El debate sobre la reforma de las pensiones en Francia se centra en las cifras: no hay más alternativa para financiar las prestaciones que reformar el sistema. Seguir esta línea de razonamiento es no entender la urgencia. Este proyecto no puede disociarse de la dinámica más amplia de una transición justa. En otras palabras: ya es hora de introducir la Tierra en la calculadora.
Una perspectiva de Patrice Maniglier.