Philippe Le Corre


Una musiquita se ha instalado en Washington. Para describir el acercamiento entre Trump y Putin, los maestros estrategas estadounidenses estarían llevando a cabo una gran maniobra: un «Kissinger inverso» para abrir una brecha entre Pekín y Moscú y debilitar al Partido Comunista Chino.

Sin embargo, esta versión no tiene en cuenta un dato clave: ante la ofensiva comercial de la Casa Blanca, la China de Xi ya comenzó a desplegar una amplia estrategia global desde enero.

Para su primer viaje a Europa en la era pospandémica, Xi eligió Francia —pero también Hungría y Serbia—.

Para arrojar algo de luz sobre este itinerario, Philippe Le Corre, Senior Fellow en el Asia Society Policy Institute (Center for China Analysis) y profesor afiliado del ESSEC, repasa la larga historia de las relaciones de Xi con Europa en 10 puntos, y descifra las cuestiones que marcarán esta visita.