Subscriba nuestra Newsletter para recibir nuestras noticias actualizadas
English version here.
La semana pasada, el Presidente ucraniano Zelensky estableció un vínculo directo entre el destino de Ucrania y el de los Estados bálticos, al afirmar que « si desaparecemos, que Dios nos guarde, seguirán Letonia, Lituania y Estonia ». ¿Cree que existe un riesgo real de que el conflicto se extienda a los países bálticos?
La verdadera pregunta sería si el próximo objetivo será la OTAN y no lo creo. Formamos parte de la OTAN. Así que nuestro estatus es diferente, porque atacar a un Estado miembro es atacar a todos los países: Francia, Estados Unidos, el Reino Unido. Así que no creo que seamos los siguientes en la lista.
¿Podría el régimen de Putin utilizar a la población de habla rusa de los Estados Bálticos para justificar una futura agresión militar? ¿Cómo piensa Estonia evitar ese escenario?
Acabamos de realizar una encuesta en la que preguntamos a nuestra minoría de habla rusa con qué país se sienten emocionalmente vinculados. El 74% de los encuestados respondió Estonia. Así que no vemos ese escenario como una posibilidad. Tenemos unos 300.000 hablantes nativos de ruso, pero no son un grupo homogéneo. Hay diferentes opiniones sobre esta guerra dentro de ese grupo, y la mayoría de las personas que hablan ruso en nuestro territorio son ciudadanos estonios. Sienten que Estonia es su hogar y no apoyan esta guerra. El 24 de febrero de este año tuvimos el mayor desfile del Día de la Independencia de Estonia, y había rusos. Así que las cosas no están tan claras. Por otra parte, en el este de Estonia, donde el 90% de la población es rusoparlante, es frecuente el contacto con los que viven al otro lado del río que nos separa de Rusia. Y es mucho peor en el otro lado. Si uno le pregunta a la gente, sobre todo en este momento, muchos rusos dirán que quieren encontrar el camino a Estonia.
En una crisis como ésta, siempre hay que mirar en qué dirección van los refugiados. Ahora van hacia la Unión, no hacia Rusia.
¿Tiene Estonia una línea roja en el conflicto de Ucrania?
La situación es ya muy grave. Vemos las imágenes que llegan desde Ucrania. Se ataca a civiles, hospitales, guarderías. El Kremlin está tratando de causar el mayor daño posible al país y a la población civil. Es devastador. Antes de que estallara la guerra, Estonia ya había enviado armas. Habíamos enviado ayuda humanitaria, hospitales de campaña. Estamos intentando hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania.
¿Cuál cree que es el objetivo final de Putin en Ucrania?
Es una muy buena pregunta.
Ha sido muy transparente sobre sus planes, explicando que tiene el sueño imperialista de extender el territorio de su país hasta el del Imperio Ruso o la Unión Soviética. Creo que ese es el objetivo, pero no está saliendo como estaba previsto. Hemos oído que no usa su teléfono, que no está realmente conectado, así que tal vez no tenga una imagen completa de lo que está pasando. Veo que los rusos que forman parte del ataque o que están implicados en él, se están llevando la desagradable sorpresa de que la cosa no va tan bien como pensaban. Estaban preparados para una operación como la de Crimea en 2014, donde no hubo mucha resistencia. Obviamente, las cosas no van así.
¿Cómo ve el futuro del régimen de Putin? ¿Sobrevivirá el « putinismo » mucho tiempo después de Putin?
Veamos la historia de Rusia, y recordemos que fue gobernada por Stalin. Sufrimos grandes atrocidades bajo Stalin y, aunque para nosotros estaba claro, se podía encontrar gente que lo apoyaba. Para nosotros, en la situación actual, las cosas están muy claras. No hay duda de qué bando tiene razón y cuál está equivocado en esta guerra. Las cosas no están tan claras para la población rusa. Creo que una gran pregunta para todos nosotros es cómo podemos derribar este muro de mentiras para que la verdad pueda llegar al pueblo ruso y éste pueda conectarse a la información.
También me gustaría destacar que no es tan evidente que todos los rusos estén en contra de Putin. Este no es el caso. Y por supuesto, Putin utiliza todas las herramientas a su disposición para asustar, castigar… y la gente tiene miedo de hablar. Mientras conversamos ahora, incluso los que hablan de la guerra son castigados. Este es el escenario que conocemos desde la época soviética. ¿Desaparecerá esto cuando se vaya Putin? Es posible, pero también hemos experimentado estos ciclos históricos. Así que no sé cómo responder a esa pregunta.
¿Qué legado dejará Putin a Europa?
Su legado será lo que está haciendo en Ucrania en este momento. Es la misma táctica que se utilizó en Chechenia y Alepo. Por eso será recordado. Tendrá que rendir cuentas de todo.
¿Son las sanciones el enfoque correcto para hacer frente a la agresión de Rusia en Ucrania? Si es así, ¿son las últimas sanciones lo suficientemente grandes y amplias como para detener la agresión? ¿Debe la Unión ir más allá?
La Unión Europea es una unión económica, y las sanciones son la herramienta que tenemos. Lo que me complace es que la Unión ha actuado con gran rapidez y de forma muy unida para poner en marcha una primera, una segunda, una tercera y ahora una cuarta serie de sanciones. Por supuesto, también hay que dar tiempo a que las sanciones se apliquen realmente y surtan efecto. Hemos visto en el pasado que Occidente piensa que las sanciones no funcionan, pero tenemos que tener paciencia estratégica. En el Consejo de Seguridad que Putin celebró públicamente, Dmitri Medvédev dijo que tarde o temprano Occidente se cansará de sus propias iniciativas: habrá sanciones, pero se cansarán y nos invitarán a volver a la mesa de negociaciones. Lo dijo de forma realmente desacreditadora y humillante para menospreciar a Europa y a Occidente. Deberíamos tener cuidado de no dar a Putin lo que quiere, que es que nos echemos atrás y digamos que las sanciones no están funcionando.
¿Es posible un embargo total de la Unión a la importación de petróleo, gas y carbón rusos?
Es una cuestión complicada porque todos los países europeos tienen diferentes dependencias del petróleo y el gas rusos. Hay países, como Bulgaria, que dependen al 100% del gas ruso y no tienen alternativa. ¿De dónde deben sacar su energía? El mismo problema se plantea para Alemania. Por lo tanto, si se aplicara un embargo de este tipo, los ciudadanos europeos se verían muy afectados. Así que hay que mirar a ambos lados. Por supuesto, se puede decir que los ucranianos están mucho más afectados. Si podemos establecer esta prohibición y privar de dinero a la maquinaria bélica rusa, no es un precio demasiado alto. Pero, ¿tendrá ese efecto? También tenemos que asegurarnos de que la opinión pública apoya las decisiones que tomamos. Este es un tema muy delicado.
Nos hemos preparado para poder operar sin gas ruso, pero no creo que haya un consenso en Europa al respecto.
Estamos cruzando un « Rubicón » tras otro hacia el poder europeo. ¿Está la Unión Europea en un punto de inflexión? ¿Puede la Unión defender a Europa?
Sin duda tendremos que hablar de un antes y un después. Todo ha cambiado por completo, incluso en el ámbito de la defensa. Lo que venimos diciendo desde hace tiempo se ha hecho realidad. ¿Cómo debemos reaccionar ante esto? Creo que tenemos que adoptar un enfoque de « contención inteligente », lo que significa que tendremos que aislar aún más a Rusia de las organizaciones internacionales mientras no tome medidas para rectificar la situación.
También debemos centrarnos en nuestra propia defensa. Con esto quiero decir que el 2% del PIB para el gasto militar debería ser el mínimo en todos los países de la OTAN.
¿En qué debería consistir la cooperación europea en materia de defensa?
Deberíamos pasar de una lógica de disuasión a una lógica de defensa, para ser realmente capaces de proteger nuestro territorio. También deberíamos reflexionar sobre nuestras capacidades comunes con el objetivo de construir una defensa europea. Lo que quiero decir con esto es que algunas capacidades, como la defensa aérea, son demasiado caras para un solo Estado. Precisamente la semana pasada pedí a mis ejércitos que me mostraran cómo funcionan los sistemas de protección aérea y la envergadura que pueden alcanzar. Deberíamos hacer esto juntos. Nos llama la atención ahora porque la defensa ha sido durante mucho tiempo una cuestión nacional. Ahora tenemos que darnos cuenta de que somos mucho más fuertes juntos. Pero esto no impide que tengamos una OTAN más fuerte. Porque cuando los ejércitos europeos son más fuertes, la OTAN también lo es.
¿Cómo percibe los cambios en Alemania y Finlandia en relación con este tema?
Ya habíamos enviado armas a Ucrania antes de que esto sucediera. También habíamos pedido a Finlandia y a Alemania -que en aquel momento no estaban de acuerdo- que nos dieran permiso para enviar armas. Después del 24 de febrero, la situación cambió por completo. Con el giro alemán, vemos que ha cambiado más en las últimas dos semanas que en los últimos treinta años. Veremos más cambios de este tipo y también debemos pensar en el futuro.
¿Debe diseñarse un nuevo plan de recuperación para esta nueva fase? ¿Deben los Estados miembros de la Unión acordar una nueva capacidad de endeudamiento común que financie medidas para reducir la dependencia del gas ruso o incluso proyectos de defensa comunes?
Absolutamente, creo que en términos de capacidades de defensa, deberíamos tener un fondo para inversiones en defensa financiado a nivel europeo. El mismo razonamiento se aplica a la energía. La Comisión Europea también está haciendo planes para encontrar alternativas, identificar los puntos débiles y ver cómo podemos aplicar estos planes rápidamente.
Pero hay que tener en cuenta que sigue siendo dinero de los contribuyentes. Así que tenemos que ser sinceros con nuestros ciudadanos y decirles : « sí, va a ser doloroso ». El pueblo ucraniano está sufriendo y nosotros también lo haremos. No podemos decir que será indoloro, todos estamos preocupados. Incluso si no ponemos sanciones nosotros, Rusia podría cortar el gas.
[Desde la invasión rusa de Ucrania, con nuestros mapas, análisis y traducciones comentadas hemos ayudado a más de 1,5 millones de personas a entender las transformaciones geopolíticas de esta secuencia. Si encuentra útil nuestro trabajo y cree que merece apoyo, puede suscribirse aquí].
Nadie puede decir qué pasará, cómo se desarrollarán las sanciones y el conflicto y cómo afectará a la economía y a qué sectores en particular. Todavía no lo sabemos. ¿Es Europa un actor importante? Sí, lo es. Podemos adoptar sanciones e implicar a nuestros socios transatlánticos. Pero los ciudadanos europeos lo sentirán y vendrán tiempos difíciles.
¿Se retrasará o acelerará el pacto verde con esta crisis?
Creo que nuestra dependencia energética es ahora evidente para todos. Recuerdo un debate que mantuvimos sobre este tema hace unos meses en el Consejo Europeo, en el que los representantes decían: « no, no podemos comprometernos con la energía ». Ahora, incluso para estos países, ha quedado claro que no es saludable depender tanto del gas ruso. Así que creo que el pacto verde genera una dinámica en la que todos ganan. Esto es bueno para nuestra independencia energética, pero también para el planeta.
¿Estamos asistiendo a una europeización del modelo francés de Europa potencia?
Ya lo hemos discutido. Quizá haya habido un malentendido, porque no sostengo que tengamos una alternativa a la OTAN aquí en Europa. El 90% del territorio europeo es también territorio de la OTAN. En lo que estamos de acuerdo es en que si hacemos más fuertes los ejércitos europeos, seremos más fuertes colectivamente. Adquirir capacidades comunes también es algo que pueden hacer los europeos. No veo ninguna contradicción en eso, creo que es más bien un error de comunicación. Ni siquiera creo que el presidente Macron piense que los estadounidenses o los socios transatlánticos no son necesarios. El vínculo transatlántico sigue siendo un elemento muy importante de la defensa de la OTAN y de Europa.
La guerra en Ucrania está acelerando la recomposición del orden geopolítico mundial post-pandémico. ¿Qué papel debe desempeñar Europa en la política del interregno?
Estamos aprendiendo las lecciones de esta situación. Es muy difícil predecir el futuro, pero Europa ha estado a la vanguardia en el desarrollo de sanciones y su rápida aplicación. Europa ha asumido sus responsabilidades, lo cual es bueno. Y que Estonia esté unida y sea consultada es muy importante, porque no siempre ha sido así. Somos pequeños. Estonia es básicamente un suburbio de París si se tiene en cuenta su tamaño.
¿Cómo entiende la posición de China?
Todo el mundo está pendiente de cómo reacciona China y creo que China también está pendiente de cómo va esta guerra. Y no sólo China, sino otros países que codician el territorio de sus vecinos. Así que China es un actor importante, pero dada la magnitud del conflicto con Rusia, no podemos convertir a China en nuestro adversario. No podemos permitirnos eso.
En los últimos años hemos hablado mucho de un malentendido entre los socios europeos sobre la priorización de las amenazas. ¿Cree que ahora se entienden mejor estas prioridades?
Creo que todo el mundo tiene claro que tenemos un adversario peligroso, que es Rusia.
Y en este sentido, ¿cuál es la lección que ha aprendido Estonia de su compromiso en el Sahel?
Hemos aprendido mucho trabajando con nuestros aliados, como los franceses, y esta experiencia ha sido muy valiosa. Pero creo que si damos un paso atrás y miramos el panorama general, el Sahel también está vinculado a la influencia de Rusia: la forma en que Rusia se ha apoderado de diferentes países africanos, la forma en que utiliza el grupo Wagner, la forma en que ha actuado en Siria, sus relaciones con Kazajistán, los Balcanes Occidentales o Serbia, que es un país candidato a la adhesión a la Unión.
¿Está de acuerdo en que, para unir a los europeos, no sólo debemos compartir nuestros sueños, sino también nuestras pesadillas?
Creo que todo el mundo tiene una pesadilla y eso es lo que está pasando ahora mismo.
Hay un libro interesante de Francis Fukuyama, Identity, en el que dice que, en Estados Unidos, tanto si uno viene de Texas como de Nueva York, tiene esa identidad y también la americana. Mientras que en Europa no tenemos realmente una identidad común. O si la tenemos, no es muy fuerte. Tengo la impresión de que esto también está cambiando en este momento. Estoy muy orgullosa de ser europea. Toda la población se está movilizando para apoyar a Ucrania de todas las maneras posibles. Esto es algo que construye nuestra identidad.
Pero la pesadilla tiene lugar en la vida real en Ucrania.