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Antaño matriz principal, el beneficio económico por sí solo se ha vuelto insuficiente para evaluar las fortalezas y debilidades estratégicas del sector privado en el escenario internacional. Para superar las nuevas rivalidades geopolíticas, las empresas deben replantearse sus modelos, prácticas y actividades –e incluso su geografía, que vuelve a cobrar protagonismo–.

En una conflagración que se extiende desde Ucrania hasta el Mar Rojo, las guerras de 2023 han redibujado las relaciones entre bloques que se creían bien establecidos. Al borde de un mundo desalineado, donde las alianzas tradicionales se rompen y otras nuevas luchan por surgir, ¿cómo converger sin querer convertir? Un nuevo extracto de los debates de alto nivel de la primera edición del Grand Continent Summit.

Un sueño que se convierte en pesadilla: el gran vuelco de 1993 a 1994. En el espacio de unos meses, de Yugoslavia a Ruanda, todas las esperanzas suscitadas por el final de la Guerra Fría se desvanecieron con sangre. Frédéric Charillon analiza esta convulsión en un estudio ambicioso y rico, última entrega de nuestra serie «El siglo XX en diez fines de año». De leer, para llegar a las raíces de la guerra ampliada.

Entre el Norte y el Sur, una crisis común. Entre el Este y el Oeste, una guerra cada vez menos fría. Los principales tipos de interés alcanzan máximos históricos. Los modelos chocan, el capitalismo se transforma. ¿Hay que luchar por mantener el statu quo -o esperar una revolución-?

En este nuevo episodio de nuestra serie «El siglo XX en diez finales», dirigida por Pierre Grosser, el historiador Mathieu Fulla nos traslada a las incertidumbres del punto de inflexión de 1983-1984.

Fin del año 1963. La coexistencia pacífica parecía estar en su apogeo. En realidad, nunca había sido tan frágil.
Fue en Vietnam donde todo empezó a desmoronarse, pero en todas partes del planeta -dentro de los dos bloques, así como entre los países no alineados- la Guerra Fría estaba dando un vuelco. En un impactante estudio que descentra la mirada, Phi Van Nguyen analiza este proceso, explicando cómo dio un nuevo y dramático giro.

El 5 de marzo de 1953, Stalin murió en su dacha de Kúntsevo. Su muerte marcó el punto álgido de la Guerra Fría. Los años 1953-1954 fueron testigos de una metamorfosis en las condiciones de la confrontación Este-Oeste, en Europa, Asia y América Latina: la lógica interna de cada bloque cambió, al igual que los imperativos estratégicos. En retrospectiva, estos dos años estuvieron en el centro de muchos debates contrafácticos: ¿podría haber terminado la Guerra Fría en 1954?

¿Cuál fue el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial? ¿Pudieron sentirlo los contemporáneos del conflicto? La situación no era ciertamente la misma si se participaba en los combates, que arreciaban en 1943-1944, o si se vivía en los territorios ocupados. Aunque los últimos años de la guerra fueron testigos de importantes derrotas para las fuerzas del Eje, también fue el periodo durante el cual se aceleraron sus acciones asesinas. En este estudio a escala mundial, Guillaume Pollack reflexiona sobre los posibles significados de este vuelco.

¿Cuándo se hizo inevitable el acontecimiento? En el caso de la Segunda Guerra Mundial, esta pregunta adquiere una resonancia singular. En este estudio en profundidad, Matthieu Boisdron analiza el año 1934, que vio el colapso del frágil orden establecido en los años veinte bajo el efecto combinado del ascenso de regímenes autoritarios, nuevos conflictos y la incapacidad de las organizaciones internacionales… ¿Estamos hablando de 1934?