
En Roma, incluso en los tiempos más inciertos, el tiempo nunca se suspende del todo.
Mientras los católicos de todo el mundo rezan por la salud del Papa Francisco, en el Estado más antiguo del mundo se celebra ordenadamente un ritual político. Pero esta vez, las cosas podrían transcurrir de forma un poco diferente.
En el corazón del Vaticano, lo más cerca posible del poder, Alberto Melloni capta sutilmente un momento histórico.