Mientras que –como demuestra Michel Goya en nuestras columnas– la guerra en Ucrania parece entrar en una nueva fase, Josep Borrell anunció el 27 de febrero la asignación de una ayuda-financiada en el marco del Fondo Europeo para la Paz1 de 450 millones de euros para asistencia militar a Kiev y 50 millones de euros para el suministro de combustible, material de protección y asistencia médica de emergencia.

Por otra parte, la Comisión ha anunciado la instauración de una ayuda humanitaria -forma de compromiso mucho más clásica- de 90 millones de euros para programas de ayuda de emergencia para apoyar a los civiles afectados por la guerra. En el marco del Mecanismo de Protección Civil, se entregarán 8 millones de artículos de atención médica esencial a Ucrania.2

A escala de los Estados miembros, las ayudas siguen dos modalidades que trazan un mapa de divergencias aparentemente mínimas en el contexto de una convergencia cuya velocidad de aplicación ha sorprendido a la mayoría de los observadores, pero que merece ser estudiada de cerca (a continuación, proponemos un esbozo de respuesta infra).

Se puede establecer la siguiente tipología:

Países – en verde muy claro – que ofrecen ayuda humanitaria, pero rechazan cualquier ayuda militar: Austria,3 Chipre y Hungría.4

Veinticuatro países (incluido ahora España5) -en verde oscuro- que ofrecen un componente de ayuda humanitaria vinculado a un componente de ayuda militar. Destacamos especialmente la presencia de Finlandia y Suecia, dos países neutrales que han decidido ofrecer ayuda militar. Notamos también la presencia de dos países neutrales, Finlandia y Suecia, que han decidido ofrecer ayuda militar.

Los datos también están disponibles en esta tabla interactiva.

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Notas al pie
  1. El Fondo Europeo para la Paz es un instrumento extrapresupuestario cuyos objetivos son mejorar la capacidad de la Unión para prevenir conflictos, consolidar la paz y reforzar la seguridad internacional, permitiendo la financiación de acciones operativas. El límite financiero del Mecanismo se fija en 5.692 millones de euros a precios corrientes (5.000 millones de euros a precios de 2018) para el período 2021-2027.
  2. La ayuda militar y humanitaria está llegando a Ucrania a través de la frontera polaca, ya que el ejército ruso sólo controla partes del territorio ucraniano (al norte de Kiev, parte del sur de Ucrania, las regiones separatistas de Donbass y una zona que va desde Kharkiv hasta la frontera bielorrusa), la frontera polaco-ucraniana se ha convertido en un centro de suministro de armas a la resistencia y al ejército ucranianos. El gobierno de Varsovia se ha ofrecido como centro logístico para el abastecimiento de armas a Ucrania. Rusia podría en las próximas semanas cortar el acceso de los ucranianos a este material militar tomando el control del lado ucraniano de la frontera.
  3. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Austria es un país neutral. No es miembro de la OTAN. Esto no le ha impedido apoyar a Ucrania con el envío de 15 millones de euros en ayuda humanitaria. La elección del gobierno austriaco difiere de la de otros estados neutrales como Finlandia o Suecia, que han decidido enviar recursos de apoyo militar a Ucrania. En este contexto, cabe recordar también que, a pesar de su neutralidad, Suiza también ha decidido adoptar sanciones contra Moscú siguiendo el modelo de las sanciones europeas.
  4. El primer ministro Viktor Orban volvió a declarar el domingo 27 de febrero que Hungría no enviaría armas letales a Ucrania. Sin embargo, Hungría apoya a Ucrania con el envío de ayuda humanitaria y la acogida de refugiados ucranianos. Al mismo tiempo, Viktor Orban dijo que el debate sobre la ayuda militar de Hungría a Ucrania era «teórico» porque Hungría no tenía «armas adicionales». El 1 de febrero, Viktor Orban viajó a Moscú, cuando las tensiones ruso-ucranianas ya planteaban la posibilidad de una invasión.
  5. En un principio, España no proporcionaba ayuda militar por su cuenta, aunque apoyaba explícitamente la iniciativa armamentística comunitaria. La coalición de izquierdas que gobierna España está compuesta por el PSOE (del que procede Josep Borrell) y Podemos. El partido de la izquierda radical, que influye en la posición del gobierno, mantiene posiciones pacifistas y conduce a una posición de compromiso. Podemos apoya la posición del gobierno de condenar la invasión rusa y no culpar a la OTAN y Pedro Sánchez, el presidente del gobierno español, mantiene el apoyo de Podemos al negarse a enviar ayuda militar a Ucrania.