Estas ideas han sido elaboradas por un grupo de personas de la sociedad civil, venezolanas y extranjeras, que se reúne de forma periódica para intercambiar ideas sobre cómo hacerse cargo de los problemas pendientes de justicia, verdad y reparación a violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Estos planteamientos son puntos de partida, destacan temas complejos y aspiran a contribuir a un acuerdo necesario para el proceso de redemocratización que pueda sentar las bases de una democracia más inclusiva en Venezuela.

Las ideas expuestas en este texto pretenden contribuir a la reflexión sobre estos temas como principios generales, a sabiendas de que en la actualidad es requerido un proceso profundo y amplio de consulta y reflexión. Reconocen los esfuerzos que muchos hacen por avanzar estos temas y contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida y acceso a la justicia de muchos venezolanos.

El país necesita una salida concertada a la actual crisis política y social, y a sus múltiples dimensiones humanitarias, sanitarias y de otra índole. Ello exige a los actores políticos asumir sus responsabilidades con generosidad, poniendo el bien común como prioridad. Una salida democrática, inclusiva y respetuosa de los derechos humanos debe responder a los diferentes déficits de justicia que afectan y han afectado por décadas al país.

  • Justicia, pero no venganza. Las violaciones graves de derechos humanos exigen investigaciones independientes e imparciales, así como juicios justos. Pero la justicia no puede usarse como medio de venganza ni de persecución política. Por lo tanto, la justicia debe incorporar mecanismos que favorezcan el reconocimiento de responsabilidades y la colaboración efectiva para rendir cuentas.
  • Justicia para todos. Justicia no es solo la que se imparte en los tribunales. Justicia es también hacerse cargo de las violaciones de derechos presentes, así como de la discriminación, exclusión y otras formas de violencia histórica, mediante el diálogo y a través de políticas que garanticen la inclusión y la participación.
  • Justicia independiente. Necesitamos un acuerdo que garantice la independencia y efectividad del Sistema de Justicia.
  • Justicia social y económica. Necesitamos reconstruir el país poniendo la economía y el desarrollo al servicio de las personas. Debemos garantizar que todos los venezolanos, dentro y fuera del territorio nacional, puedan mantener sus vínculos ciudadanos con Venezuela, así como las condiciones y el acompañamiento necesario para el regreso de quienes lo deseen.
  • Reparación: hacernos cargo de las heridas más dolorosas. Necesitamos reparaciones y garantías de no repetición para aquellos que han perdido un ser querido por la violencia política y social, la represión, el abuso de poder o la ausencia de diálisis o trasplantes. Dichas reparaciones y garantías deben ser flexibles y accesible para todos los afectados.
  • Verdad: entender cómo llegamos a tanta división y exclusión, y aprender lecciones. Lo que nos ha ocurrido no es algo de los últimos años solamente. Se deriva de un acumulado de rencor, violencia y exclusión a lo largo de al menos cuatro décadas. Examinar nuestro pasado nos puede ayudar a evitar que en veinte años sigamos en lo mismo.
  • Consulta y participación: para contar con legitimidad y apoyo, la negociación requiere:

-Mecanismos concretos para la consulta y la participación de los movimientos y las organizaciones sociales, donde se mantengan canales seguros y fluidos de comunicación con los diversos actores. Se tienen antecedentes de consulta en el país. La experiencia de la Comisión Nacional para la Reforma Policial, CONAREPOL, (2006-09) muestra que es posible y valioso hacer procesos de consulta que sean transparentes, independientes, técnicos e incluyentes, superando las diferencias políticas.

-La participación de las personas victimizadas. Ellas pueden traer seriedad a las negociaciones. Su participación es fundamental y puede facilitar el llegar a un acuerdo sustentable.

-La participación de las mujeres en la conducción de los asuntos públicos. Las consultas y la definición de acuerdos deben enriquecerse con la participación plena, efectiva y directa de mujeres.

-La asesoría de personas independientes y con reconocida trayectoria, particularmente en los temas de justicia. Se requieren actores con experiencia en otros contextos, que asesoren para forjar un acuerdo que sea realizable, que contemple mecanismos aptos para procurar la justicia que se quiere, y que sea acorde con la Constitución y las obligaciones internacionales del Estado.