que la adhesión de Ucrania a la OTAN sería «la base para una tercera guerra mundial».

Mientras que al final de la reunión del 26 de febrero organizada por Emmanuel Macron en París sobre la ayuda a Ucrania, el presidente francés declaró que el envío de tropas occidentales a Ucrania «no estaba descartado», el primer ministro eslovaco había declarado de antemano que no sería el caso de Eslovaquia.

  • En particular, se pronunció en contra de una «ayuda financiera y militar ilimitada», que sólo podría conducir a una «escalada de las tensiones».
  • Esta línea coincide con la propaganda rusa, y una de las principales agencias de prensa, TASS, no dejó de recoger estas declaraciones el 25 de febrero, presentando a Fico como partidario del «apaciguamiento» en Ucrania1.

Polonia sigue siendo uno de los principales apoyos de Ucrania, a la que ha proporcionado 3.000 millones en ayuda militar desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala. Está prevista una reunión bilateral entre Fiala y Tusk esta mañana, antes de la cumbre.