Como abogada y activista de los derechos de los presos políticos, usted y su marido han estado expuestos al entorno carcelario desde muy jóvenes. ¿Cómo se ha forjado su compromiso a través de estas pruebas?
Mi activismo se inspiró en la desaparición de mi padre cuando era niña 1. Mi padre fue detenido por las autoridades sirias por ser opositor al régimen. Su desaparición me dejó muchos traumas. Incluso hoy, cuando oigo que alguien llama a mi puerta, pienso en el día en que fue detenido.
Crecí en una familia de activistas. Fue en una vista judicial durante el juicio de mi padre cuando decidí, a los trece años, que me convertiría en abogada. Yo era la estudiante más joven de mi universidad de derecho. Me gradué muy rápidamente y en 2004 empecé a defender a los presos políticos. Además, empecé a formarme de manera independiente en temas de derechos humanos. De hecho, en Siria, todas las nociones relacionadas con los derechos humanos están prohibidas en las enseñanzas oficiales. En 2006, me convertí en formadora en derechos humanos, derechos de la mujer, derechos del niño y derechos de los refugiados.
Las autoridades sirias también me prohibieron viajar durante siete años, de 2007 a 2014. Durante este periodo, comenzó la revolución y yo fui una de los primeros en manifestar. Conocí a mi marido durante una de estas manifestaciones. Cuando la represión aumentó, empecé a dedicarme a tiempo completo a la defensa de los presos políticos. Los visitaba en la cárcel para tomar sus declaraciónes y defenderlos ante el tribunal. Entonces mi marido y yo nos comprometimos. Sin embargo, fue arrestado dos semanas antes de nuestra boda. Durante años, los servicios secretos sirios me siguieron por todas partes. Tenía que cambiar de lugar de residencia con mucha frecuencia y no veía a mi familia. Durante diez meses no tuve noticias de mi marido. Luego me enteré de que lo habían trasladado a una prisión en Damasco. Pude visitarlo porque soy abogada. Nos casamos en la cárcel. Durante tres años lo visité, a él y a otros presos. Yo era una de las únicas personas que podía ir a esa prisión porque era un lugar muy sensible. Estaba situada entre las zonas controladas por el régimen y las controladas por la oposición. Así que la prisión fue bombardeada todo el tiempo. Durante los años que mi marido estuvo en prisión, conocí a más de 400 presos y recogí sus testimonios. También les di noticias de sus familias con las que había contactado. Junto con mi marido, también creamos talleres de lectura, escritura y pintura para los presos políticos.
Luego, en 2015, mi marido volvió a desaparecer y en 2016 decidí abandonar Siria porque sabía que había una alta probabilidad de no volverlo a ver. Tenía que ir al Reino Unido para estudiar, pero decidí quedarme cerca de la frontera con Siria. Entonces creé mi ONG en el Líbano. Comenzó una nueva etapa de mi vida.
Opositora siria al régimen, ahora es una refugiada en el Líbano. Ante este contexto de guerra civil que le ha obligado a exiliarse, ¿cómo define su identidad?
La mayoría de los activistas que tuvieron que abandonar Siria en el momento de la Revolución de 2011 decidieron instalarse en un país cercano a Siria porque pensaban que la situación sería temporal. No fueron directamente a Europa. Es muy difícil hacerse a la idea de que nunca puedes volver a tu país porque te pueden matar allí. Ahora la situación es más compleja: millones de sirios están exiliados en todo el mundo.
Después de salir de Siria, viajé y me reuní con diplomáticos, medios de comunicación, ONG… En cierto modo, mi vida era más fácil porque ya no estaba amenazada directamente, pero vivía con el temor de que mi familia, que permanecía en Siria, fuera objeto de las autoridades. Al trabajar en el Líbano, tenía la impresión de mantener algún tipo de contacto con Siria. Me convertí en directora de una ONG, pero mantuve la voluntad de permanecer cerca del terreno en mi trabajo.
Luego tuve que abandonar el Líbano porque no pude conseguir una tarjeta de residencia permanente. Decidí ir a Turquía. Fue un procedimiento tedioso y agotador porque tuve que pagar mucho dinero para conseguir una visa. También tuve que aprender un nuevo idioma y adaptarme a una nueva vida. Así que viví varios años entre Líbano y Turquía, y luego me trasladé a París, donde vivo ahora.
Me resulta difícil definir mi identidad. Antes de la revolución, estaba segura de una cosa, estaba en contra de todas las prácticas del régimen sirio. También sé que estoy del lado de las víctimas sirias que no han hecho nada para merecer la situación en la que se encuentran. No tienen la posibilidad de decidir lo que quieren. Por eso intento que se escuche su voz. Mi principal motivación sigue siendo ayudar a las víctimas y darles mi apoyo.
Habiendo participado en la creación del movimiento Familias por la Libertad en 2017, ¿cómo percibe la organización para la defensa de los derechos de los presos políticos y la dinámica dentro de ella? ¿Qué opina de la eficacia de esta movilización?
Estoy orgullosa de haber sido una de los fundadores del primer movimiento por los derechos de las víctimas en Siria. Nos inspiramos en la experiencia de otros países como Argentina, Bosnia y Líbano. Queríamos concientizar sobre la causa de los desaparecidos en Siria. Muchos activistas políticos desaparecieron de un día para otro sin que el gobierno diga a las familias de las víctimas lo que pasó. Ahora, las asociaciones que defienden a las víctimas del régimen están representadas en conferencias internacionales. En este sentido, se puede decir que el pueblo sirio no está representado por su gobierno, sino por todas las asociaciones que trabajan en el mundo.
La mayoría de las asociaciones sirias están repartidas por toda Europa y tratan de responder a necesidades muy diferentes. Algunas asociaciones están siendo presionadas para que cesen su actividad. Es un trabajo a largo plazo, pero no podemos rendirnos ante la magnitud de la causa.
Su compromiso también ha llevado a la creación de Nophotozone, que ayuda a las familias de los detenidos o desaparecidos. ¿Cómo entiende el aspecto técnico de la resistencia? ¿Cuáles son las herramientas de esta lucha que le permiten oponerse a ella?
No hay alternativa a la resistencia. Me gustaría permitirme pensar que es posible detener la lucha, pero hay demasiada gente que depende de nuestro compromiso. Vivo con muchos traumas. Sería muy fácil adoptar un espíritu de venganza o de violencia. Pero resistir es mostrar empatía con los demás. Han pasado once años desde que empezó la guerra, pero tenemos que seguir esforzándonos. Intentó proporcionar un estatus legal a los sirios y abogar por la defensa de los derechos humanos a través de trámites legales.
A nivel personal, sigo aprendiendo turco y me gustaría empezar a aprender francés. Desde que vivo en Francia, me reúno con muchos diplomáticos y representantes políticos con los que intentó construir un enfoque colectivo sobre la cuestión de la acogida de los refugiados sirios y el respeto de sus derechos.
He pronunciado muchos discursos en las instituciones de la Unión. Participamos en la elaboración de informes y peticiones conjuntas. Colaboró estrechamente con la ONU, Human Rights Watch, Amnistía Internacional y otros.
¿Tiene un marco teórico y/o figuras o momentos emblemáticos que definan e inspiren esta lucha?
La primera mujer que tuvo un impacto significativo en mi compromiso era de origen libanés. La conocí en 2015. Su marido había sido detenido y ella había creado un comité en Líbano para las familias de los presos políticos desaparecidos. Me inspiró mucho porque su lucha requiere paciencia. Al llevar a cabo nuestra investigación, somos conscientes de que nadie estará contento con el resultado porque la mayoría de las veces las personas desaparecidas han sido asesinadas, pero esta búsqueda de respuestas es esencial.
Otro encuentro marcó mi experiencia como activista. En 2017, fui a Bosnia para reunirme con las madres de las víctimas de la masacre de Srebrenica. Juntos visitamos el memorial y las fosas comunes. Miraba este lugar y esperaba que algún día en Siria también pudiéramos tener un lugar para presentar nuestros respetos. Fue un momento realmente conmovedor. Llevo cinco años buscando información sobre la ubicación de los restos de mi marido. Cuando le pregunté a esta mujer bosnia cuál era su profesión, me dijo que era filósofa. Este es el tipo de mentalidad que debemos mantener hoy en día para seguir luchando.
¿Cómo encaja su libro de poemas, Waiting, en su activismo?
A veces me siento agradecida por haber vivido todas estas tragedias en mi vida. Hoy pienso que, efectivamente, porque he sufrido de la misma manera que las personas con las que me encuentro, parezco un actor creíble. Sé que mi escucha tiene un impacto en las mujeres con las que hablo, porque saben que yo he experimentado el mismo sufrimiento. Si no hubiera experimentado todo ese dolor, estaría haciendo un trabajo teórico; no estaría trabajando con profundidad. La desaparición de mi marido no sólo ha afectado a mi activismo, sino que ahora afecta a todas las mujeres que conozco a través de mi comprensión de su dolor.
A través de mi colección de poemas Waiting, intenté utilizar palabras sencillas para que todo el mundo pudiera identificarse con lo que estaba describiendo. Me pareció esencial abordar el sufrimiento de las familias que experimentan el encarcelamiento de un ser querido. A menudo, en las reuniones oficiales, no intento ocultar mis emociones. No somos expertos que hablan de cosas abstractas. Sufro como los sirios que conozco. No puedo separar mi trabajo de mis emociones porque siento personalmente todas las tragedias que me cuentan.
¿Cuáles son sus prioridades hoy, para usted y para su lucha?
En este momento, me pregunto si quiero quedarme en Francia. Mi prioridad es garantizar la seguridad de mi familia y llevarla a Francia. También quiero aumentar la capacidad de mi ONG. Es posible que algún día tengamos que trabajar en otros contextos bélicos y no sólo en el conflicto sirio. Por último, quiero desarrollar una nueva colaboración con asociaciones francesas y abogados de diferentes países para trabajar en la defensa de los derechos de los sirios en todo el mundo.
¿Por qué es tan difícil coordinar las oposiciones internas sirias y articular sus acciones con las externas?
Cuando hablamos del contexto sirio, hay dos problemas principales. La primera dificultad es que actualmente no hay una Siria, sino varias. De hecho, el territorio está dividido en una primera zona controlada por Turquía, una segunda por Rusia e Irán y una tercera por los kurdos.También hay diferentes tipos de oposición. A nivel interno, el ejército del régimen cuenta con la oposición de un amplio abanico de grupos armados. Cada uno de los actores del conflicto tiene diferentes objetivos bélicos. Ningún actor está de acuerdo con las condiciones para la solución del conflicto. En el exterior, los Estados del Golfo y Turquía, en particular, actúan en Siria con objetivos diferentes. Como activista, veo estas diferencias en mi comunidad. Algunos exiliados sirios sienten una especie de nostalgia, otros un sentimiento de culpa por no haber podido ayudar a los sirios. Algunos sirios aún tienen esperanza, lo que yo llamo falsa esperanza, y otros deciden en cambio desconectarse del país y comenzar una nueva vida.
Con el veto de Rusia a la entrega de ayuda humanitaria de la ONU a Siria, ¿cómo podemos entender el impacto de la guerra en Ucrania en la dinámica del conflicto sirio?
Mis pensamientos van en primer lugar a las víctimas ucranianas que sufren las dramáticas consecuencias que cualquier conflicto genera. En cuanto al impacto de la guerra en Ucrania en la dinámica del conflicto sirio, creo que esta guerra representa una oportunidad adicional para que los Estados no vean la situación en Siria. La guerra empezó hace once años y no se ha encontrado ninguna solución. Justo antes del estallido de la guerra en Ucrania, la toma de posesión de los talibanes en Afganistán también se utilizó como excusa para dejar en segundo plano la resolución del conflicto en Siria. Muchos Estados actúan como si la guerra en Siria hubiera terminado. No es el caso.
Además, dadas todas las medidas puestas en marcha para acoger a los refugiados ucranianos, es difícil que los sirios no hagan la comparación. En 2011, no hubo ningún intento de coordinación a nivel de la Unio para recibir a los refugiados. Así que veo una forma de discriminación o quizás de racismo en la diferente respuesta a las dos crisis de refugiados. Sé que el mundo está lleno de crisis y conflictos, pero Siria sigue sufriendo. Tenemos que mantener la situación siria en la agenda política. Por último, los refugiados sirios en Europa y Oriente Medio siguen sufriendo una fuerte discriminación. He tenido muy buenas conversaciones con la gente hasta que se han enterado de que soy siria. Entonces la conversación se interrumpía de golpe. En Francia no lo experimenté a menudo, pero en Turquía, Líbano y Alemania me ocurrió varias veces.
¿Cuál es la influencia del Estado Islámico en el actual equilibrio de poder?
Me parece que el Estado Islámico era un enemigo perfecto para todas las partes del conflicto. Pero aunque el Estado Islámico ha sido desmembrado, los problemas que alimentó siguen sin resolverse. Las fosas comunes que creó siguen sin protección, lo que es esencial para reunir pruebas y esperar una condena. Además, los familiares de los combatientes del Estado Islámico siguen recluidos en campamentos, donde viven en condiciones muy precarias. Creo que estas personas deberían ser repatriadas a su país de origen para tener un juicio justo.
¿Cómo entiende el regreso a Francia de algunos franceses que se unieron a Daesh en Siria?
A nivel personal, creo que los franceses que se unieron a Daesh en Siria deberían ser repatriados a Francia para tener derecho a un juicio justo. Además, las condiciones de detención en los campos sirios son muy malas. También existe el riesgo de que estas personas se escapen.
¿Cuáles son las perspectivas para la población civil mientras el régimen de Assad continúa su represión y desplaza a millones de personas?
4 millones de sirios se encuentran actualmente en Turquía. 6 millones están exiliados en Europa o en otros lugares. 6 millones de personas han sido desplazadas internamente, lo que supone más de la mitad de la población total. Por el momento no hay perspectivas de desarrollo para la población siria, ya que está dispersa por todo el mundo. La principal razón por la que los sirios no regresan a Siria es que el régimen de Bashar al-Assad impide el retorno. Para muchos sirios, es mejor morir que ser detenidos por las autoridades sirias.
Ahora que la acción europea en la región se ha estabilizado durante algún tiempo, ¿cómo ve la ayuda europea en Siria? ¿Cree que es eficaz?
El apoyo financiero de la Unión Europea a las asociaciones ha sido esencial. Sin embargo, aún quedan algunos retos por resolver. Creo que los Estados europeos deberían cambiar el mandato y la duración del fondo de ayuda. También hay mucha corrupción, así que tenemos que encontrar un canal más seguro para distribuir este fondo. Durante los últimos tres años, me he centrado en la creación de programas educativos para niños sirios en los países de acogida, porque no tenemos ninguna esperanza de volver a Siria en un futuro próximo. Tenemos que afrontar esta realidad. Tenemos que desarrollar un programa a largo plazo porque no sabemos cuándo será posible que los refugiados regresen a Siria. Si no es lógico permitir que todos los sirios vengan a Europa, tampoco lo es dejarlos en Siria o atrapados en campamentos en los países vecinos.
¿Ha sido Europa un actor importante para las familias de los desaparecidos?
Si los Estados europeos hubieran querido encontrar soluciones, lo hubieran podido hacer. Soy realista. No pido a ningún gobierno que haga más de lo que está haciendo ahora. En cuanto a la causa de las personas desaparecidas, la Unión Europea ha ayudado mucho invitando a activistas a hablar y desarrollando una fina experiencia en el tema. Este tema sigue en la agenda, pero en este momento no podemos hacer nada más.
¿Cómo entiende la gestión europea de los refugiados sirios?
No hay ninguna acción europea sobre la gestión de los refugiados sirios. Cada estado ha desarrollado su propia política. Sé que hay muchos conflictos en el mundo y que el número de refugiados crece, pero Siria sigue sin ser una zona segura. No es posible que los sirios vuelvan allí ahora. Creo que los Estados europeos deberían tener esto en cuenta.
¿Qué espera de Europa?
Si Europa quiere poner fin a la crisis de los refugiados sirios, sólo tiene una solución: sacar a Bashar al-Assad del poder. Una vez que el gobierno sirio caiga, los sirios volverán a Siria.
Notas al pie
- Activista y activista siria, experta en la defensa de los derechos humanos desde la década de 2000, Noura Ghazi lucha contra las detenciones arbitrarias y las desapariciones forzadas en su país. Es la fundadora y directora de la asociación No Photo Zone y Families for Freedom Movement, fundada en 2017 tras la desaparición de su marido en las cárceles sirias. Este año ha sido galardonada con la flamante iniciativa Marianne para los defensores de los derechos humanos, lanzada por el Presidente de la República Francesa en diciembre de 2021.