Doctrinas de la China de Xi Jinping

La política demográfica china vista por el sociólogo Sun Liping

Doctrinas de la China de Xi | Episodio 9

La cuestión demográfica es un obstáculo no confesado para el "sueño chino" y que obsesiona a Xi. En este breve texto, el sociólogo Sun Liping analiza los incentivos puestos en marcha por el régimen, como la "política de los tres hijos". Para él, este enfoque natalista está condenado al fracaso si sigue unido al modelo económico y social en el que se basa actualmente China.

Autor
David Ownby
Portada
© PHOTO BY CFOTO/SIPA USA

Sun Liping (1955) es un destacado profesor de sociología en la Universidad de Tsinghua y un activo intelectual público en China, conocido por sus perspectivas liberales sobre cuestiones sociales y políticas (véase esta breve entrevista para una visión general de su perspectiva básica del mundo).  Como parte de su compromiso como intelectual público, Sun publica frecuentemente mensajes en WeChat 1, por lo general, sobre los temas del día desde una perspectiva sociológica a largo plazo de forma concisa y comprensible. El texto que se traduce aquí es un fragmento de su muro de WeChat y se trata de la reciente decisión por parte de China de permitir a los padres tener hasta tres hijos.

Esta decisión, a su vez, está relacionada con lo que algunos denominan la crisis de fertilidad de China, una caída persistente de la tasa de natalidad que tiene a las autoridades y a los expertos preocupados por el futuro de la mano de obra china y por los gastos de la población envejecida de China, que arrojará cada vez más personas jubiladas en los próximos años. Esto es tan preocupante como la decisión por parte de las autoridades chinas de poner fin a la política del hijo único del año 2015 (no ha conseguido aumentar la natalidad). El objetivo del artículo de Sun es sugerir que los problemas de fertilidad son, en realidad, problemas económicos, lo que significa que China no puede promover el crecimiento económico y la urbanización a gran velocidad sin que los precios de bienes como la vivienda y la educación aumenten astronómicamente, en especial, en las grandes ciudades de China, donde casi todo el mundo quiere vivir. 

Estas presiones hacen que los padres de clase media en China lo piensen dos veces antes de tener hijos, ya que apenas tienen tiempo para criarlos y dinero para mantenerlos como les gustaría en la sociedad intensamente competitiva de China (para una muestra de esta competitividad, véase el texto de Liu Yu sobre la carrera armamentística educativa en China, en este mismo sitio). Sun Liping señala con bastante agudeza que, ante tales presiones, ni los cambios de política que «permiten» tener más hijos ni los llamamientos patrióticos a «reproducirse por la patria» son capaces de mover a las clases medias chinas, cuyos cálculos pragmáticos les llevan a evitar tener familias numerosas.

Tener tres hijos fue el tema más candente de ayer. La cuestión es si todavía podemos regular el comportamiento reproductivo por medio de la política. En los últimos días, ha estado circulando por Internet la noticia de un precipitado descenso de la tasa de fertilidad en 2020 en todo el país o en algunas regiones; incluso, se discute si China puede salir de la trampa de la baja fertilidad. También, se exhorta a la gente a tener un bebé por la patria. Por lo visto, se trata de un problema… y de los grandes. Hace unos años, dije que la jubilación y la natalidad serían los dos problemas futuros más importantes y más difíciles para China. 

Sin embargo, el problema es éste: ¿servirán de algo estas «convocatorias»?  ¿Funcionará la promoción de la idea de tener hijos por la patria?  El hecho es que, si quieres que la gente tenga hijos, tienes que darles un motivo. El comportamiento de la gente se rige por motivos, lo que, supuestamente, significa que la precipitada caída de la tasa de fertilidad indica un cambio repentino en los deseos reproductivos de la gente. Por eso, para resolver el problema de la fertilidad en China, primero, hay que tener claras las cuestiones básicas de por qué la gente quiere tener hijos y en qué circunstancias los tendrá. 

Varios artículos en los medios de comunicación occidentales informaron el año pasado sobre estos llamamientos a tener un hijo para la patria. Véase, por ejemplo, en las columnas The Guardian.

¿Por qué la gente tiene hijos? Se reduce a tres razones básicas. La primera es el instinto. Al igual que los animales, nos reproducimos por instinto para garantizar la continuidad de la vida, lo que no requiere ninguna otra razón.  La segunda tiene que ver con factores culturales, lo que significa que ese instinto se convierte en un concepto y se consolida a ese nivel. Quizá tenga vecinos con más de diez hijos. ¿Cuál es la motivación para tener tantos hijos? Así es la cultura local y, cuantos más hijos tienes, más respeto recibes. En tercer lugar, hay objetivos utilitarios, como tener hijos que te cuiden en la vejez o tener a alguien a quien transmitir tu riqueza. En algunos países, cuantos más hijos se tiene, más subsidios se obtienen, hasta el punto en el que pueden convertirse en una importante fuente de ingresos. 

Lógicamente, la siguiente cuestión es que, independientemente de la razón para tener hijos, te encuentras con la cuestión del costo inevitablemente; en otras palabras, tienes que equilibrar y pensar en la relación entre tu razón para tener hijos y lo que te costará o a lo que tendrás que renunciar. Y, en la sociedad actual, el costo de tener hijos, criarlos y educarlos ha aumentado claramente. No sólo han subido los costos reales en términos de dinero, tiempo y energía, sino que también se han inflado los costos de oportunidades. En otras palabras, si tienes hijos, hay muchas cosas a las que tendrás que renunciar. Así que, si tomas en cuenta todos los factores, tener hijos sólo se convierte en una opción práctica si se está lo suficientemente motivado o si los costos no son demasiado elevados para uno. 

Además, hay otro factor que no hay que pasar por alto: la presión externa, en particular, la presión familiar. Si pensamos en factores como la motivación, los costos y la presión, podemos empezar a descifrar las relaciones lógicas que existen entre ellos y ver qué decisiones puede tomar la gente con base en esa lógica. 

En cuanto al significado de la fecundidad y el deseo de reproducirse, como ya se mencionó anteriormente, las tres razones principales para querer tener hijos consisten en el instinto, la cultura y las consideraciones utilitarias. Sin embargo, todos estos factores están cambiando en el panorama de los crecientes niveles de urbanización y la necesidad de educación, del aumento de la autocomprensión y de los cambios en el estilo de vida.

La idea principal que plantea Sun es que la vida ha cambiado desde la introducción de la política de un solo hijo en 1979, por lo que no debemos esperar que todo vuelva a la «normalidad» una vez que se revierta la política (en 2015). 

Empecemos por el factor utilitario más sencillo.  En el contexto del estilo de vida urbano y el entorno institucional actuales, la idea de tener hijos para que te cuiden en la vejez ya no tiene sentido y esta función es cada vez menos frecuente incluso en pueblos rurales. Y la idea de tener hijos que hereden tu riqueza sólo se le ocurre a un número muy reducido de personas ricas.  Entonces, ¿cómo ofrecerle a la gente una razón utilitaria para tener hijos? 

Ahora, hablemos de la cultura y la presión. La presión cultural proviene, en gran parte, de la sociedad y la familia y la cantidad de presión se decide por las características culturales y por el nivel de densidad en las relaciones personales. En primer lugar, la cultura de la reproducción está cambiando claramente en la sociedad. Algo más importante aún es que una de las características que definen a la sociedad actual es la ampliación de la autonomía individual, lo que significa que las relaciones entre las personas son mucho más distantes, hasta el punto en el que toda la vida social es cada vez más anónima. Todos estos factores se traducen en un debilitamiento de la presión exterior. Hoy en día y, sobre todo, en las ciudades, ¿quién sigue dejando que la mirada de los demás le dicte tener hijos?  Otro punto digno de mención es que, por diversas razones, la presión familiar también está disminuyendo. 

Las diversas razones de la disminución de la presión familiar están relacionadas, en primer lugar, con las consecuencias de la urbanización, ya que es menos probable que las familias vivan una al lado de la otra. Además, el desarrollo de Internet y de la vida en línea en general está reduciendo la fuerza de la «vía» familiar.

De hecho, ¿por qué la gente tenía hijos en el pasado? Lo cierto es que no había ningún porqué. Tener hijos es un tipo de instinto, parte del orden natural de las cosas, que no necesita una razón. Al igual que los animales, uno preserva su linaje y, en el proceso, llega a apreciar el significado de la continuación de la vida.  Ahora es cuando surge el porqué.  Y uno de esos porqués tiene que ver con la forma de entender la existencia humana y el sentido de la vida. 

Algo a lo que deberíamos prestar atención es que, en la sociedad actual, la sensación de falta de sentido o de insatisfacción con la vida de las personas es cada vez más fuerte.  He oído a más de una persona decir que no quiere tener hijos que lleven la misma vida que ellos han llevado. Esto podría explicar también por qué algunas personas prefieren tener un perro o un gato que un hijo. 

Al mismo tiempo que a la gente le resulta más difícil encontrar una razón para tener un hijo, la presión de los costos aumenta constantemente. ¿Cuáles son estos costos?  Todo el mundo ha hablado mucho al respecto: el costo de criar a un niño, los gastos de escolarización e incluso la necesidad de encontrar una vivienda para los hijos. Sólo tengo dos cosas que decir sobre estos costos. 

En primer lugar, no podemos concebir estos costos simplemente en términos monetarios porque, como dicen algunos, los costos son, en realidad, energéticos. Dejando de lado otras cosas, ¿cuánto tiempo y energía invertimos simplemente en el cuidado de los hijos después del colegio, en las actividades extraescolares y en los deberes? 

En segundo lugar, incluso para las personas que tienen recursos económicos, la carga de los costos no se reduce necesariamente porque, mientras más adinerado eres, mayores son tus expectativas para tu hijo, lo que significa que tienes que invertir más. Como todo el mundo dice, tus opciones son no tener hijos o ser responsable de los que tienes. 

Todas estas contradicciones y tensiones recaen principalmente en la clase media. En materia de reproducción, la característica de la clase media es que sus expectativas son altas, pero están muy limitadas en cuanto a los gastos que pueden realizar.  Esto no es simplemente una cuestión de dinero.  Esto se puede ver en la figura acosada y agotada de quienes trabajan 12 horas al día, 6 días a la semana. Sin embargo, con el desarrollo de la economía, la expansión de la clase media es un proceso inevitable. Así que podemos ver una enorme clase media como el resultado y la fuerza motriz del desarrollo económico o como un grupo con un impulso decreciente de reproducción.

Notas al pie
  1. 孙立平, «想让生三胎?请先给他们一个理由», publicado en línea el 31 de mayo de 2021 en el feed de WeChat de Sun, Sun Liping’s Social Observations.
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