Desde el 15 de abril, Sudán -y en particular la región de Darfur y la capital, Jartum- es escenario de enfrentamientos armados entre combatientes del ejército sudanés al mando del general Abdel Fattah al-Burhan y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR), milicia dirigida por Mohamed Hamdan Daglo (apodado Hemeti).

  • Hemeti es un antiguo hombre de confianza de Omar el-Bechir, que se convirtió en el segundo en el poder de Sudán después de Abdel Fattah al-Burhan tras el golpe de Estado de 2021.
  • Considerado uno de los hombres más ricos de Sudán, Hemeti obtiene gran parte de sus ingresos de la minería de oro, de la que el país es uno de los principales productores mundiales.
  • Esta importante ganancia financiera se utiliza para equipar a su milicia privada -que, según algunas estimaciones, está compuesta por 70.000 combatientes1– a través de Al Junaid Multi Activities Co Ltd, una empresa propiedad de Daglo y sus dos hijos2.

El jueves 1 de junio, Estados Unidos impuso sanciones a cuatro empresas sudanesas que, según el Tesoro estadounidense, obtienen ingresos del conflicto en curso y «contribuyen» a él. Las cuatro empresas sancionadas (incluida Al Junaid) están afiliadas a las fuerzas que luchan por el poder: dos del lado de las Fuerzas de Apoyo Rápido y dos afiliadas a las fuerzas armadas sudanesas3.

Siete semanas después del inicio del conflicto, no hay indicios de que los combates vayan a terminar.

  • Durante las primeras semanas del conflicto se alcanzaron varios acuerdos temporales de alto al fuego entre ambas partes. Sin embargo, éstos fueron limitados en el tiempo (duraron unas horas o incluso unos días).
  • El miércoles 31 de mayo, el ejército sudanés suspendió su participación en las conversaciones de paz tras acusar a la RSF de «no comprometerse a aplicar los términos del acuerdo y violar continuamente el alto al fuego», tras la conclusión a principios de mayo de un acuerdo -patrocinado por Estados Unidos y Arabia Saudí- destinado a proteger a la población civil4.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el conflicto de Sudán obligó a 1,5 millones de personas a huir de sus hogares entre el 15 de abril y el 31 de mayo, la mayoría de las cuales vivían en Darfur, en el suroeste del país, o en los alrededores de Jartum. La mayoría de las 378.000 personas que abandonaron el país se dirigieron a Egipto, Chad o Sudán del Sur. 

El jueves por la noche y el 2 de junio por la mañana se produjeron nuevos enfrentamientos armados en Jartum y Omdurmán, en la orilla occidental del Nilo.

Notas al pie
  1. Nicholas Bariyo y Gabriele Steinhauser, « What Is Happening in Sudan? The Fighting Explained », The Wall Street Journal, 23 de mayo de 2023.
  2.  Andrew McGregor, « Gold, Arms, and Islam: Understanding the Conflict in Sudan », Terrorism Monitor, Vol. 21, n°9, 28 de abril de 2023.
  3. Treasury Sanctions Military-Affiliated Companies Fueling Both Sides of the Conflict in Sudan, Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, 1 de junio de 2023.
  4. « Sudanese army suspends ceasefire talks », Reuters, 1 de junio de 2023.