Jean-Irénée Chareton


Para hablarnos del papel de Berlín en la circulación de las ideas y las obras —y de la influencia de la ciudad en su propio trabajo—, la socióloga Gisèle Sapiro hace una parada inesperada.

La seguimos por ferias del libro, editoriales, instituciones académicas enclavadas en el bosque, donde almorzamos a orillas de un lago tras un seminario de investigación.

Un itinerario mundial que nos lleva, siempre, de vuelta a Alexanderplatz.

«Es una zona un poco abandonada, alejada de las grandes vías, nada espectacular, pero dotada de un encanto discreto que se descubre poco a poco y que acaba imponiéndose».

En La Charité-sur-Loire, Mazarine Mitterrand Pingeot ha recuperado algo de su infancia.

Ahora lee mucho ahí, escribe y, sobre todo, se enfrenta al tiempo del campo, que no es el de las ciudades.

Nos presenta un lugar donde quizá se gesten las innovaciones políticas del mañana.