La Agencia de Protección del Medio Ambiente (Environmental Protection Agency, EPA) no puede obligar a los fabricantes de automóviles a vender un determinado número de vehículos eléctricos. Sin embargo, puede fijar umbrales de emisión de gases de efecto invernadero para cada fabricante (que debe informar anualmente al gobierno federal de las emisiones medias de las ventas de vehículos nuevos) en virtud de la Ley de Aire Limpio1 para limitar la contaminación de los vehículos en circulación.

El miércoles 12 de abril, la EPA presentó nuevas normas para el sector del transporte. Éstas se dividen en dos partes:

  • Una primera serie de normas para turismos y camiones ligeros pretende evitar 7.300 millones de toneladas de emisiones de CO2 entre 2027 y 2055.
  • Para lograrlo, la EPA prevé «un uso generalizado de filtros para reducir las emisiones de partículas de gasolina», así como «un mayor despliegue de tecnologías de reducción de CO2 para los vehículos de gasolina». En general, estas nuevas normativas empujarían a los fabricantes a producir más vehículos no contaminantes.
  • En conjunto, se espera que estas medidas conduzcan a un aumento significativo de la venta de vehículos eléctricos, que, según las previsiones de la agencia, representarán el 67% de las ventas totales de turismos en 2032 (frente a sólo el 7% en 2022)2.
  • Con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de estos vehículos en 1.800 millones de toneladas anuales de aquí a 2055, se espera que estas nuevas normas aumenten la cuota de vehículos eléctricos pesados vendidos hasta el 46% de las ventas de vehículos nuevos en 2032.
  • Combinadas, se espera que las nuevas normas eliminen en dos años el equivalente de las emisiones de dióxido de carbono generadas por todos los sectores económicos estadounidenses.

Las nuevas reglas acercarían al sector del transporte estadounidense al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, ya que la EPA calcula que supondrían una reducción del 46% de los gases de efecto invernadero procedentes del parque automovilístico3. Además, se espera que reduzcan las importaciones de petróleo de Estados Unidos en 124 millones de barriles al año para 2030, y en mil millones de barriles para 2050 (en 2021, Estados Unidos importaba 2.200 millones de barriles)4.

Estas propuestas están sujetas a desafíos legales por parte de los fiscales generales republicanos, las industrias automovilística y petrolera, y Estados cuyas economías se basan parcialmente en la producción de petróleo. Sin embargo, se basan en procedimientos que la agencia ha utilizado durante décadas. Los fabricantes de automóviles pueden decidir si los cumplen o no, a riesgo de ser multados.

  • En un comunicado emitido el 12 de abril, el Presidente de American Fuel & Petrochemical Manufacturers, Chet Thompson, afirmó que la propuesta pretendía «prohibir los vehículos de gasolina y diésel», lo que sería malo para los consumidores y para el país, ya que «China controla el 80% de la capacidad mundial de producción de baterías»5.