Elizabeth Ingleson


1971. Kissinger viaja en secreto a China para reiniciar las relaciones entre Washington y Pekín. Un año después, Richard Nixon hizo el mismo viaje.

Las industrias estadounidenses apostaban por el mercado de consumo en China, donde podían encontrar mano de obra barata. Mao, en cambio, estaba preocupado por su balanza comercial, con un objetivo: convertirse en la fábrica del mundo. Se estableció una simetría. Hasta hoy sigue estructurando la guerra entre los capitalismos políticos. En un detallado estudio basado en el mercado textil, Elizabeth Ingleson cuenta la historia de los orígenes del «Made in China».