9 votos. Es todo lo que le faltaba a la moción de censura presentada por el grupo LIOT para ser votada y derrocar así al gobierno de Elisabeth Borne. Si faltaban en el mostrador dos votos del grupo LIOT (los diputados UDI Pierre Morel-À-L’Huissier y Christophe Naegelen) y un voto de los No Inscritos (el de la diputada Emmanuelle Ménard), es sobre todo del lado del grupo LR donde hay que buscar la salvación del gobierno.

Sin embargo, 19 diputados de derechas optaron por votar a favor de esta censura (entre ellos tres -Pierre Cordier, Fabien di Filippo y Maxime Minot- también del Rassemblement National), yendo así en contra del consejo implícitamente recordado por el presidente de su grupo unos minutos antes en la tribuna de la Asamblea.

  • Un tercio del grupo optó así por separarse para «provocar un electroshock» al Gobierno y al Presidente de la República, a pesar de que algunos diputados leales habían pedido preventivamente su exclusión.
  • Si los disidentes juran que esto no cuestiona en absoluto su pertenencia a los Republicanos, otros se preguntan qué es lo que sigue uniendo a este grupo desgarrado por una reforma que algunos consideraban indispensable y otros injusta e inoportuna.
  • Por lo tanto, cabe esperar discusiones de grupo muy vivas y, si la escisión parece poco probable, la desconfianza interpersonal debería aumentar en esta ocasión, en particular en torno a los líderes de esta protesta.

Entre los rebeldes de derecha, encontramos principalmente diputados de departamentos rurales, como Ardèche, Cantal, Corrèze, Alto Loira o Lot, así como de departamentos desindustrializados del noreste, como Aisne, Mosela, Oise o Pas-de-Calais. Todos ellos contrarios a la reforma de las pensiones, fueron elegidos (a excepción del diputado del Loira Dino Cinieri) en 2017 o más tarde, por lo que son relativamente nuevos en comparación con otros perfiles: nunca han conocido los grupos pletóricos de la época de la UMP.

Casi todos ellos fueron elegidos en la segunda vuelta de 2022 frente a un candidato de RN o NUPES -aunque algunos de ellos obtuvieron buenos resultados en la primera vuelta-, lo que puede haber sido un incentivo adicional para impulsar su oposición a la reforma de las pensiones. Entre estos 19 diputados hay 4 mujeres, lo que confirma una mayor tendencia de las diputadas a acatar las consignas del grupo, dado que los hombres (a menudo próximos a Aurélien Pradié) monopolizaron las tribunas televisivas y radiofónicas para expresar su apoyo a la censura.

  • Juntos, estos diputados consiguieron acumular una masa crítica para tener peso en el partido y evitar posibles represalias, ganando puntos ante sus electores sin que se les culpara de haber provocado una «crisis de las instituciones» al fracasar la censura.
  • Queda por ver cómo explotarán una posición ganada a base de bravuconadas, lo que a su vez plantea un serio desafío a su partido, que ahora también tiene que lidiar con ser visto como el aliado objetivo de un gobierno cuyas maniobras políticas han exasperado a gran parte de la población.