Los mecanismos del parlamentarismo racionalizado a la italiana

  • Comparada con la dinámica francesa que conocemos, la experiencia italiana es muy diferente. No sólo porque no hay elección directa del jefe del Estado, sino también porque la propia dinámica interna del parlamentarismo italiano hace que sea más fácil derribar un gobierno y recomponer un acuerdo en el Parlamento que favorecer gobiernos minoritarios.
  • La razón es simple: mientras que en Francia la orientación política del gobierno es el resultado de la legitimación directa del electorado, en Italia depende de la composición de las voluntades formadas por los partidos mayoritarios, voluntades que a menudo cambian durante la legislatura, de modo que el ciudadano es menos el árbitro de la orientación política que las palabras pronunciadas por los partidos durante la campaña electoral. Por lo tanto, cuanto más fuerte es la legitimidad política que otorga el electorado a una orientación política, como ocurre en Francia con la elección directa, más difícil es abandonar dicha orientación en el Parlamento, a falta de mayoría, como si no la hubieran elegido sobre esa base, y por eso es necesario un procedimiento muy estricto, pero también muy claro, como el apartado 3 del artículo 49.
  • En Italia, en cambio, la fuerza de los partidos prevalece sobre la voluntad de los electores, por lo que el gobierno puede caer -como ocurre a menudo- sin mucho esfuerzo; por experiencia, sin una votación explícita en el Parlamento, sino sobre la base de simples renuncias.

El mecanismo alemán de la moción de censura constructiva: un método para equilibrar las diferencias en el gobierno parlamentario

  • La moción de censura constructiva según la tradición alemana, es decir, el procedimiento que impide que el parlamento vote una moción de censura contra el gobierno en el poder si no propone al mismo tiempo la creación de un nuevo gobierno con un voto de confianza, es generalmente la solución más adecuada cuando el circuito entre el gobierno y el parlamento está bloqueado.
  • Sin embargo, siempre según la experiencia alemana, el elemento estabilizador parece ser el artículo 68, que se refiere al voto de confianza, más que el artículo 67, que se refiere a la moción de censura constructiva. De hecho, en Alemania, el temor a una disolución anticipada de la Asamblea es lo que mantiene a un gobierno en funciones, y no la posibilidad de una moción de censura constructiva.
  • Por otra parte, los parlamentarios tienen razones para temer que no se encuentre la «aprobación de la mayoría de los miembros del Bundestag» a una moción de confianza presentada por el canciller federal; en este caso, tienen que volver a las urnas y abandonar sus escaños: en el espacio de veintiún días, se encuentran directamente en campaña electoral.

La gestión de la mayoría relativa en España

  • La experiencia española es muy similar a la alemana. Sin embargo, mientras que en Alemania sólo el canciller puede provocar la disolución de la Asamblea si el Bundestag responde negativamente a una cuestión de confianza que se le plantee, en España no existe tal límite: el poder del presidente del gobierno es total, ya que es libre, «bajo su exclusiva responsabilidad», y previa deliberación del Consejo de Ministros, de acuerdo con el artículo 115 de la Constitución, de «proponer la disolución del Congreso, del Senado y de las Cortes Generales, que decretará el rey». 
  • En definitiva, el gobierno mayoritario, con sus méritos y deméritos, puede garantizarse mejor en España que en Alemania.