Una visita de Estado se distingue de una visita oficial o de trabajo principalmente por su carácter simbólico. Se trata de la segunda visita de Estado de Emmanuel Macron a Estados Unidos -fue invitado por Donald Trump en 2018-, pero es la primera organizada por el gobierno de Biden para un líder extranjero.

  • Hasta el 2 de diciembre, el presidente francés -acompañado de su nutrida delegación- se reunirá con la diáspora francesa residente en Estados Unidos, participará en actos conmemorativos y tendrá una cena privada con Joe y Jill Biden antes de ser recibido en la Casa Blanca el jueves 31 de noviembre.

La delegación que acompaña a Emmanuel Macron está compuesta por personalidades de perfil muy variado, miembros del gobierno y de la sociedad civil. Incluye a cinco ministros (Economía, Asuntos Exteriores, Enseñanza Superior, Fuerzas Armadas, Cultura), cargos electos, representantes de la cultura y el sector aeroespacial, así como dirigentes de grandes empresas francesas: LVMH, TotalEnergies, EDF, CMA CGM.

El Presidente francés no visita Estados Unidos únicamente para demostrar la fuerza y la resistencia de la relación franco-estadounidense -más de un año después de la crisis AUKUS-.

  • Ucrania estará sin duda en el centro de las discusiones entre Biden y Macron.
  • El impacto de la guerra en las economías del continente, así como en su seguridad, refleja la distancia entre los enfoques de los dos presidentes: aunque ambos hablan el mismo lenguaje sobre Putin, Biden ha dejado de hablar con el presidente ruso, mientras que Macron intenta mantener el diálogo abierto.
  • Según la Casa Blanca, los dos líderes discutirán también «los desafíos que plantea China, así como otros desafíos en Irán, Oriente Medio y el Sahel»1.

En París -y en las capitales europeas- hay quien considera que la guerra, a través de la reorientación de los flujos energéticos, beneficia a Washington, cuyas exportaciones de gas natural licuado a Europa y Asia se han disparado este año. Para la administración estadounidense, los verdaderos ganadores del comercio transatlántico de GNL son los grupos de energía europeos2.

La verdadera manzana de la discordia es la Ley de Reducción de la Inflación y su sistema de subvenciones, que según los europeos viola las normas de la OMC.

  • Los ministros europeos de Economía y Hacienda han dejado claro que están unánimemente de acuerdo en que la ley amenaza a la industria europea3.
  • En una entrevista, Bruno Le Maire denunció el importe de las subvenciones, que corresponde a «entre cuatro y diez veces el importe autorizado por la Comisión Europea», y pidió firmeza, que es la única manera de «obtener resultados».
  • A pesar de estas diferencias, es poco probable que el Tesoro estadounidense pueda modificar las secciones en cuestión sin pasar por el Congreso, que probablemente sería reacio a hacerlo dada la dificultad de adoptar este texto.
  • Para la Casa Blanca, la posición oficial es «ayudar a la Unión Europea a entender mejor la Inflation Reduction Act «4.
  • Cada vez es más probable que los Estados miembros adopten disposiciones similares para apoyar el desarrollo de la industria verde en el continente. Actualmente hay dos opciones sobre la mesa: la adopción de una «Buy European Act» o nuevas acciones en la OMC. 
Notas al pie
  1. Background Press Call Previewing the Upcoming France State Visit, Casa Blanca, 29 de noviembre 2022
  2. Tom Wilson et Justin Jacobs, « US and EU argue over claims of gas crisis profiteering », Financial Times, 8 de noviembre 2022
  3. Philip Blenkinsop, « EU demands rapid fix from U.S. to green subsidy law », Reuters, 25 de noviembre 2022
  4. Background Press Call Previewing the Upcoming France State VisitIbid