
La primera novela de la joven poeta Slata Roschal, 153 formas de inexistencia, indaga en ciento cincuenta y tres pensamientos de una mujer ruso-alemana, convencida de que «el mundo no la necesita» y cuya mayor cualidad es saber «renunciar siempre». Sin embargo, en contra de lo que podría sugerir su título, 153 formas de inexistencia se lee ni más ni menos como una búsqueda de una razón de ser.