• Turquía es uno de los mayores importadores de trigo de Ucrania, pero también de Rusia. En total, cerca del 90% de las importaciones turcas de trigo proceden de Ucrania o de Rusia. Sin embargo, debido a la guerra, se espera que la cosecha de trigo en Ucrania caiga un 40% este verano y las exportaciones se han visto muy afectadas por el bloqueo ruso del puerto de Odessa en el Mar Negro. Según algunas estimaciones, entre 20 y 25 millones de toneladas de trigo, ya cosechadas y destinadas a la exportación, están bloqueadas en los silos de Ucrania. Turquía  se enfrenta a una elevada inflación del 73.5%, en parte debido al aumento de los precios de la energía y los cereales.
  • La reunión entre los ministros de asuntos exteriores de Turquía y Rusia tenía como objetivo alcanzar un acuerdo sobre el establecimiento de corredores seguros en el Mar Negro para permitir las exportaciones de grano ucraniano. Al final de la reunión, Turquía declaró que el plan de la ONU para las exportaciones de cereales ucranianos era “razonable”.[1] Junto a Serguéi Lavrov, el ministro de asuntos exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, dijo que su reunión en Ankara había sido fructífera, y añadió que las recientes declaraciones de Volodimir Zelenski sugerían que podría haber una base para las conversaciones.
  • El bloqueo del puerto de Odesa es también un problema de seguridad alimentaria mundial, ya que Rusia y Ucrania son el primero y el quinto exportadores de trigo del mundo, respectivamente. El pasado mes de marzo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió sobre el riesgo de un «huracán de hambruna» en el mundo si continuaba la guerra en Ucrania. La cuestión es especialmente importante para muchos países africanos. Por ello, el presidente de Senegal y titular de la presidencia en turno de la Unión Africana (UA), Macky Sall, viajó a Moscú el 3 de junio para mantener conversaciones con Vladimir Putin sobre el suministro de cereales para el continente africano. Al final de la visita, el presidente senegalés retomó el discurso ruso sobre la necesidad de levantar las sanciones económicas contra Rusia para permitir la reanudación de las exportaciones de trigo a África.
  • Esta narrativa fue luego legitimada por Turquía durante la visita de Serguéi Lavrov. Mientras que Rusia es responsable del bloqueo del Mar Negro y de la guerra contra Ucrania, el chantaje sobre el levantamiento de las sanciones permite a Rusia desviar su responsabilidad por la limitación de las exportaciones de cereales en el mundo.[2]
  • Por último, la visita de Serguéi Lavrov a Turquía se produce en un contexto particular en relación con la OTAN y Siria. El presidente turco parece una vez más inclinado a aprovechar diplomáticamente su posición de miembro de la OTAN y de Estado cercano a Rusia para avanzar en sus propias cuestiones estratégicas. En 2009, Erdogan bloqueó el nombramiento de un nuevo secretario general danés de la OTAN, alegando que Dinamarca era demasiado complaciente con los «terroristas kurdos del PKK» asentados en Turquía. En la actualidad, Turquía sigue bloqueando el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, pues los acusa de albergar militantes kurdos del PKK.
  • En cuanto a Siria, el presidente Erdogan también amenazó con lanzar una ofensiva militar en el norte de Siria contra las fuerzas kurdas sirias para asegurar un corredor de 30 kilómetros en el norte de Siria. Esta posible intervención ha sido condenada por Estados Unidos, en particular por la voz de Antony Blinken, que declaró el miércoles pasado que cualquier ataque turco «pondría en peligro la estabilidad de la región». La visita a Turquía de Serguéi Lavrov podría permitirle a Turquía tener un cheque en blanco de Rusia, actor que ha permitido que Bashar-al Assad siga en el poder tras la intervención rusa de 2015.