1- Victoria del partido en el poder

El 1 de octubre, Letonia eligió su 14º parlamento desde su primera independencia en 1922. La victoria fue para Jaunā Vienotībā (La Nueva Unidad), un partido de centro derecha y miembro del Partido Popular Europeo (PPE). Estaba dirigido por Krišjānis Kariņš, actual primer ministro (desde 2019), y Edgars Rinkēvičš, ministro de Asuntos Exteriores (desde 2011). Así, la política exterior letona seguirá siendo profundamente proeuropea y atlantista. Letonia seguirá siendo una dura crítica del régimen de Putin, así como un apoyo inquebrantable a la Ucrania en guerra.

2- Una política interior que se anuncia difícil

En cuanto a la política interior, las cosas parecen más delicadas. Es posible que la nueva coalición gobernante no esté dispuesta o no pueda impulsar reformas cruciales y necesarias desde hace tiempo, como la ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo, que el Tribunal Constitucional dictaminó recientemente que debía ser aprobada por el poder legislativo. 

3- ¿Cómo se formará el gobierno?

Según la Constitución letona, corresponde al Presidente de la República elegir al candidato que formará gobierno. En un segundo paso, el nuevo gabinete deberá ser aprobado por la Saeima, el parlamento letón. El lunes, el presidente en funciones de la república, Egils Levits, invitó a Krišjānis Kariņš a iniciar las negociaciones con los demás partidos, que probablemente serán arduas. Su partido, Nueva Unidad, obtuvo el 18,97% de los votos, lo que le dio 26 de los 100 escaños de la Cámara. Para tener un gobierno efectivo, necesita asegurarse el apoyo de al menos 51 diputados, pero sus opciones parecen relativamente limitadas.

Para tener un gobierno efectivo, Krišjānis Kariņš necesita asegurarse el apoyo de al menos 51 diputados, pero sus opciones parecen relativamente limitadas.

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4- Los efectos de la guerra en Ucrania

La guerra rusa contra Ucrania tuvo un doble efecto en la política letona: de forma bastante inesperada, no llevó a los llamados letones «étnicos» a los brazos de la Nacionālā apvienība (Unión Nacional) -que obtuvo el 9,29% de los votos (13 escaños), frente al 11,01% de la anterior legislatura-, pero sí consolidó la posición de la Nueva Unidad.

5- El histórico partido prorruso sale del Parlamento

Mientras tanto, la minoría rusoparlante de Letonia se ha alejado masivamente de Saskaņa (La Armonía o la Concordia, un partido rusoparlante, durante mucho tiempo cercano a la Rusia Unida de Vladímir Putin, miembro del Partido de los Socialistas Europeos desde 2015), que durante años fue su principal voz -el 19,80% (23 escaños) en 2018, frente al 4,81% de este domingo-, lo que le sitúa por debajo del umbral del 5% de votos necesario para entrar en el Parlamento. Estos votos se dispersaron entre varias fuerzas políticas, atraídas en particular por el nuevo partido «prorruso» Stabilitātei (Por la Estabilidad), creado en 2021 y que obtuvo el 6,80% de los votos (11 escaños).

6- Regreso de antiguos oligarcas a la política letona

La frustración causada por las restricciones impuestas por el Covid-19 o las dificultades económicas agravadas por la inflación han sido aprovechadas por los antiguos oligarcas que, aunque están considerablemente debilitados, están haciendo una verdadera reaparición en la política letona. 

Zaļo un Zemnieku savienība (La Unión de Verdes y Campesinos), el partido del notorio alcalde de Ventspils Aivars Lembergs, condenado a cinco años por un tribunal inferior en 2021 por cargos de corrupción, obtuvo 12, 44% de los votos (16 escaños), mientras que Latvija pirmajā vietā (Letonia Primero) de Ainārs Šlesers, un ex oligarca letón expulsado de la política en las elecciones anticipadas de 2011 obtiene el 6,24% (9 escaños).

La frustración causada por las restricciones impuestas por el Covid-19 o las dificultades económicas agravadas por la inflación han sido aprovechadas por los antiguos oligarcas que, aunque están considerablemente debilitados, están haciendo una verdadera reaparición en la política letona. 

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7- Dos partidos entran en el Parlamento

El nuevo parlamento incluye otros dos recién llegados: 1) Apvienotais Saraksts (La Lista Unida), un grupo variopinto que, como su nombre indica, está compuesto por varios pequeños partidos unidos bajo la misma bandera, que obtuvo el 11,01% (15 escaños), y 2) los Progresīvie (Los Progresistas) un partido de izquierda moderna democrática y ecologista -el primer partido de esta familia política que entra en el parlamento letón desde 1934- con el 6,16% de los votos (10 escaños).

Entre las sorpresas de las elecciones, el partido liberal Attīstībai/Par! (Por el Desarrollo/Por! Miembro del grupo Renew Europe) se quedó a 250 votos del umbral del 5%. A la vanguardia de las cuestiones sociales, había marcado la legislatura anterior con figuras destacadas como Daniels Pavļuts o Marija Golubeva.

8- Elecciones incómodas para el actual Primer Ministro

La primera ronda de negociaciones parece sugerir que Krišjānis Kariņš intentará primero formar un gobierno que excluya a los partidos prorrusos y a los partidos vinculados a los oligarcas sospechosos de corrupción. Por lo tanto, tendrá en su paleta a la Alianza Nacional, de derecha radical, a la Lista Unida, más bien centrista, y a los Progresistas, de izquierda. Más liberal que la Alianza Nacional o la Lista Unitaria en el plano social, pero más liberal que los progresistas en el plano económico, la Nueva Unidad tendrá que tomar decisiones incómodas o intentar formar una coalición muy polarizada.

La primera ronda de negociaciones parece sugerir que Krišjānis Kariņš intentará primero formar un gobierno que excluya a los partidos prorrusos y a los partidos vinculados a los oligarcas sospechosos de corrupción.

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9- Hacia una coalición difícil de formar

Todavía no es seguro que la Alianza Nacional y los progresistas acepten sentarse en el mismo gobierno, ya que un intento de cooperación desencadenaría muy probablemente la ira de sus respectivas bases.

10- Los límites de la Constitución letona

Por último, cabe señalar que los gobiernos de amplia coalición son habituales en Letonia debido a las especificidades de su sistema político. La Constitución letona de 1922 se redactó hace cien años con el objetivo de evitar cualquier riesgo de hegemonía. El sistema electoral permite así la existencia de un número relativamente grande de partidos pequeños.

Ambos factores conducen a compromisos difíciles e impiden la aparición de una fuerza política o un individuo verdaderamente dominante. Al mismo tiempo, limita la eficacia del gobierno y su capacidad para aplicar reformas sustanciales.