Arnaud Miranda


«Hay que reunir, reforzar y dirigir contra el antiguo régimen todas las formas de poder disponibles».

Para Curtis Yarvin, en seis meses en la Casa Blanca, Trump ha perdido impulso. Hay que acelerar.

El ideólogo reaccionario envía un mensaje a todas las unidades destacadas en Washington: es hora de convertir la revuelta en revolución para completar la transformación monárquica de Estados Unidos —aunque ello suponga cruzar el Rubicón—.

El proyecto que nos llega desde el otro lado del Atlántico nos deja estupefactos.

Pretende transformar la democracia estadounidense en una especie de monarquía extraña, controlada por los señores de la tecnología y una nueva dinastía.

El hecho de que este proyecto nos parezca totalmente irracional no impide que exista —aunque es difícil de describir, es necesario comprenderlo—.

Para orientarnos en el espacio fugaz, filiforme y desorganizado de esta contrarrevolución, publicamos hoy el primer Atlas del pensamiento neorreaccionario.